WASHINGTON.- Ante un público afín en la conferencia CPAC, nuevo hogar de la derecha global, que le regaló varios aplausos, el presidente Javier Milei mostró en su última día en Estados Unidos su versión más trumpista. Se comparó con Donald Trump –ambos eran “outsiders”, indicó, en una cruzada contra la política y la izquierda–, les dijo a todos que tenían “una misma misión”, elogió a Elon Musk, marcó que estaban haciendo lo mismo, y adelantó que la Argentina se plegará a la política de reciprocidad comercial propuesta por Trump. Una vez más, el libertario cargó contra el Mercosur, al afirmar que si no fuera por el bloque la Argentina ya estaría negociando un acuerdo comercial con Estados Unidos.
“Hoy podemos decir que la era del Estado omnipresente ha terminado”, lanzó Milei, apenas arrancó su discurso, desatando uno de los primeros aplausos de la audiencia.
Su mensaje, que se alineó de manera total con Trump y su gobierno, envió varios guiños a la derecha, críticas a Europa y al Partido Demócrata, ofreció definiciones políticas, ideológicas y filosóficas, y dejó un solo anuncio concreto: Milei anticipó que la Argentina será el primer país que se apegará al régimen de reciprocidad comercial impuesto por Trump, aranceles a la Argentina incluidos.
“Por eso quiero aprovechar para anunciar que la Argentina quiere ser el primer país del mundo en sumarse a este acuerdo de recíproco que pide la administración de Trump en materia comercial. De hecho, si no estuviéramos restringidos por el Mercosur, la Argentina estaría trabajando en un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos”, indicó, en una nueva ofensiva en contra del bloque regional.
Milei habló desde el escenario central de CPAC cerca del mediodía, luego de la presentación de la gobernadora de Arkanzas, Sarah Huckabee Sanders, y antes de Stephen Miller, uno de los principales arquitectos de la administración trumpista. Trump cerrará el encuentro luego del mediodía. La agenda oficial del presidente norteamericano no incluye una reunión con Milei, pero sí un encuentro bilateral con el presidente de Polonia, Andrzej Duda. Queda, aún, la posibilidad de un cruce y una foto.
La presentación de Milei en CPAC coronó una visita de tres días a Estados Unidos -su séptimo viaje al país norteamericano desde que asumió el Ejecutivo- que no dejó ningún anuncio o avance concreto o visible en la agenda del Gobierno, y ocurrió en el peor momento de la presidencia libertaria, en medio del escándalo Criptogate por la estafa de $LIBRA.
El discurso de Milei reiteró varias de las habituales definiciones políticas que suele ofrecer cuando sale de la Argentina. Dijo que el único Estado aceptable “es el más chico posible”, cargó contra la “clase política” al afirmar que “se dedica a perpetuar los problemas par vivir de ellos para siempre”, y cada vez que pudo retomó el hilo conductor de su discurso: mostrar que Trump y él son, esencialmente, lo mismo.
“Es un outsider al igual que yo. La tarea que tenemos por delante no es para políticos tradicionales que han vivido toda su vida del sistema, es para gente que no le debe nada a nadie, que sabe que es más importante el cambio que el poder por el poder mismo”, afirmó.
“Dicen que Trump y yo somos un peligro para la democracia, pero en realidad están diciendo que somos un peligro par ellos”, fue otra de sus definiciones.
“Somos su peor pesadilla, venimos por sus privilegios, habiendo sido elegidos por una mayoría de nuestros pueblos para quitarles lo que no les pertenece”, reforzó después.
Milei también dijo que está aplicando el mismo método Elon Musk, y, en la misma línea que Trump y el fundador de Tesla, criticó al gobierno sudafricano, en el blanco de la administración trumpista.
Fiel a su estilo, Milei brindó su discurso en castellano. Hubo una traducción simultánea con subtítulos en las pantallas gigantes para que la audiencia pudiera seguir el mensaje en inglés. Milei incluso dejó lugar para bromas. “Perdón, es mi novia”, dijo en un momento de su exposición, al reaccionar a un grito de “Yuyito” González, que viajó especialmente para la ocasión.
Más allá del anuncio concreto sobre la política comercial de la Argentina, el mensaje nunca se apartó de sus mandamientos libertarios y sus ataques contra la política tradicional.
“La clase política se dedica a perpetuar los problemas y así vivir de ellos para siempre, por eso viven creando problemas nuevos, instalándolos desde sus aparatos de propaganda para luego ofrecerse a sí mismos como solución. ¿Y en qué consiste? En la implementación de regulaciones que causan todavía más problemas a ser solucionados por más regulaciones”, afirmó.
El Presidente y su comitiva tienen previsto regresar esta noche a la Argentina, donde lo esperan las ramificaciones del criptogate.