Con el objetivo de alcanzar un peso saludable, los seres humanos buscan alternativas y suplementos que puedan ser beneficiosos para su dieta.
Sin embargo, estos cambios alimenticios suelen generar cansancio y “estancamiento” a la hora de reducir el peso corporal. A pesar de ello, existen soluciones 100% naturales, como es el caso del magnesio -también presente en las frutas y nueces-.
Se trata de un nutriente esencial para el cuerpo, dado que regula la función de los músculos y el sistema nervioso, los niveles de azúcar en la sangre y la presión sanguínea, entre otras cuestiones.
Por qué es importante el magnesio para bajar de peso y eliminar el cansancio
El magnesio es fundamental para la pérdida de peso y la reducción del abdomen. Esto se debe a sus grandes efectos en la digestión y el metabolismo.
Según el sitio especializado en salud “Medline Plus“, este mineral es necesario para más de 300 reacciones bioquímicas en el cuerpo.
Incluso, existe un suplemento dietético -muy utilizado por deportistas-, el cual ayuda a combatir el estreñimiento. Se lo conoce como citrato de magnesio, que a su vez permite reducir la fatiga.
No obstante, desde el portal aseguran que se debe tomar una dosis diaria y no hay que consumirlo por más de una semana.
En esa línea, Rinat Ratner, directora de la Facultad de Medicina Clínica Alemana de la Universidad del Desarrollo, precisó que los consumos excesivos de citrato de magnesio pueden traer “consecuencias negativas como diarrea, náuseas, vómitos, debilidad muscular, disminución de la presión arterial y ritmo cardíaco irregular”.
Cuáles son los beneficios del magnesio
De acuerdo a la información que brindó “Medline Plus”, estos son algunos de los beneficios de consumir magnesio:
- Mantiene el funcionamiento normal de músculos y nervios
- Brinda soporte a un sistema inmunitario saludable
- Mantiene constantes los latidos del corazón
- Ayuda a que los huesos permanezcan fuertes
- Ayuda en la producción de energía y proteína
Además, según el National Institute of Health, este nutriente se encuentra presente en los siguientes alimentos:
- Legumbres, nueces, semillas, cereales integrales, hortalizas de hojas verdes (como la espinaca)
- Leche, yogur y algunos productos lácteos