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23-02-2025 Vol 19

El Juego de las Estrellas de la NBA, sin Lebron James y con Stephen Curry como MVP: el triunfo de los algoritmos

“Con Lebron nunca hay certezas” publicó LA NACION el domingo. En la previa del evento de anoche, cuando en realidad lo incierto era si James iba a jugar su último Juego de las Estrellas o si le quedaría resto para uno más, nada hacía suponer que quizás el último había sido el de 2024. Pero su ausencia en las prácticas realizadas en el Oakland Arena y la convocatoria a una conferencia de prensa activaron el teléfono rojo de la NBA: ¿acaso iba a anunciar su retiro? ¿Había llegado el momento de decir, finalmente, que éste sería su último All Star Game? Apenas tres horas antes del comienzo, Lebron se mostró humano y dijo que tenía un dolor en el tobillo que le generaba una molestia en todo el pie. “Todavía quedan 30 partidos y creo que es importante para mí entender que tengo que cuidarme”, dijo.

El anuncio a último momento quizás haya sido porque James quiso esperar para saber cómo iba a estar, pero también una forma de no desalentar al público, que no llegó a completar todas las butacas del Chase Center de San Francisco. Aún así, y aunque Lebron sea la cara actual de la NBA, todos los aplausos fueron para Stephen Curry, el dueño de casa y la persona más querido de la ciudad.

El partido en sí mismo no dejó de ser un intercambio de canastas, sin otra intención que la de entretener y motivar al público presente, al que lo miró por televisión y al que lo siguió por redes sociales. Los mejores momentos del juego llegaron, por supuesto, cuando se combinaron los talentos. Casi no hubo triples espectaculares -salvo una canasta de Curry desde mitad de cancha, y que valió 4 puntos- y sí, en cambio, jugadas para las que al menos se necesitaron dos. Incluso en las volcadas, siempre hay uno que asiste, o que roba, o que toma el rebote y le facilita el lucimiento a un compañero.

El hecho de que se jugara con el objetivo de anotar 40 puntos y no por tiempo de juego, resultó positivo y novedoso, aunque obligó a que los técnicos administren el tiempo de otra forma para hacer los cambios y que todos puedan tener algunos minutos.

El primer partido lo ganó el Chuck’s Global Stars (el equipo de Charles Barkley) al Kenny’s Young Stars (el de los novatos) por 41 a 32, con un doble final de Shai Gilgeous-Alexander. La otra semifinal quedó en manos de Shaq’s OGs, que vencieron a Candace’s Rising Stars por 42 a 35. En el partido final triunfó Shaq’s OGs frente a Chuck’s Global Stars por 41 a 25. Stephen Curry fue elegido como el MVP (Jugador más valioso del partido) y todo terminó saliendo como el público quería.

Y en el centro de la atención, el show. No deja de sorprender el talento para el espectáculo que tienen los estadounidenses, amos y maestros de esta disciplina que es algo de música, algo de baile, mucho de actuación y una apología de grandes recursos. La presentación de cada equipo y de sus jugadores fue con una banda tocando en vivo, con distintas canciones muy conocidas, desde la latina “Oye como va” de Santana hasta la pesada “Enter Sandman”, de Metallica.

Stephen Curry, junto con Jayson Tatum, Jaylen Brown y Kevin Durant

Cada tiempo muerto es aprovechado para dar un show: de porristas o de distintas cámaras que enfocan al público para que hagan algo (bailar, besarse, mostrar sus músculos). Al final del primer encuentro, un fan que nadie sabe bien cómo llegó ahí, pero llegó, venció a Damian Lillard en un pequeño torneo de triples, y se llevó 100.000 dólares. Terminó, literalmente, nadando en billetes. La animación estuvo a cargo de Kevin Hart, un actor y comediante de esos que aman los estadounidenses, pero que quizás cuesta identificar del todo en el resto del globo.

“Lo querían diferente, lo tuvieron diferente”. Así se autoproclamó vencedora la NBA con este nuevo formato. Si bien al cierre de esta nota los números de la televisión no fueron dados a conocer, sí exhibieron el número que más les gustó: las redes sociales alcanzaron un billón de visualizaciones relacionadas con las actividades del viernes y el sábado. Aunque algunos jugadores estén lesionados, los algoritmos muestran un estado envidiable.

M.M