El Teatro Gran Rex, con su imponente marquesina y la promesa de magia que siempre aguarda tras sus telones, será testigo en 2025 de un fenómeno que parece extraído de un cuento de hadas: Albana Fuentes se convertirá en la protagonista del esperado musical La Sirenita, basado en la película animada de Disney y en el relato original de Hans Christian Andersen. Pero detrás del brillo del escenario, se esconde una historia de pasión, lucha y entrega, donde la joven actriz y cantante enfrentó desafíos que la acercan, de una manera casi poética, a la determinación de Ariel, entre ellos superar a 1723 aspirantes. En diálogo con Teleshow, la promesa del ámbito artístico habló a corazón abierto sobre cómo se abrió paso para alcanzar sus sueños.
“Desde muy chica quería ser escuchada, pero la vergüenza me ganó”, confesó Albana, quien creció en una familia alejada del mundo del arte. “Absolutamente nadie en mi familia canta, actúa, toca instrumentos o está relacionado con el arte en absoluto”, explicó a este medio. Sin embargo, desde pequeña, las señales estaban ahí: “Hay videos míos cantando o bailando en cualquier parte cuando era muy chiquita”. A medida que creció, su entusiasmo inicial fue opacado por la timidez. “Pasé a callarme por vergüenza y a apagar la música si escuchaba que alguien se acercaba mientras cantaba. Sentía que no quería que me vieran”.
Así como Ariel se pregunta en su canción: “¿Qué debo dar para vivir fuera del agua?”, Fuentes entregó todo de sí misma, enfrentó sus miedos y cruzó las fronteras de lo cotidiano para cumplir su mayor anhelo. Pero no fue sencillo, sino que tuvo que ser testigo de dos momentos que marcaron un antes y un después en su vida para poder dar ese paso. A los 11 años, cuando su familia la llevó a ver La Novicia Rebelde, descubrió el teatro musical: “De repente, vi chicos de mi edad estaban saltando, actuando, bailando y cantando arriba del escenario, quedé maravillada, pero no entendía muy bien qué me estaba pasando, solo sabía que algo empezó a prenderse en mí”.
“Y como quiebre final, unos años después fui a ver la producción del musical de Los Locos Addams y ahí entendí que lo que necesitaba era hacer eso que estaba viendo”, aseguró la actriz de 25 años, quien encontró su vocación al experimentar aquellas puestas en escena. Pero, una vez más, se encontró con una piedra que interrumpía su camino a alcanzar sus objetivos: “Si bien siempre me gustó y quise estudiar, no sabía cómo ni dónde. Empecé mis estudios a los 15, en una escuela integral de teatro musical en Villa del Parque. Un año más tarde, me cambié a la Escuela de Marisol Otero, donde me formé con ella algunos años tomando absolutamente todas las clases y talleres con ayuda de becas”.
Su formación fue un proceso lleno de perseverancia y entrega que continuó hasta llegar a la adultez. “A los 22, decidí profesionalizarme en el Instituto Argentino de Musicales (IAM) dirigido por Ricky Pashkus y Fernando Dente”. Además, tomó clases particulares con destacados maestros como Leandro Bassano, Maximiliano Conti y Julia Tozzi. Enfrascada en un mundo donde podía sacar a relucir su pasión por las artes escénicas, ella buscó la manera de perfeccionarse, pese a que también intentó realizar una educación “más tradicional”.
“Finalicé mis estudios en un colegio técnico con orientación en Informática y comencé la carrera de Análisis de Sistemas. Trabajé como Community Manager, tuve mi propia librería, y hasta intenté con Fonoaudiología. Pero el arte siempre estuvo ahí, latente”, recordó, a corazón abierto, la joven. Finalmente, decidió arriesgarse y apostar todo por su pasión: “Tomar esa decisión no fue fácil. Significaba dejar lo seguro, lo conocido, pero no podía ignorar lo que realmente quería”.
