Dos países europeos alcanzaron un acuerdo para la adquisición de drones submarinos de uso militar, según informó Reuters la empresa alemana Euroatlas, fabricante de los dispositivos. La decisión se enmarca en el aumento del gasto en Defensa en la región ante la percepción de una amenaza creciente por parte de Rusia y el dilatado cierre del acuerdo de paz impulsado por Estados Unidos.
Los drones submarinos autónomos pueden desarrollarse para tareas que incluyen la vigilancia de cables submarinos, la detección de movimientos bajo el agua y la localización de minas, según especialistas. Sin embargo, su alto costo —que puede alcanzar varios millones de dólares por unidad— y los desafíos técnicos asociados a su operación prolongada bajo el agua representan obstáculos significativos.
Euroatlas, con sede en Bremen, anunció que firmó sus dos primeros contratos con ministerios de Defensa europeos para su dron submarino Greyshark. El director ejecutivo de la compañía, Eugen Ciemnyjewski, detalló que el valor conjunto de los acuerdos supera los 116 millones de dólares. Aunque no identificó a los países compradores, solo precisó que mantienen una estrecha cooperación entre sí.
Ciemnyjewski también señaló que el equipo se utilizará para una “aplicación militar especial” sin ser armado, sin ofrecer detalles adicionales sobre la operación ni los contratos.
El Greyshark es un dron submarino autónomo de tamaño mediano y alcance extendido, diseñado para operar en conjunto con otros dispositivos similares. Según Euroatlas, la versión actual cuenta con una autonomía máxima de 5,5 días, aunque la empresa desarrolla un modelo capaz de estar sumergido hasta 16 semanas. Ciemnyjewski confirmó que la compañía recibió también muestras de interés por parte de otros países tanto de Europa como de Asia.
El uso de drones navales fue destacado en el conflicto entre Ucrania y Rusia. Recientemente, el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) presentó una nueva versión de su dron de superficie Sea Baby, con capacidad para recorrer más de 1.500 kilómetros y transportar cargas de hasta 2.000 kilogramos, duplicando el límite anterior.
En paralelo, la OTAN participa en misiones para resguardar infraestructura estratégica, apoyándose en fragatas, aviones de patrulla y otros sistemas. Australia, por su parte, anunció que invertirá 1.700 millones de dólares australianos (1.100 millones de dólares estadounidenses) en la adquisición de drones submarinos autónomos Ghost Shark, desarrollados en colaboración con su fuerza de defensa y la firma Anduril Industries, destinados a tareas de vigilancia y posibles operaciones de ataque.
Rusia apuesta a la guerra subacuática
El presidente ruso, Vladimir Putin, informó sobre la realización de una prueba exitosa de un dron submarino no tripulado con capacidad y propulsión nuclear, denominado Poseidón. Esta demostración, la segunda relacionada con un nuevo sistema armamentístico estratégico en menos de una semana.
El líder del Kremlin comunicó el resultado durante una visita a un hospital militar donde se atiende a soldados heridos procedentes de la guerra en Ucrania, y aprovechó la ocasión para relacionar el esfuerzo militar con el desarrollo de tecnología armamentística avanzada.
“La potencia del Poseidón supera con creces incluso a la de nuestro misil intercontinental más avanzado, el Sarmat. No hay ningún misil como el Sarmat en el mundo. Aún no se ha desplegado en Rusia, pero pronto lo estará. Sin embargo, el Poseidón es significativamente más potente que el Sarmat”, afirmó.
Según explicó a los medios, el sistema fue lanzado desde un submarino y se activó tanto el motor propulsor convencional como el sistema nuclear, lo que calificó como un logro significativo para la industria de defensa rusa.
(Con información de Reuters)
