El dólar tarjeta –la referencia oficial más alta para el billete verde en el mercado cambiario- bajará desde fines de este mes, a las puertas de las vacaciones para todos los argentinos. Lo hará porque el Gobierno ya había ratificado públicamente que no compensaría la caída del impuesto PAIS, que encarece ese billete, pero ahora también comenzó a dar señales sobre qué ocurrirá con el otro sobrecosto para esa cotización: la percepción del impuesto a las ganancias.
No sólo es un tema importante para aquellos que, atraso cambiario mediante, elegirán viajar al exterior, sino para las empresas de turismo, que tienen poco tiempo antes de las Fiestas para adaptar sus sistemas a los nuevos valores del dólar. Estas firmas están obligadas a destacar en sus facturas el costo final y los impuestos agregados.
Según supo LA NACION, en el Ministerio de Economía tienen la decisión tomada de que esa percepción se mantenga y con la misma alícuota –un 30%–. Sin embargo, para que eso ocurra, ARCA (la ex AFIP) tendrá que emitir una nueva resolución que ratifique ese sobrecosto y que siga dejando al dólar turista como el más alto del mercado.
El impuesto PAIS ya dejó de cobrarse a bienes que pasen por la Aduana –se tomaba un anticipo del 95% del impuesto– porque, como desde el 23 de diciembre –cumplidos los cinco años de su vigencia– caerá, no existe un hecho imponible que avale el pago adelantado del tributo. El Gobierno decidió además no pujar para prorrogarlo en el proyecto de Pesupuesto 2025. Esa fue una promesa del ministro de Economía, Luis Caputo, y del presidente Javier Milei.
El problema es que la caída del impuesto creado por Martín Guzmán en 2020 –que gravaba el dólar tarjeta o turista en un 30%– arrastrará también la percepción de Ganancias –que lo gravaba con otro 30%– y que fuera creada en el artículo 35 de la ley 27.541 y reglamentada por la AFIP a través de la resolución 4815, según dijeron los que siguen de cerca la letra chica.
“La percepción está hecha sobre operaciones alcanzadas por el impuesto PAIS. Si ese tributo desaparece, la base imponible también, y habría que emitir una nueva resolución para instalar una percepción parecida”, contaron en ARCA a LA NACION. Es la misma interpretación que ya había hecho en las redes Guillermo Michel, exdirector general de Aduana.
“Proyectando a 2024 los números de 2023, este año 11 millones de personas van a pagar el impuesto PAIS más la percepción de Ganancias o Bienes Personales. Unos 4,1 millones son empleados (37%); 1,5 millones son monotributistas puros (14%); 1,4 millones son contribuyentes de otros impuestos (13%) y 4 millones no son ni contribuyentes ni empleados, como ser jubilados (36%)”, escribió Michel en un posteo en X.
Agregó: “Para enero de 2025 se proyecta un consumo récord de dólares en el exterior de US$1250 millones mensuales. Si el Gobierno quiere que no se abarate el dólar tarjeta, tiene que volver a crear o subir impuestos”.
En ese sentido, será necesario que, como se hizo en 2012, mediante las regulaciones 3378 y 3379 de AFIP, se publique una nueva percepción de Ganancias, similar a la actual y con la misma alícuota. En eso piensa Economía.
El dólar más caro
La decisión del Gobierno dejaría el dólar tarjeta cerca de los $1350, lo que implica que seguiría siendo por bastante la cotización más cara del mercado. Todos los demás dólares libres se mantienen por debajo de los $1100 desde estas semanas y en brechas mínimas con el oficial. Se trata de un dato clave para las reservas del Banco Central (BCRA), que todavía están en terreno negativo. Es que quienes hagan consumos en el exterior tendrán el incentivo de llevarse los dólares cash (usando el informal, hoy a $1055) o pagar el consumo de la tarjeta en el extranjero haciéndose de dólares MEP (hoy a $1062) y con un stop debit en el banco.
LA NACION contó esta semana que, en octubre pasado, los argentinos demandaron US$562 millones netos en el mercado de cambios, principalmente para gastos por viajes, pasajes y otros consumos efectuados con tarjetas en compañías fuera del país. Sin embargo, según destacó el BCRA, alrededor del 50% de esos consumos con tarjetas fueron posteriormente cancelados de forma directa con fondos propios en moneda extranjera.
“Esto reduce el impacto deficitario de estos consumos en el mercado de cambios y en las reservas internacionales”, explicó el informe de Evolución del Mercado de Cambios y Balance Cambiario, que elabora mensualmente la autoridad monetaria.
Con la decisión oficial en puerta, además de no perder las reservas resguardadas por Santiago Bausili en el BCRA para el pago de deuda que tiene que hacer el Gobierno en enero –ya compró los billetes– como en julio (negocia un repo con el mercado y dólares frescos con el FMI), tanto Caputo como Milei dejarán también de avalar oficialmente un tipo de cambio bien lejano a los $1100 que ven como ajustado a la actual macroeconomía argentina. Y esto lo harán, a su vez, y gracias a la significativa brecha existente contra el dólar tarjeta, sin perder el incentivo a que no se usen dólares de las reservas, aún escasos, y se opte por las opciones financieras (MEP) para pagar los viajes y los consumos en el exterior.