Tal como le sucede a la protagonista de la obra, el llamado a la aventura llegó de manera inesperada. “Después de una clase, estaba almorzando con una amiga en el instituto y escuché que mencionaban audiciones para La Sirenita. No podía creerlo. Pregunté de qué hablaban y me dijeron: ‘¡Abrí Instagram ya!’”. Apenas vio el video del anuncio, Albana quedó paralizada: “Me tomó totalmente por sorpresa. A las horas, la agencia nos confirmó a mí y a otras chicas que había un casting. Ese mismo día empecé a preparar el material de audición”.
La primera etapa fue grabar un video cantando “Ese Lugar”, la icónica canción de la película animada de Disney. “Lo preparé junto a mis maestros, y con la ayuda de mi mamá, lo grabé. Fueron horas y horas. Lo hice millones de veces, porque quería que fuera perfecto. Aunque claro, nada nunca lo es”, destacó a este medio. Luego, llegaron las audiciones presenciales, que recuerda cada detalle de las mismas. “El 29 de octubre fue la primera en el Teatro Gran Rex. Nos dividieron en grupos, cantamos, hicimos una secuencia coreográfica y ejercicios actorales. Después, el 2 de noviembre, tuve que volver al Multiteatro con más material preparado: dos canciones y un monólogo. Llamé urgente a mis maestros para repasar todo”, sostuvo Fuentes respecto a la oportunidad a la que se aferró con todas sus fuerzas.
La incertidumbre fue total hasta el 28 de noviembre, cuando llegó la última instancia. “Estaba interpretando el monólogo y me pidieron que lo repitiera con indicaciones nuevas. En el medio de mi actuación, descubrí un papel que decía: ‘Bienvenida Albana, sos Ariel’. Sentí que todo se congelaba. Literalmente pensé que estaba soñando otra vez”, rememoró, con los sentimientos a flor de piel. Con su sueño hecho realidad, Albana expresó que la conexión con el personaje va más allá del escenario: “Ariel es mi princesa favorita desde siempre. Me siento muy identificada con ella porque es valiente, cuestiona lo que le imponen y busca lo que realmente la hace feliz, aunque eso signifique enfrentarse a lo desconocido. Ella lucha por lo que quiere, y eso me inspira muchísimo”.
El desafío de encarnar a uno de los personajes más queridos por generaciones de niños y adultos no le resulta ajeno. “Quiero disfrutarlo mucho. Estoy entrenando y estudiando sin parar. ¡Quiero estar a la altura de las expectativas que yo misma tengo como espectadora!”, asegura con determinación de llevar a cabo la historia de la muchacha pelirroja que busca conocer el mundo de humanos y, además, encontrar el amor junto al príncipe Eric.
En 2025, cuando el telón del Gran Rex se levante y el mundo submarino cobre vida con la música de Alan Menken y las letras de Howard Ashman y Glenn Slater, la joven actriz no solo dará voz a Ariel, sino también a su propia historia de la mano de un equipo compuesto por Ariel Del Mastro, que tendrá a su cargo la Dirección General, Marcelo Caballero como Co-Director y a cargo de la Puesta en Escena, Analía Gonzalez en la Dirección Coreográfica y Coreografía, Jorge Ferrari en el diseño escenográfico y Sebastián Mazzoni en la Dirección Vocal. Además, toda la puesta en escena cuenta con la producción de Pablo Kohlhuber de Ozono Producciones, Mariano Pagani, Carlos y Tomás Rottemberg, bajo licencia de Disney Theatrical Group.
Una historia de coraje, entrega y la firme decisión de no rendirse nunca. “Es un sueño tan grande, que ni siquiera me atrevía a soñarlo”, repite emocionada por este nuevo proyecto. Quizás porque, como la Sirenita, ella sabe que a veces hay que desafiar lo imposible para encontrar “ese lugar” donde realmente se pertenece.
En cada canción, en cada mirada y en cada gesto, Albana no solo contará la historia de la princesa del mar, sino la suya propia: la de una artista que abandonó lo seguro para entregarse a lo que amaba, convirtiendo su vida en un verdadero cuento de hadas. Entonces, cuando el telón se abra y el mundo bajo el mar cobre vida, todos podrán ser testigos que, a veces, los sueños no solo se cumplen, sino que brillan más fuerte que nunca.