Desgarrador. La impotencia brota naturalmente al escuchar un relato de ese calibre, una historia tan compleja, que encierra una montaña de injusticias. Nada se compara con ese tipo de dificultad mayúscula, esas penurias que atraviesan a miles de personas en la sociedad argentina.
Georgina Barbarossa salió a la vía pública a realizar un móvil y charló con un hombre mayor, que con mucha sinceridad y angustia confesó sus penares, a tal punto que no logró contener el torrente de sus lágrimas, que emergieron espontáneamente de sus ojos delante de cámara.
El vendedor de sandwiches en una estación de tren en Villa Crespo le contó a la conductora de Telefe su principal drama, esa tormenta personal. “Vivía acá, porque se nos quemó el rancho. No nos quedó nada. Esto fue en agosto. Estuve internado meses, me quemé todo. Me salvé de casualidad”, expresó.
Dragoncito profundizó en su cotidianidad y le explicó a Georgina su realidad: “Vivo solo. Estoy buscando a dónde ir, porque no tengo nada. Tengo que andar buscando iglesias para bañarme”. Una descripción que provoca un agujero inmenso en el alma de todos.
GEORGINA BARBAROSSA SE EMOCIONÓ CON LA DURA HISTORIA DE UN HOMBRE EN SITUACIÓN DE CALLE
“¿Cómo podemos hacer para ayudarte? Vos estás siempre acá, en Villa Crespo”, le consultó Barbarossa. Así, el hombre se animó a especificar su mayor urgencia: “Lo que más necesito es dónde vivir”. Un testimonio impresionante, que provocó la conmoción de todos.
Con los ojos húmedos, Dragoncito agregó sus dificultades para el derecho del descanso: “Duermo en la casa que se incendió. Arreglé el techo con chapa para no mojarme…”. Además, explicó el horrendo suceso que vivió: “El otro día me fui a bañar a un refugio y me robaron la mochila”.