En un acto matinal en el Auditorio Jorge Luis Borges de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno (BNMM), al que no asistió ningún representante de la Secretaría de Cultura de la Nación (que, como ha trascendido, ya casi no depende del Ministerio de Capital Humano sino de la Secretaría General de la Presidencia), las autoridades de la Fundación El Libro (FEL) anunciaron el nombre del orador del acto de apertura de la 49ª edición de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires: el escritor y exdirector de la BNMM Juan Sasturain. La Feria abrirá sus puertas al público, en el predio de La Rural, el jueves 24 de abril del año próximo y se extenderá hasta el lunes 12 de mayo. Las jornadas profesionales se harán entre el 22 y el 24 del otoñal mes.
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“Me hicieron la propuesta hace unos meses y la acepté con gusto -dijo Sasturain a LA NACION-. Es un honor y una responsabilidad: allí estaremos”. En 2025, la Feria del Libro porteña celebrará su 50° aniversario: la primera se hizo en 1975 y en 2020 no se realizó por la pandemia de coronavirus.
Del acto participaron el presidente de la FEL, Alejandro Vaccaro; el director general de la FEL, Ezequiel Martínez; la ministra de Cultura de la ciudad de Buenos Aires, Gabriela Ricardes; la directora de la BNMM, Susana Soto, acompañada por la vicedirectora, Elsa Rapetti; el diputado Hernán Lombardi, representantes del sector editorial y el embajador del Reino de Arabia Saudita, Hussein Alassiri. La presencia del diplomático árabe se explicó porque, en 2025, la ciudad invitada de honor de la Feria será la capital del reino: Riad.
Las mil y una noches porteñas
En un tour de force retórico, Martínez apeló a la reivindicación de la cultura árabe hecha por Jorge Luis Borges -con la inevitable mención Las mil y una noches– en una de las conferencias de Siete noches para argumentar la elección de Riad, capital de un país en una región que está atravesando un momento de alta volatilidad, donde la situación de los derechos humanos, las mujeres, los migrantes, las minorías sexuales, la prensa y los que no practican la fe musulmana está lejos de ser óptima. Tras el acto, varios editores hicieron escuchar sus quejas. “Es increíble que nunca se haya invitado a una ciudad italiana y se piense en una ciudad árabe”, dijo uno de ellos.
“Intriga, fascinación, curiosidad. Eso es lo que nos sugiere la cultura árabe que parece siempre atravesada por un imaginario que a veces nos genera cierta desconfianza, como nos suele suceder con todo lo que no conocemos, o que conocemos a medias, o mal”, dijo Martínez que también citó a Italo Calvino. Ricardes complementó al director de la FEL con una anécdota que le había contado María Kodama. “Creo que para todos nosotros la edición 2025 va a ser inolvidable y que este hecho de tener a Riad de ciudad invitada va a irradiar también en muchísimas otras áreas de la cultura de la ciudad de Buenos Aires -dijo la ministra-. Mientras escuchaba a Ezequiel en el discurso y sus referencias a Borges recordaba una conversación con María Kodama en la que ella nos contaba que, estando en Ginebra, uno de sus últimos deseos fue aprender árabe, que era una lengua que no dominaba tan bien”. Dijo, además, que el gobierno porteño ya había comprado diez mil ejemplares de los veinte mil anunciados por el jefe de gobierno Jorge Macri en el acto de apertura de la Feria del Libro.
“A través de esta participación, aspiramos a brindar una oportunidad para descubrir nuevas facetas de la cultura de los dos países y tender puentes de entendimiento y cooperación fructífera”, dijo a su turno el embajador saudita, que subió al estrado con un intérprete. Anticipó que se buscaría “homenajear manifestaciones del patrimonio cultural que reflejen la tradicionalidad y autenticidad del Reino de Arabia Saudita y la República Argentina con la participación de varias entidades gubernamentales sauditas que realzarán la presencia de la ciudad de Riad y la representarán en un nivel destacado, a través de varios programas culturales”. No se mencionó el nombre de ningún escritor árabe, pero trascendió que la delegación llegaría con valiosos ejemplares de siglos pasados.
En su discurso, Vaccaro explicitó que las autoridades de la FEL habían acusado recibo de las críticas recibidas durante la edición anterior, motivadas por el contexto socioeconómico. “Entre esas decisiones de fondo que tienen que ver con lo dicho, estamos trabajando en lograr que el precio de la entrada de 2025 sea lo más accesible posible, que no sea una barrera para ningún lector o lectora -dijo Vaccaro-. Somos conscientes de algunas objeciones que tuvo la Feria pasada en este punto y por eso nos hacemos cargo y actuamos para brindar respuestas concretas al público y a los expositores. Seguiremos estudiando la posibilidad, probada el año pasado, de crear corredores horarios gratuitos. El contexto económico es acuciante, pero nosotros reforzaremos nuestra capacidad de trabajo para no lesionar de ninguna manera la calidad, la excelencia de nuestra gran Feria”. En el acto sostuvo que más de un millón de personas habían concurrido a la Feria.
Por presión de más de cien editores, la FEL también bajó el precio del metro cuadrado del “suelo” de los stands, que en un principio había aumentado en más de un 220% interanual. El porcentaje promedio ahora asciende al 177%. Varios expositores dijeron a LA NACION que en 2025 achicarían sus puestos por los costos.
Por último Vaccaro, que agradeció al secretario de Cultura Leonardo Cifelli y al presidente de la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares, Raúl Escandar (ambos ausentes), anunció que en 2025 en la Feria no se usaría el “firmódromo”, con sede en el Pabellón 8 y que se trabajaba en una línea especial de financiación de compras para libreros durante las jornadas profesionales. Este año, debido al costo elevado de los libros argentinos no hubo mucha demanda de ejemplares por parte de países vecinos. La caída en las ventas en la Feria este año fue récord.