“Era cuestión de tiempo para que hicieran un desastre. No es una exageración. Solo faltaba la orden para que ejecutaran el plan”. La afirmación pertenece a un experimentado detective de la Policía Federal Argentina (PFA) que participó de una investigación que permitió desbaratar un grupo radicalizado de jóvenes asentado en Mendoza que pretendía “combatir ideas por la fuerza” y que, según se sospecha, planificaba un atentado.
La investigación, que el viernes pasado derivó en una serie de allanamientos y la detención de dos supuestos integrantes de la organización y la identificación de otros cinco sospechosos, había comenzado en noviembre pasado tras las amenazas que recibió una de las máximas autoridades periodísticas del diario El Sol de Mendoza. La PFA fue notificada de esa situación por un alerta de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA).
“Desde el 7 de octubre pasado, cuando ocurrió la ofensiva sin precedentes de Hamas contra Israel, ocurrieron una serie de amenazas en línea en la Argentina contra diferentes personas de la comunidad judía. Una de las amenazas la recibió el director periodístico del diario El Sol. Se logró identificar y detener al supuesto autor de las intimidaciones y se le secuestraron sus dispositivos electrónicos. El sospechoso, Nicolás Escudero, quedó con arresto domiciliario”, explicó una fuente de la investigación, a cargo del fiscal Fernando Alcaraz, que conduce el Área de Transición de la Unidad Fiscal Mendoza, y de la que participa el Departamento Unidad de Investigación Antiterrorista de la Superintendencia de Investigaciones Federales de la Policía Federal Argentina.
Fue a partir de la información obtenida en los dispositivos electrónicos que se descubrió el “grupo radicalizado”, integrado por Escudero y otros sospechosos.
“La Oficina de Análisis y Prospectiva del Terrorismo (OAPT) del Departamento Unidad de Investigación Antiterrorista, integrada por oficiales perfiladores especializados en la temática delictiva traída a estudio, efectuó un pormenorizado análisis del contenido del dispositivo, advirtiendo un grupo en el sistema de mensajería WhatsApp, integrado por cuatro personas radicalizadas, los cuales manifestaban claras intenciones de cometer un atentado”, informaron a LA NACION fuentes del Ministerio de Seguridad de la Nación.
Además de Escudero, conocido como Isa, se identificó a Matías Gutiérrez, al que llaman Amyr Mustafa, como integrante del grupo radicalizado.
“Profundizando en el análisis de información, datos que debido a la voluminosidad del contenido se analizan en forma metódica, días después, se estableció que Gutiérrez participaba activamente en un círculo de pertenencia que también profesa el Islam, bajo la aparente tutela de la figura de un Sheik”, explicaron fuentes de la PFA.
Los detectives policiales analizaron, en especial, un grupo de WhatsApp que llevaba como nombre “Zona Este y Capital”, donde había muchos comentarios “anticristianos” y un chat alertó a los investigadores: “Hay que exterminarlos a todos así no dejan crías”.
En otro grupo de WhatsApp, denominado Jammah Rivadavia, detectives policiales detectaron otro mensaje que los alarmó. “Nuestro primer ataque será al monumento de la idolatría de la rotonda”, se llegó a afirmar en uno de los chats. Para los investigadores se trataba de la zona donde está situada una sede de la Iglesia Cristiana Ministerio El Camino hacia Dios.
Según fuentes policiales, se determinó que Gutiérrez formaba parte de un grupo de Telegram que llevaba el nombre de Salafi Brothers donde solo realizaba publicaciones el administrador. “El contendido era en idioma árabe y hacía referencia a preceptos básicos del movimiento salafista, se trata de un movimiento considerado ultraconservador y que sostenían que el Islam debía ser practicado estrictamente de la manera que se lo hacía en los tres primeros Califatos, posteriores a la muerte del profeta Mahoma. Se lo considera como un movimiento extremista y es característico de grupos terroristas como Al Qaeda o Estado Islámico”, agregaron los informantes.
Los investigadores, a partir de registros migratorios, determinaron que Gutiérrez viajó dos veces a España, con su madre. El primero fue en 2022, pero en España les negaron el ingreso. Ambos volvieron a viajar el año pasado, donde el joven se casó, bajo el ritual del Islam, con una muchacha identificada como Hawa, hija de un ciudadano turco que habría estado a cargo de los costos de los vuelos y la estadía.
“En la libreta de anotaciones secuestrada a Gutiérrez se observaron una gran cantidad de nombres islámicos acompañados de números telefónicos con el prefijo nacional de España”, sostuvieron desde la PFA.
Escudero y Gutiérrez quedaron detenidos y fueron indagados por el juez federal de Mendoza Marcelo Garnica por el delito previsto en el artículo 213 bis del Código Penal, que reprime con penas de reclusión o prisión de tres a ocho años a quien “organizare o tomare parte en agrupaciones permanentes o transitorias que, sin estar comprendidas en el artículo 210 de este código [referido a la asociación ilícita], tuvieren por objeto principal o accesorios imponer sus ideas o combatir las ajenas por la fuerza o el temor, por el solo hecho de ser miembro de la asociación”.
Además de los detenidos, por orden de la Justicia, la PFA identificó a otros cinco supuestos integrantes del grupo radicalizado y se les secuestró sus teléfonos celulares y otros dispositivos electrónicos.
Entre las personas identificadas está un hombre al que conocen como Sheik, que fue localizado en el aeropuerto internacional de Ezeiza cuando fue a buscar a su esposa que regresaba de un viaje desde Arabia Saudita. Para los investigadores es la persona que “captaba a los jóvenes” y los integraba al grupo. Se trata de un hombre de 56 años, nacido en Mendoza, que es académico en jurisprudencia islámica, según se definió hace algunos años en un seminario gubernamental realizado en otra provincia, donde ese ahora sospechoso tuvo un importante rol social.
“La investigación, tendiente a establecer el alcance, conformación y real peligrosidad de la incipiente organización, continuará a cargo del Departamento Unidad de Investigación Antiterrorista de la PFA mediante el análisis de los dispositivos electrónicos secuestrados”, informó el sitio de noticias de la Procuración General de la Nación, www.fiscales.gob.ar, al dar detalles de la causa.
“Se debió actuar rápido. El atentado se puede hacer con un cuchillo o auto, como vimos que pasó en varios países”, dijo un detective de la PFA.