El presidente Javier Milei y el ministro Luis Caputo se aferran, por ahora, al esquema del crawling peg mientras desarman el cepo al dólar. Mantienen el ritmo devaluación diario en 2% mensual y afirman que no aplicarán un salto devaluatorio, a contramano de lo que prevén y reclaman muchos analistas y agentes económicos.
Ricardo Arriazu, titular del estudio Arriazu Macroanalistas y uno de los economistas referentes del Presidente de la Nación, advierte que un salto cambiario no es la salida correcta en medio de la coyuntura actual porque afectaría fuertemente al programa económico que está llevando adelante el Gobierno.
El dólar futuro anticipa que se posterga más el levantamiento del cepo
“La mayoría de los economistas cree que hay que devaluar. Yo creo que no. Si devaluamos, chao: se acabó el programa, se acabó Milei y se acabó todo. Hay que estar seguros de que no le puedan doblar la mano al Gobierno. Si se hacen las cosas bien, no le pueden doblar la mano”, aseguró Arriazu en un evento organizado por el Rotary Club en el que participó El Cronista.
Salida del cepo al dólar
El economista afirma que el presidente Alberto Fernández y el ministro Sergio Massa dejaron reservas netas negativas por u$s 11.000 millones y u$s 40.000 millones de importaciones no pagas, por lo que si Milei hubiese eliminado los controles de cambios en diciembre, tras su asunción, habría generado automáticamente una hiperinflación.
Las únicas dos hiperinflaciones en la Argentina se dieron, de acuerdo con cuando hicieron exactamente eso: cuando los equipos económicos dispusieron un tipo de cambio libre y flotante, con la ausencia de confianza por parte del mercado.
“Por lo tanto, por más que odio el cepo, no se podía levantar en diciembre. ¿Se puede ahora? Todavía no. Hay que ir levantándolo de a poco. Todos los días una medida que vaya facilitando. Y el Gobierno la está tomando todos los días. ¿Esto impide el crecimiento? No. Se puede crecer así, aunque creceríamos mucho mejor sin cepo”, aseveró.
Intervención
“En la mayoría de los países, la inflación es un fenómeno monetario. Conceptualmente, en realidad, es el mecanismo de ajuste del mercado de la unidad de cuenta. O sea, la que se utiliza para medir todas las cosas. Como la mayoría de los países utiliza su moneda como medida de cuenta, entonces es un fenómeno monetario”, comentó.
Arriazu sostiene que bajar los niveles de inflación es muy sencillo: hay que dejar de emitir pesos y para eso es necesario no tener déficit fiscal. Sin embargo, advierte, en la Argentina esta medida no es suficiente, ya que es una “economía bimonetaria”, con predominancia del dólar en gran parte de las transacciones.
“Si de golpe la gente se asusta, sale corriendo a comprar dólares y sube el precio del dólar, lo que ocurre es que los precios en la Argentina suben automáticamente. Entonces, no basta con estabilizar el peso. Mientras el dólar sea unidad de cuenta en el país, hay que estabilizar el precio del dólar”, aseguró.
Para Arriazu, para lograr una estabilidad en el mercado cambiario es necesario que el equipo económico compre y venda divisas, tal como empezó a hacerlo Caputo el mes pasado a través del esquema de esterilización de pesos con ventas de dólares en la Bolsa.
“No es algo artificial. Sería artificial si tenemos déficit fiscal, porque un déficit fiscal termina generando un déficit externo y a la larga va a explotar. Si no tengo déficit fiscal, no va a explotar. Cuando el dólar deje de ser unidad de cuenta, importará un pepino lo que le pase al dólar”, aseguró el economista.