La deforestación en Colombia creció 35 % en 2024, según ministra de Ambiente

De acuerdo con el informe sobre deforestación del Ministerio de Ambiente, aumentó un 35% - crédito EFE/Mauricio Dueñas Castañeda/REUTERS/Murad Sezer

El Ministerio de Ambiente de Colombia reveló el jueves 20 de febrero las cifras preliminares de deforestación correspondientes a 2024, destacando un incremento en la pérdida de bosques.

Según los datos oficiales, el país registró la desaparición de 107.000 hectáreas de cobertura forestal, lo que representa un aumento del 35 % en comparación con las 79.256 hectáreas deforestadas en 2023.

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De acuerdo con la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, aunque la cifra es alarmante, sigue siendo la segunda más baja desde que se tienen registros históricos, solo superada por los niveles de 2023.

Este repunte rompe con la tendencia a la baja que se había observado en los últimos años y sitúa nuevamente a la Amazonia como la región más afectada, concentrando el 60 % de la deforestación total.

Así explicó la jefe de cartera: “Cuando vemos el acumulado de los tres años con respecto a este punto de partida, esa línea base es una reducción acumulada hasta el año 2024 del 40%, pero vamos a mirarlo en perspectiva histórica”.

La ministra de Ambiente continuó diciendo que “el año más alto deforestación que ha tenido el país desde que tenemos récord es el año 2017 con 219.000 hectáreas y ahí exactamente lo que estaba pasando era precisamente, que se estaba empezando el proceso de paz y la Farc había salido del territorio”.

Sin embargo, el aumento respecto al año anterior pone en evidencia los desafíos persistentes en la lucha contra la deforestación. Muhamad recordó que en 2021 se alcanzaron los niveles más altos de pérdida forestal en el país, con aproximadamente 174.000 hectáreas deforestadas, “y este Gobierno a partir de un trabajo mancomunado con las comunidades y cambiando la política logran el año 2022 una reducción de 123.000 hectáreas”, agregó la funcionaria.

En los últimos años, Colombia había logrado avances significativos en la reducción de la deforestación. “Luego en el año 2023 una reducción de 79.000 hectáreas, que se constituye en el punto más bajo, la cifra más baja deforestación de los últimos 23 años”, indicó durante el informe.

Muhamad recordó que en 2021 se alcanzaron los niveles más altos de pérdida forestal en el país - crédito Maxim Shemetov/ REUTERS

Las cifras preliminares de 2024 marcan un retroceso en esta tendencia, con un incremento de más de 27.000 hectáreas en comparación con el año anterior: “Pero en el año 2024, tenemos una aumento a 107.000 hectáreas y ese aumento obviamente, pues no es una buena noticia, peor hay que ponerlo en perspectiva histórica porque se construye en la segunda cifra más baja de deforestación, es un aumento frente a la cifra más baja de la historia”, reveló Susana Muhamad.

El Ministerio de Ambiente atribuye gran parte de la deforestación a actividades como la minería ilegal, la ganadería extensiva, el acaparamiento de tierras y los cultivos ilícitos.

Estas prácticas, combinadas con la falta de control en ciertas regiones, han generado un impacto significativo en los ecosistemas forestales, especialmente en el Arco de Deforestación Amazónico, que abarca los departamentos de Putumayo, Guaviare, Meta y Caquetá.

La Amazonia, considerada el pulmón del planeta, sigue siendo la región más afectada por la deforestación en Colombia. Según los datos del Ministerio de Ambiente, el 60 % de la pérdida de bosques en 2024 se concentró en esta área, lo que pone en riesgo no solo la biodiversidad local, sino también los servicios ecosistémicos que benefician a todo el país y al mundo.

Vista de una carretera ilegal construida durante la deforestación de las llanuras del Yarí, en Caquetá en 2021 - crédito Luisa González/REUTERS

La tala indiscriminada de árboles en esta región contribuye al cambio climático, afecta los ciclos hidrológicos y amenaza la supervivencia de comunidades indígenas y campesinas que dependen de los recursos naturales.

El aumento de la deforestación en la Amazonia también tiene implicaciones globales, ya que esta región desempeña un papel crucial en la regulación del clima y en la captura de dióxido de carbono.