Hallan dos documentos que revelan aspectos desconocidos de Miguel de Cervantes

Miguel de Cervantes

Dos firmas de Miguel de Cervantes, en sendos documentos de 1590, han sido halladas en el Archivo de Protocolos Notariales de Sevilla por el investigador José Cabello Núñez, quien también ha localizado en distintos archivos sevillanos otros 27 documentos que arrojan luz sobre la vida del autor del Quijote.

Desde 2011, cuando inició sus investigaciones cervantinas, Cabello Núñez, archivero de la Puebla de Cazalla (Sevilla), ha localizado un total de cinco firmas de Miguel de Cervantes y 60 documentos que, según ha explicado el investigador, corroboran la larga relación del escritor con la ciudad y la provincia de Sevilla, donde estuvo entre 1587 y 1601.

Los dos nuevos testimonios notariales que contienen las firmas inéditas de Cervantes, ambos suscritos en el verano de 1590, son una carta de pago fechada el 13 de agosto en la que el escritor, declarándose vecino de Sevilla en la collación de Santa Cruz, reconoce haber recibido de Agustín de Cetina, pagador de las Armadas Reales, 82.278 maravedís que le libró el proveedor general Antonio de Guevara en Madrid el 22 de agosto de 1588.

En esa carta no consta expresamente el motivo por el que recibe ese dinero, si bien Cabello Núñez ha destacado que “es de gran interés” que al no conocer el escribano público a Cervantes, éste tuvo que presentar a dos testigos que lo identificaran, y que estos son su criado Juan Gómez de la Hermosa, que vivía con Cervantes en su casa, y el afamado platero Hernando de Ballesteros, lo que confirmaría su trato cercano con representantes del arte sevillano.

El segundo documento con la firma de Cervantes es una carta de obligación, otorgada por el escritor el 18 de septiembre de 1590, pero en esta, a diferencia de lo manifestado en la anterior carta de pago, Cervantes dice ser vecino de Esquivias, arzobispado de Toledo.

El investigador y archivero José Cabello Núñez junto al busto de Cervantes en Sevilla (EFE/Alfredo Valenzuela)

Este documento se suscribe porque Cervantes, junto a su compañero Juan de Manzanares, alguacil mayor de la Proveeduría General de las Galeras y Armadas, vecino de Sevilla, que ejerce como su fiador, compra a Damián de Ribas, mercader y bizcohero, 52 varas y tres cuartas de tafetán negro en doblete, un tejido de seda labrada muy delgado utilizado para la confección de indumentaria ceremonial.

Lo compró al precio de siete reales y cuartillo la vara, comprometiéndose al pago de 382 reales y medio, y al igual que en la ocasión anterior, Cervantes presenta a dos testigos que dicen conocerle, que en este caso fueron Francisco de Laguna, vecino de Madrid y portero de cámara de Su Majestad, y Pedro Suazo Ibáñez, vecino de Sevilla.

Estas dos nuevas aportaciones documentales, más las conclusiones del análisis de los otros 25 documentos ahora hallados por Cabello Núñez y que hacen referencia a la vida de Cervantes, serán próximamente publicados en la revista especializada Anales Cervantinos para contribuir a un mejor conocimiento del periodo que ejerció como comisario real de abastos y en el que algunos de sus biógrafos creen pudo iniciar la escritura del Quijote.

Entre los 27 documentos ahora localizados por Cabello Núñez en el Archivo Municipal de Carmona y en el Archivo Histórico Provincial de Sevilla, hay ocho que acreditan, por primera vez, la presencia de Cervantes en Alcalá de Guadaíra (Sevilla), en el mes de febrero de 1590, y que incluyen a esta localidad, junto a Carmona (Sevilla), en el radio de acción donde recogía el aceite que necesitaba para atender las necesidades de la Armada real.

Entre esos ocho documentos hay tres poderes, tres cartas de pago, una declaración y una carta de obligación, otorgadas en Sevilla y en Alcalá de Guadaíra entre el 13 de febrero y el 3 de agosto de 1590, que certifican que Cervantes sacó aceite de esta localidad el 9 de febrero, mismo día que el cabildo municipal de Carmona se reunió para tratar sobre su visita, y refleja que es muy probable que Cervantes consiguiera el aceite en Alcalá de Guadaíra antes que en Carmona.

Cobrar tres años tarde

Seis vecinos de Alcalá de Guadaíra, uno de ellos un labrador llamado Juan de Mairena, y tres de Sevilla son quienes intervienen en estos nuevos documentos notariales y certifican que Cervantes obtuvo 406 arrobas de aceite en Alcalá de Guadaíra a un precio que oscilaba entre diez y once reales y medio la arroba, cuando en Carmona se pagaron entre doce y trece reales cada una.

Los otros documentos, fechados entre el 15 de abril de 1590 y el 25 de marzo de 1593, son cartas de pago y poderes notariales otorgados en Carmona y Sevilla por pasteleros, clérigos, arrieros, labradores, cobradores de alcábalas y el comisario real de abastos Pedro Gómez de la Hermosa, y algunos de ellos dan cuenta de que aún no han cobrado en 1593, tres años más tarde, las arrobas de aceite que Cervantes sacó para la Armada.

De esos documentos Cabello Núñez ha destacado una carta de pago suscrita en Carmona el 16 de septiembre de 1590 por el arriero Juan Chico, quien percibe 46 reales por el transporte de 46 arrobas de aceite que en febrero de ese mismo año llevó desde Arahal (Sevilla) para el servicio de las galeras, dando a entender que ese aceite pertenecía a las partidas sacadas por Cervantes.

En tal caso, es en 1590 cuando se vincula por primera vez los nombres del autor del Quijote y de la localidad sevillana de Arahal, aunque ya se conocía que en el invierno de 1592 el escritor obtuvo aceite allí.

Fuente: EFE