El Gobierno le cambió el nombre al gasoducto Néstor Kirchner

El vocero presidencial, Manuel Adorni, anunció hoy que el Gobierno le cambió el nombre al gasoducto “Presidente Néstor Kirchner”, que conecta Vaca Muerta con Buenos Aires, y que a partir de ahora pasará a llamarse “Perito Francisco Pascasio Moreno”.

“El ‘Gasoducto Presidente Néstor Kirchner’ cambia su nombre: a partir de ahora se llamará “Gasoducto Perito Francisco Pascasio Moreno’”, confirmó Adorni desde su cuenta de X sin brindar mayores precisiones acerca de la nueva modificación.

El mes pasado, el Gobierno oficializó el cambio de nombre del ex Centro Cultural Kirchner por el de Palacio Libertad Centro Cultural Domingo Faustino Sarmiento, como ya lo llamaban varios funcionarios, entre ellos, el secretario de Cultura Leonardo Cifelli.

La decisión del cambio de nombre se da luego que a mediados de junio el Gobierno anunciara la licitación del segundo tramo de la obra, que permitirá duplicar la capacidad de transporte de gas a 40 millones de metros cúbicos diarios (m3/d) desde Vaca Muerta al Litoral.

Tal como explicó LA NACION en aquel entonces, el objetivo del equipo económico es tener la obra adjudicada en diciembre para que entre en operación en marzo de 2026. A diferencia de la construcción anterior, que se hizo con financiamiento público, esta vez se haría con capitales privados y demandará una inversión de US$2554 millones, según las proyecciones iniciales.

La construcción total del gasoducto y las otras obras complementarias costó US$2700 millones y se financió con aportes públicos.

Entre los planes del ex secretario de Energía Eduardo Rodríguez Chirillo, estaba constituir una nueva empresa energética en el país: Transportadora de Gas del Centro (TGC), con el objetivo de operar el gasoducto Néstor Kirchner y encargarse de conseguir el financiamiento para la construcción de un segundo ducto que permita ampliar la capacidad de transporte de gas de Vaca Muerta al litoral.

Energía Argentina (Enarsa), la empresa estatal encargada de las licitaciones de los gasoductos, es la sociedad que tendría la licencia para crear a la nueva transportista, y ponerla en concesión. Así funcionan Transportadora de Gas del Norte (TGN), cuyo principal accionista es Tecpetrol (de la familia Rocca) y CGC (Eurnekian), y Transportadora de Gas del Sur (TGS), en manos de la familia Sielecki y de Pampa Energía (fundada por Marcelo Mindlin).

Actualmente, la operación del gasoducto Néstor Kirchner está a cargo de TGS, pero fuentes oficiales señalan que es un contrato “fácil de rescindir”. Los adjudicatarios de la concesión tendrán como “zanahoria” un flujo de ingresos ya asegurados más la obligación de conseguir el financiamiento para la construcción de otro gasoducto.

Gasoducto norte

Asimismo, el anuncio se da tras el desembarco el mes pasado de María Tettamanti en la Secretaría de Energía, y luego que la semana pasada el Gobierno inaugurara el proyecto de reversión del Gasoducto Norte, que cambió el sentido del flujo del gas y permitió dejar de importar moléculas de Bolivia después de más de 50 años para reemplazarlas por producción de Vaca Muerta. Además, abrirá la posibilidad de comenzar a exportar gas argentino a Brasil.

El proyecto demandó US$740 millones de financiamiento público, de los cuales US$540 millones llegaron a través de un crédito del Banco de Desarrollo para América Latina (CAF). La obra fue licitada durante el gobierno de Alberto Fernández y la actual administración libertaria la continuó, ya que era imprescindible para abastecer de gas a las provincias del norte argentino y para destrabar el cuello de botella de la falta de evacuación de Vaca Muerta.

Luego de haber dejado de importar gas de Bolivia el mes pasado, ahora la industria comenzó a debatir acerca de cómo llegar con las moléculas de Vaca Muerta a Brasil. Si bien el Gobierno empezó a otorgar permisos de exportación interrumpibles para este verano, las empresas productoras advierten que no se podrá exportar hasta que la empresa estatal Energía Argentina (Enarsa) instale un medidor bidireccional que permita habilitar la operación.

Tal como publicó LA NACION, en los planes del sector se analizan dos formas de exportación. Por un lado, utilizar los gasoductos existentes y expandirlos para abastecer el consumo industrial de Brasil y, por el otro, enviar gas natural licuado (GNL) a las centrales termoeléctricas, cuya demanda varía según la generación hidroeléctrica.