Un quiebre para la Fórmula 1, un día histórico para el automovilismo argentino. El circuito callejero de Bakú, con su mezcla de sectores estrechos de pista de apenas seis metros y medio de anchura que recorren la ciudad vieja y otros segmentos amplios, para desandar la máxima potencia de los motores asistidos por el DRS, ofreció un espectáculo singular, una definición crítica con un impactante accidente sin consecuencia físicas para los pilotos y un estallido con los rookies apuntándose en la zona de puntos del Gran Premio de Azerbaiyán.
La victoria de Oscar Piastri y el avance de Lando Norris posibilitaron a McLaren bajar el martillo y romper con la hegemonía de más de dos años de Red Bull Racing (RBR) al frente entre los Constructores. Al mismo tiempo, Franco Colapinto escribió una página de ensueño: largó octavo, ingresó en la décima posición a los giros finales y el espeluznante enganche entre Carlos Sainz Jr. (Ferrari) y Sergio Checo Pérez (RBR) lo hizo avanzar hasta el octavo escalón del clasificador para sumar los primeros cuatro puntos en su segunda presentación en el Gran Circo.
El arte del ataque y de la defensa desplegó Piastri en Bakú para cosechar su segunda victoria en la F.1. En Azerbaiyán logró plasmar con autoridad los argumentos para posicionarse en el sitio de privilegio de la ceremonia de premiación y enseñar una sonrisa de satisfacción, borrando aquel rostro de inconformidad que lo acompañó en el podio de Hungría, en la que se estrenó como vencedor en el Gran Circo.
Aquella vez, cuatro carreras atrás, una enredada estrategia de McLaren provocó pasajes de tensión entre el joven australiano y su compañero Norris, que debió ceder el primer puesto a pocos giros de la bandera a cuadros. Con 39 grandes premios como experiencia, Piastri reveló ser poseedor del talento que generó una controversia con Alpine en su lucha para liberarse de la escudería de origen francés y sumarse a la fábrica de Woking, donde se aseguraba una butaca. Una decisión que se sustentó en la promesa de diseñar un auto competitivo y el rendimiento del modelo MCL38 dio razones de esa determinación de cambiar de colores. McLaren es líder entre los Constructores, mientras que Alpine marcha anteúltimo, con apenas 13 puntos en el Mundial.
La rápida eliminación de Norris en la Q1 de la clasificación agitó la grilla y Piastri defendió la bandera de McLaren al señalar el segundo mejor registro de la prueba, por detrás del poleman Charles Leclerc (Ferrari). Los apenas 100 metros que hay desde el semáforo a la primera curva en Bakú, una distancia escasa para intentar una superación en la partida.
La serenidad de Piastri, su valor, la valentía y la pericia para descubrir el momento para lanzar el ataque llegó en el tránsito de la vigésima vuelta: arriesgó con el temperamento de los que no se conforman con ser simples protagonistas y con la perspicacia de que tiene adelante una oportunidad única para desarrollar un plan. Una maniobra al límite, al milímetro, porque la pared quedó pegada a los neumáticos derechos.
La velocidad de McLaren con aire limpio asoma imposible de equiparar por el resto: con 31 giros por delante, Piastri evidenció esa superioridad. Y cuando en varias ocasiones Leclerc pretendió recuperar el liderato, le quitó todo margen de maniobra y anuló la velocidad extra de la Ferrari con el DRS. “Sin dudas creo que es una de mis mejores carreras de mi trayectoria. Al principio no tenía ritmo, no podía atacar, pero con los neumáticos duro el auto respondió mejor y si no lo pasaba al comienzo del stint no lo iba a hacer jamás. En este circuito no existen las vueltas relajadas y fue un desafío mantener a Charles [Leclerc] detrás durante más de media carrera”, apuntó Piastri.
El resumen del Gran Premio de Azerbaiyán
Desde Monza a Bakú el paddock realizó múltiples conjeturas sobre las papayas rules y la decisión del equipo de, a partir de la visita a Azerbaiyán, apoyar a Norris para ensayar un intento por quitarle el primer puesto a Max Verstappen, que viene en baja, minimizando daños, con un auto que se desplomó en su rendimiento: MadMax triunfo en siete de los primeros diez grandes premios del curso y ahora acumula siete sin victoria. El británico recortó apenas tres unidades, deberá esmerarse muchísimo para darle alcance: la brecha es de 59 puntos y restan siete fechas.
Sí, McLaren logró lo que más ansiaba: tomar el control entre los Constructores: llegó a la cita ocho puntos por detrás y se marchó 20 arriba, producto del éxito de Piastri, el avance de Norris –partió 15 y llegó cuarto, por delante de Verstappen-, el bajo rendimiento del tricampeón neerlandés y el accidente que dejó fuera a Checo Pérez, cuando el mexicano estaba en puesto de podio. “Cuando el año pasado me uní al equipo éramos literalmente últimos y ahora estamos liderando el campeonato. Eso habla mucho y muy bien del equipo. En mi tiempo, fue genial ver cómo mejoramos, cómo el auto se fue convirtiendo en un coche competitivo. Con ese avance logré lo que hace doce meses parecía imposible: victorias”, comentó Piastri sobre la transformación y recuperación de McLaren.
La chance que aprovechó Colapinto
Esa carambola entre Pérez y Sainz Jr. aumentó el premio para Colapinto, que ofreció otra cuota de madurez. El argentino se repuso del incidente en la primera práctica libre, avanzó en los dos restantes entrenamientos, se clasificó noveno –accedió a la Q3, algo que su antecesor Logan Sargeant no logró en las 15 carreras anteriores del año- y después de ejecutar un aprendizaje continuo sobre gestión de neumáticos –temperatura, desgaste, graining…- logró asegurarse el décimo puesto, al superar a Nico Hulkenber (Haas).
El impacto entre el mexicano y el español lo hizo ascender al pilarense dos escalones más, embolsar cuatro puntos y romper con la barrera de 42 años y siete meses sin que un piloto argentino sumara unidades en la F.1. Desde el GP de Brasil 1982, con el segundo puesto de Carlos Reutemann, en su despedida del Gran Circo; después se sucedieron sin fortuna Ricardo Zunino, Miguel Ángel Guerra, Oscar Larrauri, Norberto Fontana, Esteban Tuero y Gastón Mazzacane.
“Sufrimos mucho en las primeras vueltas con las gomas medias”, apuntó el pilarense, de 21 años. “No tenía experiencia con los neumáticos duros y no sabía cuándo podía empujar y cuando no. Con el graining perdía agarre, no tenía velocidad en las curvas, por eso tuve que hace mucha gestión, con la ayuda del equipo, tanto en frenada como en aceleración. Cuando los rivales empezaron a acercarse [en un momento conformó un tren de autos con Alexander Albon, Oliver Bearman y Lewis Hamilton] me dijeron que deje de hace gestión y empiece a empujar y ahí mejoré los tiempos”, explicó Colapinto, acerca de las dificultades que debió sortear para no decaer en el rendimiento.
Con los cuatro puntos de Colapinto y los seis que sumó Albon, Williams redondea 16 unidades y superó a Alpine entre los Constructores. El desafío será el séptimo puesto que ostenta Haas, del que lo separan 13 puntos; apenas más adelante asoma RB (34 contra 16 de los de Grove), que viene en declive. El sueño argentino sigue su curso y Williams descubrió en otro piloto nacional, como hace 44 años con Lole, motivos para sonreír.