Miles de sirios exultantes se manifestaron el domingo en Berlín y en ciudades de toda Europa, ondeando banderas y cantando con alegría para celebrar la caída del díctador Bashar al-Assad.
“¡Por fin somos libres!”, exclamó un sonriente Bassam Al-Hamada, de 39 años, entre las 5.000 personas que participaron en una eufórica manifestación en la capital de Alemania, el país donde se encuentra la mayor comunidad siria de Europa.
Muchos ondearon la bandera de la oposición siria y carteles que decían “Siria libre” y “Libertad”. Otros hicieron el signo de la “V” de la victoria, cantaron y gritaron “¡Allahu Akbar!” (¡Dios es el más grande!).
Muchos acudieron con sus familias, desafiando una fría llovizna. Los niños llevaban las caras pintadas con los colores nacionales sirios en la abarrotada plaza del distrito Kreuzberg de Berlín, donde los cánticos se mezclaban con los bocinazos de los coches que pasaban.
Alemania es el hogar de más de un millón de sirios, la mayor diáspora en la Unión Europea, la mayoría de ellos solicitantes de asilo que huyeron de la guerra civil que se libra desde 2011.
Muchos viven en el barrio obrero de Neukoelln, en Berlín, donde el domingo por la mañana comenzó una efusión espontánea de ayuda, un día en el que también hubo manifestaciones de la comunidad siria en Atenas, Londres, Viena y otras ciudades.
Cientos de personas celebraron alegremente en el exterior de la mezquita de Fatih, en el centro de Estambul, uno de los puntos focales de su comunidad siria de 500.000 miembros en la ciudad turca.
“Estamos contentos. La dictadura ha terminado. Assad se ha ido”, dijo Ahmed, un residente de Berlín de 39 años que prefirió no dar su apellido.
“Todos los sirios están juntos ahora”, dijo el técnico ferroviario, que huyó de la ciudad de Alepo, en el norte de Siria, en 2015.
A la alegre multitud en Berlín también se sumó Ahmad al-Hallabi, un mecánico de 27 años, también de Alepo, que huyó a Alemania a través de Turquía y Grecia en 2015, el pico de la afluencia de inmigrantes a la UE.
“Hace diez años, estuve en Siria y vi cosas que nadie debería tener que ver, cosas que son imposibles de borrar de la memoria”, dijo.
“Assad es el peor terrorista imaginable… Espero que haya paz y que todo lo que Assad y sus hombres destruyeron sea reconstruido”.
‘Alivio para millones’
Muchos de los que participaron en la manifestación expresaron una cautelosa esperanza de poder regresar pronto a su país natal, asolado por la guerra.
“Como muchos sirios, me gustaría volver a mi país para ayudar a reconstruirlo”, dijo Bassam Al-Hamada, un trabajador social que llegó a Alemania a principios de 2016.
Su compatriota Sabreen, de 36 años y arquitecta, dijo que por el momento tenía previsto “ayudar desde Alemania”.
“Necesitan principalmente conocimientos y dinero. Todo eso lo podemos reunir aquí por el momento”, añadió la joven.
Como muchos de los manifestantes en Berlín, Sabreen pidió que Assad rinda cuentas por matar y torturar a su propio pueblo. “Debe ser juzgado en el tribunal internacional de La Haya”, dijo.
‘¡Alá, Siria, libertad!’
Cientos de sirios eufóricos celebraron la caída de Assad en la plaza Trafalgar de Londres, abrazándose y cantando “¡Mabrouk!” (¡Felicidades!)
Los sirios se saludaron, muchos con la bandera de la oposición sobre los hombros, y cantando: “Siria es nuestra, no de la familia Assad”.
Varios cientos de sirios también se manifestaron frente al parlamento en el centro de Atenas. “¡Alá, Siria, libertad!” y “juntos, juntos, juntos”, corearon en un ambiente de júbilo.
“Estoy feliz después de estos 13 años de desplazamientos, masacres y decenas de miles de personas asesinadas en las cárceles”, dijo Adel Batal, de 29 años.
“Estoy en Grecia por este régimen”, dijo el hombre de Alepo. “Mi ciudad ha sido destruida por este régimen”.
Miles de sirios y sus partidarios también se manifestaron en el centro de Viena y en ciudades nórdicas como Estocolmo y Copenhague.
“Perdí mi patria. Mi hogar, mi familia y mis amigos, y luchamos durante 14 años, así que sí, hoy estoy feliz”, dijo Noura Bittar a la televisión local danesa.
“Por supuesto, nos preocupa cuál será el siguiente paso, qué tipo de gobierno se establecerá, pero por ahora estamos contentos”.
En Malmö, en el sur de Suecia, se reunieron más de 1.500 personas, según informó el periódico local Sydsvenskan, y un manifestante, Renim Zubari, repartió alegremente rosas.
“Siempre hemos apoyado a los rebeldes, pero sin atrevernos a albergar la esperanza de que fuera posible derrocar al régimen”, afirmó Zubari.
(Con información de AFP)