
En un mundo en constante transformación, los profesionales de la logística y el comercio exterior enfrentan cambios tecnológicos y desafíos globales que exigen agilidad y adaptación. “El futuro no es solo tecnológico, también es humano”, afirma Alejandro, destacando la necesidad de combinar innovación con talento para enfrentar este proceso de transformación.
Pero antes de comenzar con los temas de esta entrevista, Alejandro nos comparte un mensaje vital sobre la crisis de rehenes en Medio Oriente:
“Más de 500 días después del ataque del 7 de octubre de 2023 en Israel, más de 60 personas siguen secuestradas en condiciones inhumanas. Tanto judíos como no judíos de distintas nacionalidades permanecen en manos de grupos extremistas sin acceso a alimentos, atención médica ni intervención de organizaciones internacionales. Entre las víctimas se encuentran familias enteras y niños pequeños, asesinados de manera brutal, lo que ha generado un profundo dolor y preocupación en la comunidad internacional”.
“Esta crisis se inscribe en un contexto de lucha por los valores democráticos y la paz, en contraposición a ideologías extremistas que buscan imponer su visión del mundo mediante la violencia. Quienes defienden la libertad y la convivencia pacífica consideran esencial tomar medidas para garantizar el regreso inmediato de los secuestrados y evitar que el terrorismo siga avanzando”.
“El conflicto también tiene un impacto en la logística internacional. La inestabilidad en Medio Oriente, agravada por los ataques de los hutíes en Yemen contra embarcaciones comerciales, afecta significativamente el tránsito marítimo global. La región es un punto clave para el comercio internacional, y la constante amenaza a la seguridad en sus rutas marítimas pone en riesgo el abastecimiento y la conectividad de los mercados. Esta situación subraya la necesidad de soluciones urgentes para evitar una mayor crisis en el comercio global”.
¿Qué impacto tiene la tecnología en el comercio exterior y la logística?
Estamos en un momento clave. La complementación entre tecnología y factor humano definirá el futuro de la logística y el comercio exterior. Los avances tecnológicos permiten anticiparse a las necesidades, optimizar procesos y mejorar la eficiencia operativa. Pero no podemos perder de vista que la inteligencia humana sigue siendo indispensable para la toma de decisiones estratégicas.
Hoy, muchas empresas logísticas ya no pueden considerarse solo como tales; son empresas de tecnología que brindan servicios de logística y comercio exterior. La movilidad autónoma, las impresoras 3D y la inteligencia artificial van a transformar profundamente la industria. Esto no significa que desaparezcan los trabajos humanos, sino que surgirán nuevas funciones que requieran un alto nivel de especialización.
¿Cómo pueden las empresas del sector prepararse para estos cambios?
El concepto clave es la agilidad. Las empresas deben desarrollar la capacidad de adaptarse rápidamente a las nuevas tecnologías y modelos de negocio. El comercio exterior y la logística dependen de una conexión eficiente entre proveedores, clientes y usuarios, y eso exige un alto nivel de flexibilidad e innovación.
En este sentido, la profesionalización del sector es clave. Es fundamental que cada persona involucrada en la cadena de valor comprenda su impacto y cómo su trabajo influye en el servicio final. No se trata solo de manejar tecnología, sino de desarrollar habilidades estratégicas que permitan aprovechar su potencial al máximo.
¿Cuál es el rol de la inteligencia artificial en la transformación del sector?
La inteligencia artificial ya está cambiando las reglas del juego. Antes se pensaba que solo reemplazaría tareas repetitivas, pero hoy vemos que puede realizar funciones complejas con precisión. Sin embargo, la clave no está en la competencia entre inteligencia artificial e inteligencia humana, sino en la combinación de ambas.
Vamos hacia un modelo de inteligencia aumentada: la combinación de la inteligencia humana con la inteligencia artificial para potenciar capacidades. Nadie querrá contratar a un profesional que no utilice herramientas de IA para mejorar su rendimiento. La diferencia la marcarán los valores, la creatividad, la innovación y la capacidad de tomar decisiones estratégicas.
¿Cómo pueden las personas prepararse para el futuro del trabajo en el sector?
El punto central está en desarrollar la capacidad de aprender a aprender. En las universidades todavía se enseña con un modelo basado en la memorización, cuando lo que realmente se necesita es saber formular las preguntas correctas y adaptarse a un mundo en constante cambio.
El Foro Económico Mundial ya lo anticipa: dos de cada tres niños que hoy están en la escuela primaria trabajarán en empleos que todavía no existen. Y al mismo tiempo, hay millones de puestos vacantes porque no hay personas con las habilidades necesarias para ocuparlos. Por eso, es fundamental que el sector impulse programas de capacitación continua y reskilling, para que los trabajadores puedan adaptarse a las nuevas oportunidades.
¿Qué oportunidades y desafíos enfrentará la logística en los próximos años?
Estamos en un punto de inflexión. Por un lado, tenemos una aceleración tecnológica sin precedentes, que nos permite hacer cosas impensadas hace apenas unos años. Por otro lado, enfrentamos desafíos globales que afectan la movilidad de bienes y servicios, como conflictos internacionales, crisis energéticas y cambios en la regulación del comercio.
La logística ya no es solo mover productos de un punto a otro, es conectar eficientemente a las personas con lo que necesitan, en el menor tiempo posible y con el menor impacto ambiental. Para lograrlo, la industria tiene que repensar su modelo de negocio, adoptar nuevas tecnologías y priorizar la sostenibilidad en cada eslabón de la cadena de valor.
¿Qué distingue a las empresas más exitosas en este contexto?
Las empresas que lideran la transformación que se está viviendo son aquellas que han entendido que la tecnología es una aliada, pero el éxito depende de cómo la implementen. Este proceso de incorporación de tecnología no es suficiente si no hay un equipo capacitado y comprometido detrás.
En logística y el comercio exterior, el contacto humano sigue siendo un factor fundamental. Por ejemplo, en una investigación, se descubrió que los repartidores de una empresa desalentaban a los clientes a comprar nuevos productos porque les resultaba más fácil distribuir los tradicionales. Esto demuestra que la estrategia no se define solo en las oficinas de dirección, sino en cada punto de contacto con el cliente.
Por eso, si queremos empresas más eficientes y humanas, necesitamos capacitar a cada persona en la cadena de valor para que entienda su impacto y pueda aportar valor en cada interacción.
¿Qué creés que se puede esperar para el futuro del comercio exterior y la logística?
El futuro no es solo tecnológico, también es humano. No basta con implementar nuevas herramientas si no se desarrollan equipos preparados para gestionarlas de manera estratégica. Por otra parte, en esta nueva etapa, la agilidad será central: la capacidad de adaptarse rápidamente a los cambios sin perder de vista los valores fundamentales de la industria.
Las empresas que triunfen serán aquellas que sepan equilibrar innovación y talento, tecnología y experiencia, eficiencia y calidad humana. Estamos en un momento de transformación profunda, y quienes sepan aprovecharlo marcarán el camino en los próximos años.