El funcionamiento del cerebro es un tema fascinante que siempre despierta nuestra curiosidad. A medida que avanzan los estudios en neurociencia, se ha ido revelando de manera más clara cómo los sentidos afectan profundamente nuestra percepción, comportamiento y las decisiones que tomamos.
Según la neurocientífica Elena Gallardo, la información sensorial, que proviene de estímulos del entorno y de nuestro propio cuerpo, es esencial para cómo actuamos y entendemos lo que nos rodea.
Esta interacción constante entre el cerebro y los sentidos nos ayuda a procesar datos de manera eficiente, pero cuando el sistema se sobrecarga, pueden surgir trastornos que afectan nuestra salud física y emocional.
¿Cómo influyen los sentidos en el funcionamiento del cerebro y nuestras respuestas?
Los sentidos no solo sirven para percibir el entorno, son canales activos que permiten al cerebro recibir, procesar y reaccionar ante la información.
Desde la luz que entra por los ojos hasta el tacto en la piel, el cerebro está en constante alerta, evaluando cada estímulo y asignándole importancia según su relevancia para la supervivencia.
Como explica Gallardo a través de Muy Interesante, el cerebro utiliza estos datos para ajustar nuestras respuestas, desde la aceleración de la frecuencia cardíaca hasta las emociones que experimentamos.
Este flujo continuo de información sensorial determina cómo reaccionamos ante el estrés, la emoción o incluso los recuerdos y se da a través de todos los órganos:
- La piel, el órgano más extenso de nuestro cuerpo, es uno de los principales responsables del tacto, pero el sentido se extiende a los tejidos internos y órganos vitales, proporcionando datos cruciales al cerebro.
- El sistema somatosensorial, estrechamente relacionado con el sentido del tacto, es fundamental para las respuestas del cuerpo ante situaciones de riesgo o confort.
¿Qué papel juega el sistema nervioso en cómo actuamos y entendemos?
El sistema nervioso es el gran coordinador de todos estos procesos. Actúa como un centro de operaciones, monitoreando constantemente lo que sucede dentro y fuera del cuerpo.
Gracias a su capacidad de procesar información de manera rápida y eficiente, el cerebro puede gestionar desde las funciones vitales más simples hasta las reacciones más complejas ante estímulos externos.
Sin embargo, en el contexto actual de sobrecarga informativa y estrés, el sistema nervioso puede verse sobrecargado, lo que afecta cómo entendemos los estímulos y cómo actuamos ante ellos.
En este sentido, el cerebro también está sometido a una constante evaluación de lo que es relevante o no, un proceso facilitado por el tálamo, que filtra la información para evitar que el cerebro se sobrecargue.
La interacción entre los sentidos y el funcionamiento del cerebro es mucho más compleja de lo que parece, y entenderla no solo nos permite mejorar nuestra salud física, sino también nuestra estabilidad emocional.