Cortar el césped es esencial para mantener el jardín bien verde. Un césped bien cuidado no solo luce mejor, sino que también es más resistente a la sequía, estimula el crecimiento de brotes y raíces que lo hace más denso y robusto, lo que ayuda a prevenir las malas hierbas. La frecuencia de corte debe ser regular, pero depende mucho del crecimiento.
En otoño, la frecuencia con la que se debe cortar el césped depende, en gran medida, del crecimiento de la hierba, que tiende a ralentizarse con las temperaturas más frescas. Sin embargo, es importante mantener un régimen regular al pasar la podadora para asegurar un pasto saludable y estéticamente agradable.
La frecuencia de corte también se ve afectada por otros factores como la temperatura, la humedad, la luz solar y los nutrientes disponibles. Desde Southern Living explican que, en condiciones favorables, el pasto crece más rápido y necesitará más podados. En general, se recomienda cortar el césped cada dos semanas durante el otoño, ajustando la frecuencia según las condiciones climáticas y el ritmo de crecimiento. A medida que se acerca el invierno y el césped entra en su fase de dormancia, la frecuencia de corte puede reducirse aún más.
Un buen consejo es asegurarse de que el césped no se deje crecer demasiado entre cortes, ya que esto puede afectar su salud y aumentar la acumulación de hojas y otros desechos.
Pautas generales para el corte
Los programas de mantenimiento más eficaces recomiendan cortar solo un tercio de la altura del césped en cada poda. Esta técnica evita que se eliminen demasiadas las hojas, lo cual reduce la capacidad del pasto para realizar la fotosíntesis y debilita el crecimiento de sus raíces, haciéndolo menos resistente. Seguir esta regla ayuda a mantenerlo saludable y bien cuidado.
La frecuencia de corte depende de la altura a la que se mantenga el césped. En general, cuanto más corto esté, habrá que cortarlo más seguido. En cambio, los que lo prefieren cerca del límite máximo de altura recomendado, generalmente necesitan un podado cada siete a diez días durante su período de crecimiento activo.
Aquellos que son más altos suelen ser más saludables y resistentes a las malas hierbas y la sequía; además de ayudar a enfriar el suelo y conservar la humedad. Los cortes más bajos se aplican comúnmente en áreas de césped que se usan intensivamente para actividades recreativas, como puede ser el golf.
Consideraciones estacionales
Además de la altura del césped, el clima influye en la frecuencia de corte. Resulta importante ajustar el mantenimiento del césped según las variaciones estacionales del clima. En primavera y otoño, lapsos en los que suele haber más lluvia, este crece más rápido y requiere cortes más frecuentes.
En verano, con condiciones más secas, el crecimiento es más lento y, por lo tanto, se necesita cortar el césped con menor regularidad. Durante las sequías, es recomendable ajustar la cortadora al nivel de poda más alto para su tipo de césped.