El árbol de Navidad del Rockefeller Center de este año tiene un trasfondo lleno de significado emocional. Plantado en 1967 por Earl y Leslie Albert, una joven pareja recién casada, el árbol comenzó como una pequeña pícea de Noruega en su hogar de West Stockbridge, Massachusetts. En aquel entonces, apenas alcanzaba la altura de la cintura, pero 57 años después se ha transformado en un majestuoso gigante de poco más de 22 metros de altura.
“Solíamos decorarlo cuando era pequeño, pero llegó a ser tan grande que ya no pude hacerlo”, recordó Earl en una entrevista con Joe Fryer de NBC. En 2020, el árbol llamó la atención del jardinero jefe del Rockefeller Center, Erik Pauze, durante una visita al oeste de Massachusetts.
Fascinado por su belleza, Pauze no dudó en acercarse a la casa de los Albert para expresar su interés en el árbol. Su llegada ocurrió en un momento especialmente significativo para la familia. Apenas unos días antes, Leslie, la esposa de Earl y madre de Michael, había fallecido, según consignó Today.
Michael Albert describió el momento como si Pauze fuera “un ángel o algo así”. Para Shawn, esposa de Michael, no hubo duda de que este evento estuvo influido por Leslie. “Esto es definitivamente obra de ella”, aseguró.
Para Earl, donar el árbol al Rockefeller Center representa “uno de los mayores honores” de su vida, y sostuvo que su difunta esposa estaría “encantada” con lo que ha sucedido. Michael agregó que este gesto simboliza un nuevo comienzo para la familia. “Es un homenaje a mi madre. Un nuevo capítulo para el árbol y para nosotros”, reflexionó.
Cómo es el árbol de Navidad del Rockefeller Center 2024
El árbol ya llegó a la ciudad de Nueva York, donde fue decorado con más de 50.000 luces LED multicolores y coronado con una espectacular estrella tridimensional de Swarovski. El tradicional encendido, que reúne a cientos de personas, ocurrió el pasado miércoles 4 de diciembre.
La experiencia de los Albert también resonó con los McGinley, quienes donaron el árbol del Rockefeller Center en 2023. Tras enterarse de que los Albert eran los donantes de este año, les enviaron una carta compartiendo sus memorias de la ceremonia de iluminación.
Shawn Albert recordó las palabras que más los marcaron: “Nunca olvidarás el sonido, el encendido del interruptor y el rugido de la multitud. Sentirás escalofríos, es una emoción indescriptible”.