Una empresa de casi 100 años, argentina, fundada por un inmigrante italiano, que no solo se las arregló para sobrevivir al conflictivo mercado local, sino que también logró adaptarse a los cambios de un sector que en las últimas décadas sufrió una verdadera revolución. Y no solo eso, sino que se expandió, desde su Buenos Aires natal, hacia otras fronteras. Ahora planta bandera en Europa.
Cuando faltan solo cuatro años para su centenario, la empresa gráfica argentina Arcángel Maggio -bautizada con el nombre de su creador- desembarca en España. Con una inversión de más de 5 millones de euros, la firma, creada en 1929, tendrá su propia planta en Barcelona desde el próximo 1° de marzo.
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La elección de la locación fue clave. No solo porque permitirá abastecer el mercado español, sino porque a futuro servirá para ingresar en otros mercados europeos, como el francés. “Francia es un país que está considerado como uno de los principales países lectores de Europa, con un porcentaje muy alto de lectores per cápita. El puntapié inicial es España, y el potencial de negocio es enorme”, dice a LA NACION Sebastián Maggio, al frente de la dirección de la empresa y nieto del fundador.
Actualmente, la firma tiene una planta en Buenos Aires, de 8000 metros cuadrados; una en Uruguay, de 3000 metros cuadrados; la planta española, por su parte, tendrá 5700 metros cuadrados y empleará a 50 personas, que se sumarán a las 250 que ya trabajan en la firma.
“En la Argentina, los vaivenes y los cambios de gobierno hacen que muchas veces cambie por completo el plan económico. Entonces, en la Argentina, siendo un mercado competitivo, cambiante, ser empresario, industrial, es, digamos, difícil”, dice Maggio, y destaca: “Nosotros nos hemos sabido reinventar. En el 2000, con la crisis, tuvimos que superar años complejos”.
En estos casi 100 años de existencia, la marca cosechó una buena cantidad de clientes: en la actualidad tiene más de 150, entre los que destacan editoriales reconocidas mundialmente como Penguin Random House, Planeta, Harper Collins, Santillana, Ediciones SM, Pearson, Urano y MacMillan, entre otros, y partners estratégicos como Heidelberg, Canon y Muller Martini. Pero también son clientes laboratorios como Bagó y Roemmers, y empresas de alimentos como Arcor, Nestlé y McDonald’s.
La empresa imprime libros, catálogos, revistas, etiquetas y packaging, y también, de manera destacada, Biblias. De hecho, la planta de Uruguay se dedica exclusivamente a imprimir Biblias, que exporta a Brasil y a otros países de Sudamérica.
“Te diría que es meteórico nuestro progreso y con un nivel de esfuerzo y pasión que sostengo, que es lo que me genera hacer esto. En la Argentina, muchas empresas han cerrado, se ha concentrado más el negocio; en España pasa lo mismo. Hay empresas que han cerrado y han tenido grandes problemas, pero también hay otras que crecen. Yo me pongo siempre del lado de estar permanentemente invirtiendo, innovando y estando ahí en las principales posiciones”, dice Maggio.
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A futuro, la compañía planea desembarcar en Chile y crear un hub de impresión para la región. Y en la planta de España estrenará un nuevo sistema de gestión que permitirá optimizar la administración de los pedidos y la producción. Una vez que se aplique en la planta europea, la idea es replicarlo en Sudamérica.
Con respecto a la situación del sector en la Argentina y sus perspectivas, Maggio se muestra optimista: “En función de lo que observamos de la política económica del presidente Javier Milley, tenemos una empresa preparada no solo para competir en el mercado local, sino preparada a nivel internacional. Como de afuera pueden venir a competir a nuestros mercados, también nosotros podemos competir a nivel mundial. Entonces, siguiendo un poquito esa apertura que el Gobierno está llevando adelante, yo me empiezo a preparar y me lanzo a competir con el mundo”.