Por una tarde, el estadio del Parque Roca volvió a vivir una fiesta del tenis. Lejos (o no tanto) de aquellos días de Copa Davis, el Mary Terán de Weiss se vistió de gala para una ocasión especial: celebrar la carrera de Juan Martín del Potro, 33 meses después de su último partido oficial, y recibir a una leyenda aún vigente como Novak Djokovic. Entonces, desde temprano, el predio de Villa Soldati recibió a miles de espectadores, los entusiastas del tenis, los fanáticos ávidos por despedir a uno de los mejores jugadores de la historia argentina y disfrutar la magia del campeón de 24 Grand Slams; rivales algún tiempo atrás, amigos desde siempre. Y fue una jornada inolvidable, con alegría, risas, y una inevitable pizca de nostalgia.
La cita más cercana en el Parque Roca había sido hace un par de años, en noviembre de 2022, con la visita de Rafael Nadal y Casper Ruud, que incluyó un dobles mixto junto a Gabriela Sabatini y Gisela Dulko; un poco más atrás en el tiempo, un duelo entre Roger Federer y Alexander Zverev, en noviembre de 2019. Aquella vez, vale recordarlo, la leyenda suiza, por entonces con 38 años, iba a tener como rival a Delpo, pero ya el tandilense empezaba a padecer los efectos de la fractura en la rótula derecha de la que nunca pudo recuperarse, y no pudo participar; lo reemplazó el alemán, hoy número 2 del mundo y que volverá a Buenos Aires en febrero próximo, esta vez para jugar por los puntos en el Argentina Open. Mucho más atrás en el tiempo quedaron los días de Copa Davis: transcurrieron más de once años desde la última serie jugada allí, en abril de 2013, un 3-2 sobre Francia.
La tarde fresca y las lluvias tempranas amenazaban con un domingo destemplado, pero la tarde trajo una pizca de sol. Dentro del estadio, la gente aportó el calor, con 14.000 espectadores rendidos ante dos leyendas. Acaso no tenga el mismo sabor que verlo jugar un torneo oficial, pero no abundan tampoco las ocasiones de seguir unos puntos de Djokovic tan de cerca… y a esta altura de los años, asoma difícil que pueda regresar por estas tierras en el máximo nivel. Como también era la última ocasión de escuchar el sonido del trueno en los derechazos de Del Potro. Por eso, ningún fanático de la raqueta quería perderse esta tarde singular.
Cerca de las 15.45 empezó la acción, a modo de aperitivo, con un duelo de tie-breaks entre dos de los mejores jugadores argentinos de la temporada, Sebastián Báez y Francisco Comesaña; fue victoria para el primero por 8-6 y 7-5. El bonaerense se ganó una ovación con una Gran Willy ganadora. Hubo tiempo para que el público se divirtiera con las selfies proyectadas en pantalla gigante, la “kiss cam” habitual en otros espectáculos deportivos, el infalible pop de los años 80, el chingui chingui de la música electrónica. Hubo una ovación cuando las pantallas mostraron al exfutbolista Maximiliano Rodríguez, recordado autor de un golazo contra México en el Mundial de Alemania 2006; también para Paula Pareto, inolvidable medalla dorada olímpica en judo. La lista futbolera incluyó, entre otros, a Rolando Schiavi, Carlos Tevez, Ramiro Funes Mori y Gonzalo Pity Martínez. El show incluyó algunos puntos jugados por influencers, animadores, streamers y tenistas, como Nadia Podoroska. Entre el público se pudo ver a Diego Schwartzman y Mariano Zabaleta. El Peque, que se despedirá del tour en el próximo Argentina Open, fue muy aplaudido cuando su imagen apareció en las pantallas.
Glamorosa como siempre, Gabriela Sabatini también se dio una vuelta por el Parque Roca. No necesitó presentación la mejor tenista que vio nuestro país para adueñarse de todos los aplausos y la admiración de todos. Casi de inmediato, una ovación de pie recibió a Djokovic, en su vuelta a la Argentina después de once años. El serbio acaparó los flashes, una ovación cerrada, el grito de “olé olé olé, Nole Nole”. El momento emotivo se extendió con la entrada de Del Potro. Sabatini realizó el sorteo, y antes del comienzo Abel Pintos cantó “Motivos” y le regaló una guitarra a cada uno de los tenistas. Como umpire ofició Damián Steiner, recordado juez argentino de silla hace unos años.
