El Gobierno empuja un cambio de agenda en medio del escándalo $LIBRA: provoca a Kicillof y no descarta tomar medidas en la provincia

“Veremos”. Dado que retroceder no forma parte del manual libertario, en la Casa Rosada no descartan que Javier Milei vaya más allá de las palabras con su idea de “intervenir” la provincia de Buenos Aires. “¿Alguien cree que Javier no se anima?”, soltó hoy un colaborador oficial en Balcarce 50. Por ahora, sin embargo, el Gobierno solo se mueve en el plano discursivo: la gestión libertaria decidió subir al ring al gobernador bonaerense, Axel Kicillof, y promover una conversación que insista sobre la crisis de seguridad que hay en la provincia más grande del país. El giro en la agenda le permitió hacer a un margen el escándalo por la criptomoneda $LIBRA que se inició con el tuit del Presidente en la red social X hace dos semanas.

“Gobernador, dado que está admitiendo su fracaso, si le interesa el bienestar de los bonaerenses córrase del camino (esto es, renuncie) y déjenos intervenir la Provincia. En un año nosotros vamos a terminar con la violencia”, lo provocó Milei a Kicillof a través de la red social X este viernes a primera hora luego de que, ayer, el mandatario bonaerense dijera en conferencia de prensa que “cada vez que Milei tiene un problema, explota la situación de la inseguridad”.

La réplica de Milei a Kicillof, subiendo la apuesta y llevando la discusión a un plano institucional –al punto de hablar de una intervención a la provincia desde Nación– fue rápidamente amplificada por el grueso del gabinete. El ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger (que viene subiendo su perfil político) dijo que “el peronismo tiene que ofrecer futuro, porque en el presente es solo muerte, corrupción, pobreza y desesperanza”. Patricia Bullrich aseguró que pedirle la renuncia a Kicillof “es solucionar el problema” y aseguró que la sociedad pide “a los gritos” intervenir Buenos Aires.

La Constitución dice que la Nación puede intervenir en el territorio de las provincias “para garantizar la forma republicana de gobierno o repeler invasiones exteriores, y a requisición de sus autoridades constituidas para sostenerlas, si hubiesen sido depuestas por la sedición, o invasión de otra provincia”. El problema de la inseguridad no encuadra en estos supuestos. Además, una intervención debe ser votada por el Congreso y no puede ser decidida de manera unilateral por el Presidente.

La amenaza de Milei provocó un fuerte rechazo en el peronismo y aliados, como el santiagueño Gerardo Zamora. Por primera vez en mucho tiempo, el PJ se mostró aglutinado.

Hoy en la Casa Rosada nadie decía que el mensaje de Milei apuntara solo a una cuestión discursiva. Y daban a entender que podrían tomar medidas concretas aunque no especificaban cuales. Pedían que Kicillof entregue la provincia y daban a entender que todo es posible. “Para Kicillof la inseguridad es un tema ideológico y la provincia es un baño de sangre. Esperamos que Kicillof dé un paso al costado y que deje trabajar a la gente que es competente”, lanzaba un importante colaborador oficial.

El caso $LIBRA y el 1° de marzo

Mientras alimentaban la pelea con Kicillof, en la sede de gobierno optaban por no hacer comentarios sobre las nuevas revelaciones del caso $LIBRA que publicó el prestigioso diario The New York Times. El periódico publicó una investigación en la que citó a empresarios vinculados al mundo de las criptomonedas que revelan supuestos pedidos de dinero de parte del trader Mauricio Novelli para organizar audiencias con Milei. Novelli es la persona que acercó al Gobierno a Hayden Mark Davis, creador $LIBRA.

Cuatro fuentes consultadas por The New York Times indicaron que Novelli les cobró a empresarios del sector 50.000 dólares para participar del Tech Forum y poder ver a Milei. El diario también sostiene haber escuchado un audio de Hayden Davis en el que este se arrogaba tener control sobre Milei. Y asegura haber visto una propuesta escrita en la que Davis ofrecía una reunión con Milei y una asociación con el gobierno argentino a cambio de 90 millones de dólares en criptomonedas. The New York Times, no obstante, sostiene que “no hay evidencias de que Milei estuviera al tanto de esas propuestas”.

“No vamos a comentar sobre declaraciones de terceros que son ajenos a la gestión”, respondieron a LA NACION cerca de Milei consultados sobre el artículo de The New York Times. Otro importante colaborador dijo en la misma línea: “Para nosotros es un tema de terceros”.

Javier Milei con la ministra Patricia Bullrich y parte de su equipo

En las últimas dos semanas, desde que estalló el escándalo, en la Casa Rosada no rechazaron de plano que particulares, como Novelli, hayan pedido dinero y hayan utilizado su vínculo con el Presidente para hacer lobby. “No lo descartamos, pero tampoco hay elementos para suponerlo”, dijeron y remarcaron que son solo versiones sobre personas ajenas al Gobierno.

Cerca de Milei quieren dar por cerrado ese capítulo. Acostumbrados a mover los hilos de la conversación pública, a ser agresivos y no reactivos, la gestión libertaria ahora se apalanca en la cuestión de la inseguridad en la provincia de Buenos Aires, un tema que esta semana generó especial conmoción por el crimen de Kim Gómez, la niña de siete años, en La Plata.

Después de varias semanas de traspiés (el caso $LIBRA, la fallida licitación de la Hidrovía y la resolución de la Agencia de Discapacidad que usó los términos “débil mental, idiota e imbécil”), el Gobierno pudo instalar la pelea con Kicillof por la inseguridad como un tema nacional. Cristina y Máximo Kirchner, por caso, se metieron en la discusión en apoyo al gobernador bonaerense, que organizó una nueva conferencia de prensa para contestarle al jefe de Estado. .

Se descuenta que mañana, en el discurso que dará frente a la Asamblea Legislativa, Milei hará hincapié no solo en la agenda económica -que es su tema habitual- sino también en la cuestión de la seguridad. Está pendiente la presentación del nuevo Código Penal (que aún no está finalizado) y comenzó a discutirse la baja de la edad de imputabilidad, una idea con la que el Presidente está de acuerdo, según los últimos tuits que replicó en su cuenta de X.