Eleonora Wexler confesó un agudo cuadro de depresión: “Miedo, tristeza y…”

Eleonora Wexler contó, por primera vez, el duro momento que atravesó tras caer en una tristeza muy profunda y cómo hizo para salir adelante refugiándose en sus afectos más allegados, en tiempos donde su trabajo como actriz vivía uno de los peores momento. “Tuve miedo e incertidumbre”.

“Estoy en una plan hace un tiempo y creo que tiene que ver con que me hace bien y es estar en el presente, en donde estoy… Y creo que eso es lo más difícil para poder lograr estar bien. No estar allá porque no sabés cómo va a ser ni tampoco anclada en el pasado”, diferenció Eleonora.

“Trabajo mucho para lograrlo. No es que lo puedo hacer todo el tiempo, no es que tengo la fórmula. Muchas veces, lo que hago es respirar porque mi cabeza es tramposa, mi cabeza es futurista. Maquino a la noche aunque, últimamente, descanso bastante bien”, compartió Wexler, en primera persona, en diálogo con Infobae.

“Hago mis clases de yoga hace varios años y fue una practica que durante la Pandemia (de Covid 19) me ayudó a estar bastante centrada hasta agosto, septiembre, que ahí entré en depresión. Tuve miedo, incertidumbre… No tuve una gran depresión pero estaba muy triste”, se sinceró, la actriz.

ELEONORA HABLÓ DE SU SALUD MENTAL

“No sabía qué iba a pasar con nada. Con los teatros, todo cerrado y qué iba a pasar con todos nosotros… Era una incertidumbre muy grande. Me acuerdo que fui a ver una de las primeras obras cuando ya se podía entrar a los teatros con el barbijo, el grupo reducido, un espacio entre dos en los asientos y fui a ver El equilibrista”, recordó Eleonora.

“No sabés lo que lloré… Más allá de que, seguramente, hubiese llorado también (por el contenido de la pieza teatral en sí) pero era compulsivo. En esa tristeza me ayudaron mis clases, mis perros, mi hija, traté de verlos a mis padres porque sabía que lo vincular era fundamental, que somos seres sociales, mi amigos, no estaba en pareja en ese momento. Sentía que necesitaba estar con gente y que el miedo no era un buen consejero para nada”, contó Wexler.