El objetivo del gabinete económico que comanda el ministro Luis Caputo sería la capitalización del Banco Central en una suma de u$s 20.000 millones.
Y que una parte podría devolverse rápidamente al FMI en 12 meses. Durante 2025 el Gobierno utilizaría parte del superávit para capitalizar al BCRA y la baja de impuestos, y el diferencial comenzar a devolverse en 2026. Ese es el escenario que empieza a manejar bancos que tienen diálogo con el Gobierno.
De acuerdo con estas hipótesis, el nuevo programa extendería los pagos hasta 2030, aunque la Argentina seguiría fuera de los mercados durante 2025, pero en 2026 en las mesas creen que podría volver con un riesgo soberano en torno a 400 puntos, en una operación que podría implicar emisión nueva más canje de deuda, que sería lógico con un riesgo soberano tan bajo.
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Plan con FMI
Esto despejaría los pagos de deuda de los próximos cinco años, dejando espacio para comenzar el repago de la deuda con el FMI lentamente.
En otro orden, el segundo mes de inflación por debajo del 3% mensual aumenta las chances de la rebaja del ritmo del crawling peg al 1% tal como enunció el presidente Javier Milei el mes pasado. Mientras, el Gobierno pretende que la brecha cambiaria no pase del 10%, y tiene poder de fugo para intervenir.
“Habrá que ver si el gobierno espera el dato de inflación de diciembre a mediados de enero para ejecutar la rebaja o, por el contrario, la adelanta para el comienzo del nuevo año. Adicionalmente, el dato de noviembre muestra que la tasa real se mantuvo en terreno positivo en noviembre, lo que probablemente motivó la baja de tasas ejecutada por el BCRA hace algunas semanas”, advierten los analistas de Delphos Investment.
“Respaldado por la baja de la inflación el presidente Milei también ayudó al optimismo al presentar sus planes para 2025, con intenciones de mantener el ajuste en el gasto público en un año electoral, continuar con la desregulación y la apertura comercial y abrir el cepo el año que viene con financiamiento externo, ya sea FMI o inversores privados”, completan.
Nueva baja de tasas
La consultora Outlier opina que un nuevo recorte de tasas de política monetaria “podría ser imprudente hacerlo, dado que el pico estacional de demanda de dinero ya está transitando el último tramo, y luego del mismo puede llegar a necesitarse un nivel de tasa real mayor que el que dejaría otro recorte adicional. No sería prudente, por lo tanto, esperar que la suba de la tasa real compense el movimiento de baja de la tasa nominal”.
Pero aseguran que el gobierno también lo sabe, “y debe ser por eso que mantuvo los niveles de tasas del mercado secundario en la licitación del miércoles, y en tal caso esperará a nuevos datos de inflación para confirmar lo que pueda suceder con la tasa real mientras disminuye estacionalmente la demanda de dinero”, especula Outlier.
Nuevo crawling
Señalan que la inflación tiene espacio para seguir comprimiendo, más aún con la eliminación del remanente de impuesto PAIS y si se avanza con la baja del crawl al 1%. Aún más, así se da más espacio a una baja de tasa por el lado del diferencial de tasa.
Esto no sería más que profundizar la estrategia que los trajo hasta acá en materia inflacionaria: utilizar a los precios de los bienes y servicios transables como punta de lanza vía crawling peg y medidas con impacto a la baja de su nivel de precios, como reducción y eliminación de impuesto PAIS, baja de aranceles y eliminación de registros.
Es para acelerar el ritmo de un proceso desinflacionario que ya de por si se iba a producir como resultado de tener un sector público nacional no financiero contractivo en términos monetario.
El costo en esa estrategia -concluyen- en todo caso se paga aceptando un sendero mayor de apreciación real, pues se la usa para acelerar la desaceleración de la inflación. Y ahí se elige correr un riesgo.