Rodolfo Tamborini, el propietario de las 144 monedas de oro valuadas en 200.000 dólares que había sido secuestradas en el marco de una investigación por narcotráfico y que desaparecieron de una caja de seguridad de un banco de San Isidro, denunció que el juez federal Martín Poderti, imputado de peculado y acusado de haberlas robado, las apostó en torneos de póker que se disputaron en Brasil y Uruguay.
Así surge de un escrito que Tamborini, representado por el abogado Marcelo Rocchetti, presentó ante el fiscal federal de Tres de Febrero, Paul Starc, funcionario judicial que participa de la investigación.
“Pude determinar que al menos algunas de las monedas de oro de mi propiedad que sustrajo de la caja de seguridad del Banco de la Nación Argentina, sucursal San Isidro, [Poderti] las apostó en torneos de póker”, afirmó Tamborini, que es querellante en la causa donde el magistrado, que actualmente es integrante del Tribunal Oral en Federal (TOF) de Mar del Plata, está imputado de peculado.
Según el expediente judicial, en el que interviene el juez federal de San Martín Emiliano Canicoba, las monedas de oro, que corresponden a cinco denominaciones distintas y con procedencia de origen de distintos países, desaparecieron en una fecha incierta entre el 26 de diciembre de 2019 y el 9 de febrero de 2023.
El faltante de las monedas se detectó el 9 de abril pasado, cuando Poderti ya cumplía funciones en el TOF de Mar del Plata. La Justicia había dispuesto que las monedas fueron devueltas a su propietario, tras su absolución.
Como secretario penal del Juzgado Federal N°2 de San Isidro, a cargo del juez Lino Mirabelli, tenía las llaves de la caja de seguridad y la autorización para ingresar.
Durante la investigación, a partir de los registros de la entidad bancaria y filmaciones, se determinó que Poderti ingresó 19 veces en el sector de cajas de seguridad.
En su presentación, a la que tuvo acceso LA NACION, Tamborini sostuvo: “A poco de salir a la luz el ilícito perpetrado por Poderti y que aquí se investiga, comencé a recibir información de distintas fuentes y de diversa índole. Entre toda esa información, que sería un habitual y reconocido jugador de póker”.
Según el querellante, que hasta que estuvo involucrado en la causa judicial, donde finalmente fue absuelto, se dedicaba a la asesoría financiera, hizo una serie de averiguaciones y confirmó que Poderti es un reconocido jugador de póker y que en el sitio web Código Póker lo apodan Rastrillo.
“Decidí, entonces, profundizar las averiguaciones y pude determinar que al menos algunas de las monedas de oro de mi propiedad que sustrajo de la caja de seguridad del Banco de la Nación Argentina, sucursal San Isidro, las apostó en torneos de póker. El 15 de marzo de 2022, Rastrillo, haciendo gala a su apodo lúdico ingresó en a la caja de seguridad, y realizó su primera ‘barrida’. Poco más de dos semanas después de ese ingreso, el 8 de abril de 2022, cruzó en automóvil a Uruguay por el paso fronterizo Gualeguaychú-Fray Bentos y al día siguiente, 9 de abril de 2022 participó de un torneo en el Hotel Enjoy de Punta del Este”, afirmó Tamborini en el escrito presentado ante el fiscal Starc.
En la denuncia, el querellante aportó capturas de un sitio web donde se dejó constancia de la participación de Poderti en el citado torneo de póker.
Según Tamborini, el 14 de septiembre de 2022, el magistrado volvió a ingresar en la caja de seguridad donde estaban depositadas sus monedas de oro. El 8 de octubre de ese año, según la denuncia, el magistrado volvió a viajar a Uruguay en coincidencia de Enjoy Poker Tour de Americas Cardroom.
Siempre según la presentación hecha por el dueño de las monedas, después de varios ingresos que hizo Poderti a la caja de seguridad, realizó viajes a México, Brasil y Uruguay, donde se desarrollaron distintos torneos de póker.
Tamborini, en su escrito, solicitó que el fiscal Starc, por medio del Departamento Interpol de la Policía Federal Argentina (PFA) determine la cantidad de torneos de póker de los que participó Poderti en Uruguay y Brasil.
Además, en el último punto de la presentación, sostuvo: “Se de intervención a la Unidad de Información Financiera (UIF) a efectos de determinar eventuales movimientos de dinero, su origen, procedencia y destino por parte de Poderti ante la posibilidad de comisión del delito previsto y reprimido en el artículo 303 del Código Penal [lavado de activos]”.
“Es el peor momento de mi vida”
Cuando fue indagado por el juez Canicoba, Poderti sostuvo, entre otras cosas: “No tengo nada que ver con el faltante de las monedas y desconozco quién pudo haberlas tomado”.
También dijo que está pasando el peor momento de su vida. Después enumeró “las razones o motivos” por los que, afirmó, no cometió el robo por el que está acusado. “En primer lugar, soy un funcionario honesto, lo he sido durante los 31 años de carrera judicial que tengo en mi haber. Me preparé durante todo ese tiempo para alcanzar y honrar el cargo que hoy ostento. Desde esa mirada sería absolutamente absurdo y casi burdo haber dejado evidencia que me conectaba directamente con ese robo. En segundo lugar, no hay ninguna explicación razonable por la cual alguien que tiene acceso a todas las monedas, si el objeto era robar, dejara algunas. No se explica robar una parte y dejar otra, entre las que se hallaban elementos de mayor valor como, por ejemplo, lingotes de oro, un reloj marca Rolex y algunos anillos”, dijo.
El faltante fue descubierto el 9 de abril pasado cuando Matías Pietronave, que cumplía funciones como secretario penal del juzgado conducido por el juez Mirabelli fue a la caja de seguridad.
“Una semana después de esto, concurre el doctor Mirabelli con Pietronave a constatar lo que ya estaba constatado. Si bien no tengo ningún elemento de prueba ni sospecho de la honorabilidad de estos funcionarios, reitero que yo no robé ninguno de estos efectos. En ese marco, solicito que se investiguen todas las líneas e hipótesis que puedan haber. Tengo 31 años de ejercicio en esta actividad judicial y nunca vi que se investigara una sola hipótesis”, afirmó el magistrado imputado