Florencia Raggi y Nicolás Repetto llevan una hermosa relación de 30 años y a lo largo de su matrimonio, se antepusieron ante cientos de situaciones que fueron apareciendo en el camino. Eligiéndose al igual que el primer día, inesperadamente atraviesan por una crisis.
Esto tiene que ver en su rol directo como padres y el famoso síndrome del nido vacío. Dado a que sus pequeños, que a decir verdad, ya son adultos, se fueron de la casa a donde vivieron siempre con sus padres y eso no es fácil de asimilar.
Renata de 25 y Francisco de 23, decidieron seguir cada uno por su propio camino y tomar su independencia. Al ser Fran el más chico de los dos, ni para Repetto ni para Raggi fue sencillo abordar la salida de su hogar.
“Con Nico estamos viviendo el tema, me fue recontra duro… Señora, señor, es difícil eh. No me esperé que iba a ser tan difícil”, comenzó diciendo Flor en diálogo con La Noche Perfecta, programa de Sebastián Wainraich que va por El Trece.
Y como Renata se fue a vivir a España hace dos años, asimilarlo, justo en medio de lo que era el fin de la pandemia, significó un torbellino de emociones y sensaciones que nunca antes había vivido Flor como mamá y Nico en su lugar de papá.
LA SINCERA CONFESIÓN DE FLOR RAGGI SOBRE SU MATRIMONIO CON NICO REPETTO
“Surgió muy de repente y muy de golpe con los dos. Si hubiese sido otra la circunstancia, tal vez hubiese sufrido otra cosa. Fue postpandemia, así que fueron muchas emociones. Fue sin avisar, no tuve un proceso”, reveló Raggi.
Dentro de su brutal confesión, analizó cómo la independencia de sus hijos impacta en el matrimonio: “Si hubiese pasado por un proceso, hubiese sido algo más sencillo o no… Yo, en su momento, un día me fui de mi casa diciendo que volvía y nunca más volví. Ese clan familiar nunca más existió así“.
“Lo bueno es que si la pareja está bien, se pone mejor. Te recontrás desde otro lugar, no hay distracción ya. Para la pareja los hijos son una distracción, más cuando te dedicás a tus hijos”, sentenció Raggi.