Por fin, llegó la hora del último duelo entre Djokovic y Del Potro. Una rivalidad que tuvo 20 episodios previos. Ampliamente superior Nole en el balance (16-4), pero el tandilense atesora tres triunfos inolvidables (Copa Davis 2011, Juegos Olímpicos de Londres 2012 y Río 2016); el serbio ganó otro duelo muy trascendente, la final del US Open 2018. “Sacale despacio, Delpo”, fue el grito que encendió algunas risas. Un derechazo clásico del Delpo, toda potencia, despertó los “uuuhhh” de admiración del público y miles de aplausos. “Vamos, Roger”, se escuchó atrás de Djokovic; rápido, el serbio se dio vuelta e hizo el gesto de “no” con el dedo índice. Se extrañaba y se extrañarán esos saques con dinamita del tandilense, el impacto seco en ese drive tan temido por los rivales. Generoso, Djokovic permitió que el argentino se luciera en varios puntos. El serbio corrió de punta a punta tras varias voleas de Delpo y, tras ganar el punto, lo celebró con la primera fila mientras se llevaba una ovación. El primer set quedó para Juan Martín por 6-4.
Djokovic es sinónimo de show. Lo es en un partido en serio y por supuesto en un espectáculo como lo fue este homenaje a Del Potro. Nole se divirtió y, a la vez, entretuvo a todos con su tenis y su personalidad carismática. Encendió carcajadas con un par de imitaciones, conversó con el público; ocurrente, con chispa, inventó bromas cada vez que pudo. “Gracias por venir, a todos. Delpo es una grande persona (sic), un grande amigo. Hace dos años que no juega, pero hoy está muy bien con el saque y la derecha. Necesito que falle un poquito”, contó Djokovic en un español incipiente. Número 1 en todos los sentidos, Nole entendió a la perfección la idea de celebrar la jornada dedicada a Del Potro y actuó como un partenaire de lujo, el mejor que podía tener esta fiesta.
El tandilense agradeció la presencia del exnúmero 1 del mundo, y presentó a Gisela Dulko y a Gaby Sabatini. “Hace tiempo tenemos una gran amistad. El año pasado, me tenía que operar. Ella me dijo: ‘voy a tomar un avión y a acompañarte hasta que te mejores’”, contó Delpo. Y arrancó un minidobles mixto, que ganaron el tandilense y Gaby por 2-1, pero que formaba parte del duelo entre Nole y Delpo. Volvieron ambos al centro de la escena. Ahora sí, un poco más en serio. “Queremos un tercer set”, se escuchó desde el público. “Yo no”, respondió el argentino. Con su saque, en el Djokovic dejó un saque regalado. Del Potro cerró su ciclo en el tenis con un derechazo ganador. Tiempo de adiós, de lágrimas, de dejar la vincha en la red por última vez, con Djokovic aplaudiendo de pie, en una escena. Nole, genial, lideró la ovación para Delpo.
“Hoy es un día muy especial. Hay algo de dolor por no poder jugar más con mi amigo. Ha pasado mucho tiempo desde que nos conocimos, teníamos 11 o 12 años, y él ya medía dos metros, y yo uno apenas. Lo siento a Juan Martín mucho más cerca de mi corazón. Es un poquito diferente cuando tienes que jugar contra él en las pistas más grandes del tenis, quieres ganar, por supuesto, pero todo el mundo lo quiere a Juan Martín donde va. Yo vengo de una cultura en la que los valores son importantes, que una persona muestre siempre respeto, y creo que Juan Martín es un ejemplo para todos nosotros, en todos los aspectos de la vida; es eso, una persona ejemplar. Esta noche es triste para el mundo del tenis, pero también siento mucha felicidad porque estamos aquí para celebrar todo lo que ha hecho estos años”, destacó Djokovic, enorme en todo momento, desde la decisión de acompañarlo a Del Potro hasta el último momento de la fiesta.
Luego de un video en el que Del Potro recibió los saludos de Roger Federer, Rafael Nadal, Manu GInóbili, Martín Palermo, Lionel Scaloni, Carlos Alcaraz y Gael Monfils, el tandilense se despidió: “Esta locura empezó en marzo. Le pregunté a Nole si había alguna posibilidad de venir a la Argentina para compartir mi último día. Él tenía una obsesión muy grande, que era ganar los Juegos Olimpicos, tenía una agenda muy apretada, pero enseguida me dijo que sí, que quería jugar conmigo, estar con ustedes. Esto fue posible gracias a la generosidad de Nole, que tiene todos los títulos en el tenis, pero con estas actitudes y estos gestos, tiene el trofeo más difícil de conseguir, que es el amor de la gente”.
“Luego, quiero que sepan que no estoy triste. Estoy emocionado, para mí esta noche es superespecial. Hicimos todo un esfuerzo muy grande, así que gracias de corazón, me han acompañado toda mi carrera en cualquier lado, en cualquier horario, y eso es importante cuando jugamos contra grandes campeones como Nole. El cariño de ustedes siempre me llenó el alma. Les agradezco de corazón”. Y así, Delpo le dijo adiós al tenis, en un domingo de fiesta. Definitivamente inolvidable.