
Mucha gente encuentra la motivación que necesita en su día a día – eso de trabajar y seguir trabajando – en la idea de la jubilación. Hay pocas épocas tan deseadas como esos años de descanso después de toda una vida de esfuerzo, por lo que muchas personas pasan la vida ahorrando (si se lo pueden permitir) y planeando de cara a tener el mejor retiro que les sea posible. Una casita en el campo, un apartamento en la playa, una autocaravana para amanecer cada día en un nuevo sitio, o simplemente quedarse en casa y disfrutar de unos años de tranquilidad junto a su familia o compañero de vida.
Count Debra Kilgore vive en Parker, Arizona (EE. UU.), al lado del río Colorado. Pero no por mucho más: la mujer de 63 años, divorciada desde hace ya un tiempo, madre de dos hijos adultos y abuela de dos nietos, decidió pasar su jubilación – o al menos una parte – a bordo de un crucero. Se compró un apartamento en el MV Narrative, un crucero residencial de lujo que se lanzará al mar en 2027 y sobre el que Debra disfrutará de una jubilación premium.
Ya apuntaba maneras desde antes, porque también es dueña de una autocaravana con la que acostumbra a viajar a lo largo y a lo ancho de Norteamérica junto a Choo Choo Bella, su perra de 9 años, con quien ha estado “en Canadá, en el archipiélago de Hawaii, y la mayor parte de los EE. UU. continentales”. Acabará siendo uno de los perros con más kilómetros a sus espaldas, porque también la acompañará en el crucero, que no solo permite la presencia de mascotas, sino que tiene hasta un veterinario a bordo.
De acuerdo con lo publicado en el New York Post, Kilgore lleva fascinada con la idea desde que una amiga suya compró un apartamento en el primer crucero residencial, The World, un barco que se dio a la mar en 2002 y que requería que sus residentes tuviesen un valor de, como mínimo, 10 millones de dólares; además de necesitar una referencia de alguien que ya viviese en él. Según Kilgore, cuando se enteró de que su amiga estaba viviendo a bordo del barco, pensó “anda, qué fabuloso”, pero en el momento estaba criando a sus hijos (que entonces eran cuatro), llevaba un negocio (un resort llamado Bransons), y, por tanto, no podía permitirse embarcarse en tal aventura. Dos décadas después, en 2022, se topó con un artículo que trataba sobre el MV Narrative y, tan solo dos semanas después, desembolsó una reserva de 10.000 dólares para su apartamento, de una habitación, un baño y un aseo, que cuesta un total de 1.9 millones de dólares.
La estadounidense cuenta como, después de la muerte de dos de sus hijos – uno falleció en 2007 a los 15 años en un accidente de moto y el otro en 2019 a los 39 años de edad por causas naturales – se comprometió consigo misma a vivir la vida de la forma más plena que le fuese posible: “La vida no es una promesa”, dice, “saca todo lo que puedas de cada día que tengas”.
El MV Narrative, un enorme crucero residencial de lujo
En total, el MV Narrative tiene 530 apartamentos amueblados que oscilan entre los 22 m² y los 183 m² y cuestan entre 1 millón de dólares (por un estudio apartamento) y 8 millones (para un apartamento de dos plantas y cuatro habitaciones). Aunque son precios bastante elevados, Storylines (la compañía dueña de este crucero) ofrece la posibilidad – en algunos de sus apartamentos – de que sean comprados por hasta cuatro dueños. Pero Kilgore no quería eso, y se podía permitir la alternativa: “Viajar sola te permite ser más flexible”, asegura, “no tienes que seguir un plan. Puedes explorar cada destino de una forma distinta, alejarte del camino marcado y vivir la experiencia de visitar lugares que te recomiendan los locales”. Por el momento, lo que más le apetece es ver el Mediterraneo, el Pacífico sur, las islas griegas y las Islas Galápagos: “Me encanta el agua”, explica, “y odio el frío”.
