El último informe del Indec sobre la construcción publicado la semana pasada reveló una sorpresa esperanzadora para el Gobierno, pero también para los argentinos, que ya comenzaban a hacer notar su preocupación en las encuestas de opinión. Esta noticia parece haber sido ratificada hoy por otros datos, también oficiales.
La del jueves pasado no fue información sobre la actividad, sino particularmente del mercado laboral anudado a ese sector, el más golpeado –junto con la industria– desde que arrancó el ajuste de Milei. Según registró la dirección de Cuentas Nacionales del instituto en el Indicador de Coyuntura de la Actividad de la Construcción (ISAC), la misma mostró el primer crecimiento mensual de puestos de trabajo en los últimos ocho meses. El dato estuvo bien presente entre los funcionarios del Ministerio de Economía el viernes atentos a cualquier indicio de rebote de la actividad. Los puestos pasaron de los 377.252 en abril a 382.686 de mayo pasado. No se trató de un salto significativo, sobre todo porque todavía implica un número 18,1% menor al del mismo mes de 2023. Sin embargo, sería un indicio de cambio de tendencia.
Los datos del organismo que conduce Marco Lavagna van en sintonía con números que se conocieron hoy. La caída del empleo privado registrado se siguió desacelerando –pese a que cayó– en casi todos los sectores y provincias en junio, según los números de los registros del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) procesados por la Secretaría de Trabajo, Empleo y Seguridad Social.
Además, la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) que sintetiza esa misma cartera afirmó que las expectativas de contratación para julio, agosto y septiembre muestran ya una estabilización o incluso un leve crecimiento. ¿Qué significa? Los empresarios creen que la tasa de contratación y de salida de las empresas será prácticamente la misma, como mostró el anteúltimo dato, o levemente positiva, como demuestra el último. La sangría de empleados en el sector privado podría haber finalmente concluido.
Los salarios, si bien recuperan de manera oscilante lo perdido tras la devaluación y el fogonazo de los precios, todavía están por debajo de los que se pagaba en noviembre.
La caída del empleo
Es importante destacar que la caída del empleo privado registrado no comenzó con Milei. Data de septiembre de 2023, con el cierre del gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner. Así, según esos datos oficiales, la cantidad de meses con bajas entre trabajadores privados ya suman nueve consecutivos.
La actual fase de caída del nivel de empleo formal privado ya supera en duración (medida en cantidad de meses) a los períodos contractivos verificados por la crisis financiera internacional desatada en 2008, la devaluación de la moneda nacional de principios de 2014 y la pandemia del Covid 19.
“De este modo, si bien en mayo se produce la novena caída intermensual del empleo asalariado registrado privado (entre septiembre de 2023 y mayo de 2024, se desvincularon 156.000 trabajadores del empleo asalariado registrado privado), la contracción mensual observada resultó ser la menor de los primeros cinco meses del año. Además, cabe destacar que esta dinámica laboral es el resultado de un proceso de desaceleración de la reducción del número de trabajadores registrados que se verifica en prácticamente todos los meses disponibles desde febrero (con la única excepción de marzo)”, indicó el informe.
En mayo de 2024, de acuerdo a la información que surge del SIPA, el empleo asalariado registrado del sector privado se contrajo apenas 0,1% con respecto al mes anterior (considerando la serie desestacionalizada). En este último mes, se desvincularon del empleo asalariado registrado privado (en términos netos) alrededor de 9000 trabajadores. La desocupación no se disparó pese al fortísimo ajuste que realizó el equipo del ministro de Economía, Luis Caputo. En el primer trimestre del año, pasó de 6,9% (dato de los primeros tres meses de 2023) a 7,7%.
La caída del empleo formal equivale a un tercio de la mitad de la reducción verificada en febrero y marzo (-0,4%) y menos de una sexta parte de la reducción observada en enero (-0,6%).
“Uno de los factores más relevantes que explican la mínima caída del nivel de empleo formal privado en mayo es la sensible desaceleración de la caída del empleo observada en la Construcción. En efecto, entre enero y abril de 2024, la variación mensual del empleo formal en ese sector osciló entre -3% y -4%. En cambio, la reducción del número de trabajadores en mayo se limitó al 0,3%. Uno de los resultados de este fenómeno es que la Construcción pasó de ser el principal determinante de la desvinculación de trabajadores entre los meses de enero a abril (cerca de la mitad de la caída entre enero y abril) a representar solamente el 12% del total de la caída del empleo en mayo”, estimó Trabajo.
Qué pasa en los sectores
En mayo, como a lo largo de toda la fase contractiva, el sector primario es el único actor económico que expande el empleo asalariado registrado privado. “En el último mes disponible, el empleo creció en las tres actividades que conforman el sector (Agricultura, ganadería y silvicultura; Explotación de minas y canteras; y Pesca): en total se incorporaron alrededor de 2500 trabajadores”, se precisó.
“Entre los sectores que en mayo empeoraron su dinámica laboral, se destaca en particular la Industria manufacturera”, se alertó.
“En enero y febrero la reducción del empleo registrado privado alcanzaba al 0,2%, mientras que en marzo, abril y junio la contracción llegó al 0,4%. El comportamiento del empleo en la Industria —sumado a la comentada desaceleración de la caída del empleo en la Construcción— produjo que, en mayo, uno de cada dos trabajadores desvinculados (en términos netos) proviene de la Industria”, agregaron.
En junio, según la EIL, la fase contractiva del empleo asalariado registrado privado se extiende un mes más (-0,2%). “Con esta variación, se consolida la tendencia de desaceleración de la caída que se observa en los últimos meses, ya que en marzo fue de -0,5%, en abril de -0,4%, y en mayo -0,3%.”, precisaron en Trabajo.
“Con relación a las expectativas netas de las empresas en lo referente a la contratación de personal para los próximos tres meses, se observa un repunte significativo en relación con el mes pasado. En esta ocasión, del 3,6% de las empresas que esperan tener cambios en su dotación de personal, el 2,3% espera aumentarla y el 1,3 espera disminuirla, resultando unas expectativas netas positivas que ascienden a casi el 1%”, estimaron los especialistas sobre la encuesta a las empresas privadas.
Sobre los salarios, en tanto, en Trabajo indicaron: “La capacidad de compra del salario medio del empleo asalariado registrado privado creció 9,8% entre enero y junio de 2024 (de acuerdo a la información procesada a partir del SIPA). Esta mejora salarial permitió recuperar una parte relevante de la pérdida de poder adquisitivo ocasionada por la importante devaluación de la moneda nacional en diciembre de 2023″.
“De hecho, en diciembre de 2023 el salario real se contrajo un 11,2% en relación con noviembre del mismo año, mientras que en junio de 2024 el salario real se encontraba solamente un 2,5% por debajo del valor de noviembre del año pasado”, cerraron.