Brian Buley, que se hizo famoso como Pedro en El Marginal, fue el invitado de Jey Mammón. El actor le hizo un reclamo a Marcelo Tinelli, recordó cuándo conoció a Messi y describió situaciones cotidianas que muestran que la sociedad no está preparada para integrar a las personas de talla pequeña.
La entrevista comenzó con el actor reconociendo que no sabía si Sol Pérez aun lo tenía bloqueado en WhatsApp. En el año 2020, Buley solía mandarle mensajes hasta que notó que la modelo no solo no le respondía sino que lo había bloqueado, pero aseguró que “a esta altura de la vida ya no me importa”.
Esto dio pie a que Jey le preguntara a qué famoso bloquearía y su respuesta fue a Marcelo Tinelli. Justificó su decisión asegurando que aunque “No tengo nada en contra de él”, está enojado porque Tinelli no lo tiene en cuenta para sus proyectos en televisión. “Que me llame al Cantando”, pidió.
Sin embargo siguió mostrando su enojo con el animador porque “Él contesta mensajes, en eso no tiene problemas, pero estoy enojado por el hecho de que no le da el trabajo a la gente que verdaderamente necesita. Esa es mi bronca”.
Por el que no demostró enojo pero sí admiración fue por Lionel Messi. Se conocieron cuando la albiceleste jugó contra Haití en la cancha de Boca. “Creo que fue uno de los mejores días de mi vida. Yo jugaba en la Selección Argentina de talla baja y fuimos. Cuando nos íbamos para nuestras casas me pude sacar una foto con él”.
Brian contó que llegó a la Selección gracias a Diego Serpentini, otra persona de talla baja que lo convocó. “Yo antes no me animaba a salir por la vida a mostrarme. Tenía un poquito de fobia. Pero cuando Diego me invitó y me dijo que eran todos de talla baja me fui animando”.
Con respecto a su vida cotidiana reveló que en un momento le costaba mucho viajar en colectivo o andar por la calle por las agresiones que sufría: “Me costaba pedir el asiento de adelante. Sufrí tanto bullying que dejé de tomar el transporte público. Todavía me siguen tomando el pelo siendo conocido pero me digo ‘Dios sabrá qué hacer con ellos’ porque yo soy cristiano”.
Entre las situaciones de discriminación que sufre contó que “la gente te mira mal. Hoy me pasó que estuve buscando un local para alquilar y me preguntan cuántos años tengo, si ya cumplí diez años. Cuando pasa eso me doy media vuelta y me voy”.
Reflexionó que “el mundo no está preparado para la gente de talla baja” y lo ejemplificó. “En los baños públicos para llegar al lavabo tenés que pedir una silla o estar saltando para secarte las manos. Para la gente como yo hay muchas cosas incómodas y cuando pedís que te alcancen algo te miran raro”.
Es frecuente que le pregunten por qué es de talla baja: “Me destruye el alma que me lo pregunten. Y la única respuesta que tengo es que Dios me hizo así.”