Aunque parece que a Kilgore le encantaría tener el crucero entero solo para ella, realmente es imposible estar realmente solo en un barco tal, con miles de residentes y sus invitados (aunque el 22% de los residentes viaja solo), pero ella ya tiene claro lo que quiere hacer: “Tienes la elección de rodearte de gente, de involucrarte en actividades, de estar en grupos o no”, dice, añadiendo que “no soy una persona a la que le preocupe salir por mi cuenta cuando el barco esté en puerto”.
Aun así, espera que sus nuevos vecinos acaben siendo “como su familia”, pero al mismo tiempo se espera cualquier cosa y admite que el único caso en el que acabaría vendiendo su apartamento es si el resto de residentes resultan ser “malos vecinos”. De cualquier forma, también piensa volar de vez en cuando a los Estados Unidos para ver a su familia.
Los propietarios deberán pagar entre 68.000 y 245.000 dólares al año por servicios y mantenimiento
Como cabe comprender, todo esto no sale barato: además de esos casi dos millones de dólares por el apartamento, hay un cobro adicional anual de entre 68.000 y 245.000 dólares por apartamento, lo que cubre todos los gastos desde la alimentación a la colada y las actividades, equipo deportivo, el servicio de limpieza, el servicio de habitaciones 24/7, y el mantenimiento y funcionamiento del barco.
Además, esa factura extra permite también acceder a un centro de bienestar y una clínica antiedad (que lleva Tony de Leede, el dueño de la franquicia australiana de Fitness First). De acuerdo con la página web del crucero, el centro estará “abierto 24/7 e incluye un gimnasio frente al mar, una piscina de entrenamiento, una sala de meditación, salas de fitness, cápsulas de relajación, un jacuzzi, una sauna, sillas de respiración y meditación, sillones de masajes terapéuticos, saunas de infrarrojos, y más”.
También existe la posibilidad de “mejorar” la experiencia (pagando, claro) y desbloquear algunos beneficios adicionales como licor de alta calidad o el restaurante de lujo que se encuentra en la plataforma 16 (de 18) del crucero. Y si además se apetece un poco “Champán francés vintage” o filetes de wagyu madurado por 90 días se podrá disfrutar, pero desembolsando aún más. Pero si no se tiene la necesidad, no pasa nada: el 80% de las opciones alimenticias del crucero van incluidas en el cobro adicional anual.
Sanidad a bordo de un crucero
Debido a que, durante la pandemia del Covid-19, muchos cruceros estuvieron totalmente en cuarentena y sin posibilidad de atracar ni desembarcar, el MV Narrative tiene varios procedimientos y mecanismos de seguridad sanitaria: “En caso de algo como una pandemia, ajustaremos el itinerario para evitar países o regiones con casos confirmados, y aplicaremos procedimientos para mantener seguros a los residentes”, aseguró Alister D. Punton, el Director Ejecutivo de Storylines, a Realtor.com.
Los procedimientos incluirían “reducciones de los puntos de contacto entre las personas a bordo, restricciones de movimiento dentro y fuera del barco, un incremento en la limpieza, y facilitar vacunas a bordo en cuanto fuese posible adquirirlas”. Por otro lado, cada apartamento tiene su propio sistema de ventilación para prevenir la circulación de aire contaminado, además de varios sistemas continuos de filtrado y esterilización del aire en las todas las zonas comunes del barco. Además, los residentes también contarán con sensores en sus habitaciones y sistemas de monitoreo de salud para medir su temperatura corporal o su presión sanguínea, entre otros parámetros. En cuanto un residente enferme, el monitor alertaría a la tripulación. Sin embargo, aquellas personas que requieran de una mayor atención médica, como operaciones quirúrgicas, deberán ser extraídas en helicóptero al hospital más cercano. De cualquier forma, nada de esto le quita el sueño a Kilgore: “He estado en muchos sitios y he enfermado en otros países”, asegura, añadiendo que “no me preocupa”.