A finales de enero, las empresas de medicina prepaga informaron que en promedio las cuotas de febrero aumentarían un 3,2%. El anuncio fue recibido con alarma desde el Ministerio de Economía, dado que se trataba de un incremento por encima de la inflación del 2,7% que el INDEC arrojó en diciembre.
A los pocos días de haber comenzado el mes, las autoridades nacionales convocaron a los principales jugadores del sector para convencerlos de retrotraer la suba. Fue en las usinas de la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS), el organismo que se encarga de regular a los actores del sistema de salud, en donde ocurrieron todas estas.
“Esperamos que las prepagas terminen con la especulación”, indicaron fuentes inobjetables del Gobierno Nacional a El Cronista.
Desde esos despachos afirman que las empresas deberían tener una rentabilidad suficiente con el fin de la triangulación con obras sociales, que producía que las prepagas no recibieran el 100% de los aportes y contribuciones. “Ahora no hay ningún ‘peaje’ en el medio”, agregan.
Según números oficiales, las compañías perdían alrededor de $ 30.000 millones por la triangulación de obras sociales. En total, los aportes y contribuciones recibidos se contabilizan en $ 180.000 millones.
Las autoridades de “la Super” se reunieron al comienzo de la semana con representantes de OSDE y OMINT, quienes -según la versión del Gobierno- escucharon con atención la demanda libertaria de tener en cuenta la nueva medida de triangulación para evitar nuevas subas.
En los días siguientes se acercaron Swiss Medical, Medifé, Medicus, Sancor, Hospital Alemán, Hospital Británico y Hospital Italiano. Entre todas estas engloban la gran mayoría del mercado de empresas prepagas. En las reuniones, la cúpula de la SSS interpeló ante los empresarios que la modificación de las triangulaciones genera “un impacto financiero positivo” y que las compañías debían dejar de “especular” con el precio de las cuotas.
Fuentes del sector contactadas por El Cronista afirman que esa retracción está dentro de las posibilidades, aunque lo harán oficial en los próximos días.
A comienzos de la gestión libertaria, el DNU 70/23 de desregulación económica estableció que se debían “liberar las restricciones de precios al sistema de medicina prepaga” para aumentar la competitividad del sistema.
En los hechos, ese esquema duró poco. A dos meses de haberse publicado, en febrero del año pasado el Ministerio de Economía obligó a las prepagas a retrotraer sus precios por entender que se habían excedido con las primeras subas. Normalizada parcialmente esa cuestión, se continuó con el proceso de liberalización de precios.
En particular, desde el Ministerio de Economía siguen muy atentamente la evolución de todos los proxys que pueden darle un impulso “no deseado” a la dinámica inflacionaria. Un ejemplo puntual de intervención del Gobierno comenzó a darse semanas atrás, cuando la Secretaría de Trabajó debió dejar de homologar paritarias que fueran por arriba de la expectativa de inflación.