En sus escrituras, la Biblia relata un hecho que tuvo lugar hace 5000 años, cuando Dios provocó un gran diluvio para juzgar la maldad del hombre. Sin embargo, le encomendó a Noé crear un barco en donde salvar a las diferentes especies de animales, una de cada sexo. Al tratarse de una cuestión meramente religiosa y sin pruebas científicas, los historiadores no le dieron importancia a su existencia, hasta que una expedición arqueológica reciente en Turquía dio con restos fosilizados que podrían asociarse a la nave mística.
Medio Oriente está repleto de yacimientos que evocan a hechos importantes de la humanidad, los cuales muchos de ellos se vincularían con hitos religiosos. A pesar de que los arqueólogos desarrollan diferentes trabajos para confirmar o descartar ciertas creencias milenarias en esa región, un equipo de investigadores internacionales detectó 30 kilómetros al sur del monte Ararat un montículo con forma de barco.
Se la conoce como la Formación Durupinar y se trata de una estructura geológica de 168 metros, formada por un tipo de mineral de hierro llamado limonita. Para los científicos, su forma coincide con la de un barco del tamaño bíblico e incluso aludieron a que esa zona estuvo bajo el agua hace 5000 años.
“Nuestros estudios muestran que esta región albergó vida en ese período y que, en algún momento, estuvo cubierta por agua, lo que refuerza la posibilidad de que ocurriera un evento catastrófico de gran magnitud”, señala el artículo científico en referencia, que resume parte del trabajo en conjunto que realizaron los expertos de la Universidad Técnica de Estambul, la Universidad Agri Ibrahim Cecen y la Universidad Andrews en los Estados Unidos.
Para analizar su hipótesis, los arqueólogos tomaron 30 muestras de suelo y roca de la superficie y las paredes laterales. En los resultados del examen se hallaron restos de materiales arcillosos, depósitos marinos y fragmentos óseos de especies marinas.
Según los datos científicos, el diluvio ocurrió durante el período Calcolítico, entre el 3500 y el 5000 a.C. Esa información coincide con la referencia bíblica. Incluso, se registró actividad humana a partir de ese ciclo post inundación.
En la Biblia se describe la orden que recibió Noé para erigir el Arca, con unas medidas poco convencionales para la época. Debía tener una longitud de 300 codos, una anchura de 50 codos y una altura de 30 codos. Esos parámetros fueron asociados a la unidad de medida egipcia, equivalente a 52,4 cm por codo.
Si se utilizan aquellas indicaciones para graficar un modelo del barco, este habría sido de 157 metros, cerca de los 168 metros de longitud que tiene el Durupinar.
Aunque la asociación alienta a muchos creyentes, en particular porque su ubicación es idéntica a la que mencionan las sangradas escrituras, hay quienes quieren vincularla con la marca fosilizada del Arca. No obstante, los científicos decidieron esperar a tener más evidencia que compruebe la veracidad de esa hipótesis.
¿Qué dice la ciencia al respecto?
La inundación que tuvo lugar hace 5000 años tiene un respaldo concreto gracias a diferentes análisis históricos, aunque no sucedió en todo el planeta, como asegura la Biblia.
Por otro lado, la estructura con forma de barco no sería más que una formación geológica producto de la erosión del viento y el agua. Más allá de las teorías que aseguran que se trata de madera fosilizada, nunca se conoció que esto sea así. Es un cúmulo de rocas y tierra que permaneció en ese lugar hace miles de años y que conforme pasa el tiempo su altura se diluye.