Ante un decreto que reducirá aranceles a la importación de 89 productos, según anticipó este martes el Ministro de Economía, Luis Caputo, el anuncio generó entusiasmo en parte del arco empresario, pero aun sobrevuelan dudas.
En particular, aunque la medida de celebra, existe incertidumbre respecto a con qué dólares el Gobierno hará frente a la apertura comercial que está propiciando, luego de reconocer que el superávit comercial de los últimos 8 meses, de u$s 14.151 millones, resultó estratégico para cumplir con el equilibrio fiscal que es la madre de las batallas de La Libertad Avanza (LLA).
“En Argentina hay una revolución silenciosa en apertura de comercio exterior”, expresó en X el economista José Luis Daza y destacó que medidas como la reducción de aranceles en bienes de consumo que se conoció ayer, “tiene impacto en calidad de vida de la gente y productividad de la economía”.
En Argentina hay una revolución silenciosa en apetura de comercio exterior Economistas y prensa no han resaltadoTiene impacto en calidad de vida de la gente y productividad de la economía Falta mucho camino por recorrer pero todas las semanas hay importantes avances…. https://t.co/EtrAjEwWDS
— Jose Luis Daza (@JoseLuisDazaAR) October 1, 2024
La respuesta de Daza al mensaje que publicó el propio ministro Caputo, fue centro de un amplio debate entre quienes piden más apertura; por ejemplo, el caso de los trabajadores freelancers que buscan mayor cupo para poder liquidar divisas en el sistema formal hasta quienes acusan al Gobierno de volver a generar un “industricidio”.
Efecto en los precios y competencia
En relación al efecto sobre la industria, la mirada oficial contrasta. “Todo el proceso de flexibilización y reducción de costos indudablemente debería aumentar la oferta de bienes importados; todo eso tiene un efecto como en cualquier segmento de la economía que la mayor oferta genera un círculo virtuoso sobre los precios”, dijo a El Cronista Esteban Marzorati, subsecretario de Comercio Exterior.

En esa línea explicó que “como consecuencia, esa mayor oferta genera un efecto positivo sobre los productos fabricados localmente porque la competencia exige, desafía e incómoda”.
Por ahora, el equipo económico que acompaña a “Toto” tiene claro que la recesión es una de las condiciones esenciales para que el “festival de importaciones” de 2021 y 2022 -que derivó en una deuda de más de u$s 40.000 millones en el exterior-, no suceda.
Impacto en reservas
El riesgo de que la mayor demanda de productos e insumos del exterior ejerza presión sobre la acumulación de reservas, de cara a un 2025 cargado de compromisos de deuda en dólares, abre una incógnita.
El boom de importaciones se presenta lejano, por cuestiones macroeconómicas, y esto -por ahora- es un alivio para las pymes de producción local. “No sería muy factible que suceda por falta de dólares para el pago de millones de dólares”, expresó Fabián Medina, economista.
“Hoy el BCRA está con u$s 8000 millones y con reservas líquidas casi inexistentes”, agregó y destacó que los depósitos que genero el blanqueo “es muy factible que lo retiren ni bien tengan posibilidad”.

La alternativa, según Medina, serían los BOPREAL pero en este punto aclaró que el Fondo Monetario Internacional (FMI) exigió qué el Banco Central no los emitan más.
El Fondo, en tanto, dio señales de “flexibilidad” frente al Gobierno, como por ejemplo en el caso del dólar blend para los exportadores (80% al oficial y 20% al CCL).
Los técnicos del organismo lo objetan porque no apoya la generación de tipos de cambio múltiples pero el Gobierno logró que se extienda para alimentar la oferta para los importadores, que sin posibilidad de acceder al mercado de cambios (MLC) oficial, optaron por esa vía para pagar operaciones.