El Banco de España eleva al 2,8% su previsión de crecimiento para 2024, más que en 2023 y que la estimación del Gobierno

Fachada del edificio del Banco de España. (Europa Press).

El supervisor bancario español ha publicado este martes sus proyecciones macroeconómicas trimestrales en las que revisa al alza el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) de España para los dos próximos años y rebaja la inflación. El mayor cambio se concentra en 2024, donde el Banco de España suma medio punto en la estimación del PIB, pasando de un crecimiento previsto del 2,3% en junio al 2,8% en septiembre. También añade tres décimas más al crecimiento de 2025 y dos al de 2026, situando las tasas en el 2,2% y el 1,9%, respectivamente.

El 2,8% calculado por el Banco de España se encuentra por encima de la previsión del Ejecutivo publicada en julio (2,4%) y del consenso de los analistas, aunque ya hay dos centros de estudios (Oxford Economics y Analistas Financieros Internacionales) que coinciden en la cifra. De cumplirse el escenario, el PIB crecería más en 2024 que en 2023 (2,5%) y volvería a dar una sorpresa positiva en comparación con todas las previsiones de hace un año, incluida la del Gobierno (que anticipaba un crecimiento de tan solo el 2%).

Este escenario no sería sorprendente, ya que las previsiones del PIB de los últimos cuatro años han fallado un 20% y han sido más negativas de lo que finalmente ha reflejado el INE, que también ha efectuado revisiones de gran calado. De hecho, el instituto estadístico publicará este miércoles la actualización definitiva de la Contabilidad Nacional entre 2019 y 2023, por lo que las cifras de todos esos años podrían variar. No obstante, los dirigentes de la institución aseguran que el periodo de las grandes revisiones ha llegado a su fin.

La corrección al alza del Banco de España se debe a un mayor avance de la economía durante los dos primeros trimestres de 2024, con crecimientos del 0,8% según el INE. Esta nueva información conlleva, de forma mecánica, un nivel de partida del PIB más elevado y una mayor tasa de crecimiento. Se ha registrado una aportación superior de la demanda exterior neta, que ha mostrado vigor por las exportaciones durante el segundo trimestre del año, especialmente por los servicios turísticos. En contraste, la demanda interna sorprendió a la baja por “la debilidad que siguen mostrando” el consumo de los hogares y la inversión privada.

La información coyuntural más reciente (afiliación a la Seguridad Social, entre otros indicadores) apunta a que el ritmo de expansión de la actividad podría moderarse en el tercer trimestre con respecto al registrado en el primer semestre, aunque este seguiría siendo elevado y se situaría en el entorno del 0,6%, según el Banco de España. Esta cifra sería compatible con un crecimiento de la economía cercano al 3% anual en 2024 y se encuentra “significativamente por encima de la tasa de crecimiento potencial estimada para la economía española”. No obstante, este nivel de crecimiento potencial sería más elevado que hace una década como consecuencia del mayor dinamismo poblacional, que permite registrar flujos migratorios holgadamente positivos desde el final de la pandemia.

La inflación rozará el 2% en 2025, pero la tasa de paro apenas mejora

El informe del Banco de España también deja buenas noticias para la evolución de la inflación, que descendería a un ritmo ligeramente mayor del previsto en junio. La inflación general se reducirá gradualmente desde el 3,4% observado en el promedio de 2023 hasta el 2,9% en 2024, el 2,1% en 2025 y el 1,8% en 2026, cumpliendo el objetivo del 2% del Banco Central Europeo. La ralentización en el ritmo de avance de los precios prevista para 2025 y 2026 sería consecuencia de una moderación paulatina de la inflación de los alimentos y de la inflación subyacente.

Según explica el supervisor, la moderación proyectada para los alimentos “es coherente” con la evolución prevista para los precios de producción y para las materias primas alimenticias en los mercados de futuros. Además, la mejora de la producción agrícola en los próximos meses, pasados los peores momentos de sequía, contribuirá a reducir las presiones inflacionarias, aunque la eliminación de las bonificaciones del IVA producirá repuntes puntuales.

En cuanto al empleo, la creación de puestos de trabajo registrará un ritmo inferior al de los últimos trimestres, de manera que el Banco de España anticipa un crecimiento del empleo medido en horas trabajadas, 1,8% en 2024; 1,7% en 2025 y 1,1% en 2026 frente al 1,9% de 2023. Estos avances menores favorecerán un incremento de la productividad, pero limitarán la reducción de la tasa de paro, que seguirá en los dos dígitos en todo el horizonte de proyección.

La reducción de la tasa de paro también se verá limitada por el crecimiento previsto para la población activa y por el envejecimiento progresivo de la población trabajadora, que podría restar “fluidez” al mercado laboral para “emparejar empresas y trabajadores”. Con todos estos condicionantes, el Banco de España prevé una tasa de paro del 11,5% para 2024; del 11% para 2025 y del 10,7% para 2026, todavía lejos del 8% que el Ejecutivo se fijó como barrera para conseguir el “pleno empleo” a final de la legislatura.