Sin precisiones sobre el texto final, el Gobierno quiere anotarse una victoria legislativa y busca emitir esta tarde un despacho de comisión del proyecto de boleta única papel (BUP) para convertirlo en ley en la sesión especial convocada para mañana a las 11.30. A pesar de la intención del oficialismo de consensuar un texto con los bloques amigos, quedó entrampado entre los acuerdos que celebró en el Senado y la distribución de fuerzas en Diputados, donde el poder de los gobernadores es menor.
Si bien en la Cámara baja hay una amplia mayoría que está de acuerdo con erradicar la papeleta partidaria para cargos nacionales, una diferencia sustancial asoma como la discusión que predominará tanto en el plenario como en el recinto. Se trata de la posibilidad de tildar un casillero para elegir todas las categorías de un mismo partido o “lista completa”, resistida por los gobernadores con partidos provinciales que no suelen competir por la presidencia.
Tanto Pro, la UCR, Encuentro Federal y la Coalición Cívica (CC) quieren que la boleta contenga esta opción para el elector. Señalan que, de no existir, el voto en blanco para las categorías inferiores será muy elevado. Temen que el votante considere que la selección de la opción nacional sea suficiente y no tilde el resto de las cajas. Argumentan que en Mendoza, una de las provincias que se implementó este sistema, el 85% optó por la opción de lista completa en la última elección.
En la Cámara alta, el oficialismo accedió a quitar esta opción a instancias de los alfiles legislativos de los gobernadores Alberto Weretilneck (Río Negro) y Hugo Passalacqua (Misiones), quienes especulan con que el “efecto arrastre” los perjudique. En Diputados, estos dos mandatarios provinciales están representados por el bloque Innovación, presidido por la salteña, Pamela Calletti, aliada del gobernador Gustavo Sáenz (Salta).
Los libertarios priorizan la sanción de la ley y ponen en un segundo plano la letra chica de la norma. Cerca del presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, señalan que apoyarán el texto que se sancionó en el Senado para evitar inconvenientes con los gobernadores. No obstante, es probable que se imponga el texto que incluye el casillero de “boleta completa”. Por eso, en Innovación le reprochan “falta de palabra” al oficialismo y evalúan una estrategia para evitar un revés en la sesión de mañana.
Este mediodía, las diputadas Pro, Silvia Lospennato y Silvana Giudici, se reunieron en Casa Rosada con referentes del oficialismo para tratar de destrabar el debate. De la cumbre participaron el vicejefe de Gabinete, José Rolandi, el secretario de Interior, Lisandro Catalán, el jefe de bloque libertario en Diputados, Gabriel Bornoroni, y el presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales, Nicolás Mayoraz (LLA).
Sobre este encuentro, Giudici confió a LA NACION: “El bloque Pro fue con la posición de impulsar el tratamiento de la BUP para comprometer a los bloques con el quorum y la sanción porque es un proyecto de nuestro espacio que incluimos en la agenda legislativa que le pasamos a Guillermo Francos -jefe de Gabinete- hace dos meses”.
Allí llegaron a un acuerdo respecto de que la transmisión de los telegramas las hará el Gobierno desde las escuelas y que las boletas sobrantes y anuladas las pondrán juntas en un bolsín cerrado para inutilizarlas. Sin embargo, no hubo consenso respecto de incluir, o no, el “botón” de lista completa.
Según pudo saber LA NACION, se terminará de definir en una reunión con todos los jefes de bloque a las 17, previo al plenario de comisiones.
El principal cambio de esta reforma electoral apunta a eliminar la actual papeleta partidaria –que distribuye y cuida cada espacio político– para adoptar una única boleta que aglutine toda la oferta electoral. Esta modificación del sistema tiene un gran simbolismo para la Casa Rosada. No solo ataca las prácticas clientelares y el negocio de la impresión de boletas, sino que también garantiza el derecho de elegir y ser elegido sin la necesidad de una estructura robusta de fiscales, algo que en la última elección le costó a los libertarios un pacto con el sindicalista Luis Barrionuevo en las PASO y con Pro en el balotaje.