El papa Francisco participó en un acto conmemorativo por el 40 aniversario del tratado de paz entre Argentina y Chile, que resolvió definitivamente la disputa por el canal Beagle en 1984. En la Sala Regia del Vaticano, el Pontífice destacó este acuerdo como “un modelo para poder imitar” en todo el mundo.
Francisco recordó las “intensas negociaciones” que llevaron al tratado, mediadas por el Papa San Juan Pablo II. Estas concluyeron con “una solución digna, razonable y ecuánime” que evitó un conflicto armado entre ambas naciones.
El santo padre denunció “la hipocresía de hablar de paz y jugar a la guerra” y lanzó un llamado global al diálogo. “Hoy estamos viviendo lo triste que es el recurso a la fuerza”, afirmó durante su discurso.
El papa subrayó el papel crucial de San Juan Pablo II y de los cardenales Antonio Samoré y Agostino Casaroli. Los descritos como “dos grandes” que trabajaron incansablemente para evitar la guerra.
Francisco también destacó el agradecimiento expresado por los obispos argentinos y chilenos, quienes este mes reconocieron el valor del acuerdo que prevaleció gracias al diálogo y la paz.
En su discurso, el Pontífice extendió el espíritu de concordia a otras regiones. “Es necesario multiplicar las iniciativas que resuelvan las numerosas crisis sociales y medioambientales”, indicó.
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El papa también enfatizó en la importancia de la justicia y el derecho internacional en la resolución de conflictos. “El fruto de la paz y la amistad nos enseña que los esfuerzos concretos y exigentes dan resultados duraderos”, aseguró.
Por último, cerró su intervención renovando su gratitud a todos quienes contribuyeron a este acuerdo histórico. “Que este ejemplo de diálogo inspira al mundo a buscar caminos de encuentro y reconciliación”, concluyó.