Los republicanos en el Congreso de Estados Unidos volvieron a la carga con un proyecto de ley que busca modificar las reglas de inscripción de votantes en elecciones federales. La propuesta, liderada por el miembro de la Cámara de Representantes, Chip Roy, ya genera un fuerte debate político sobre el trasfondo de esta iniciativa y acerca de cómo podría cambiar el panorama para los sufragantes.
Un nuevo intento por modificar el registro de votantes de Estados Unidos
El legislador texano Chip Roy reintrodujo en enero de 2025 el proyecto de ley conocido como Safeguard American Voter Eligibility (SAVE). Esta medida, respaldada por un grupo de congresistas del Partido Republicano, pretende reforzar los requisitos de inscripción en el padrón electoral, al exigir que los estadounidenses presenten pruebas de ciudadanía antes de registrarse para sufragar en comicios federales.
Según Roy, esta propuesta responde a la necesidad de evitar que extranjeros sin derecho a voto influyan en los resultados electorales. “Las elecciones en Estados Unidos pertenecen a los ciudadanos estadounidenses, y la confianza del público en esos comicios es la piedra angular de nuestra república”, afirmó el representante. “Debemos garantizar que nuestra soberanía y nuestros procesos electorales no sean secuestrados por personas que no tienen derecho a participar”, agregó.
Los principales cambios que propone la ley SAVE
La legislación presentada incluye medidas específicas para garantizar que solo ciudadanos estadounidenses puedan registrarse en el padrón electoral. Entre las disposiciones clave del proyecto se encuentran:
- Exigir a los estados que obtengan una prueba de ciudadanía en persona antes de inscribir a cualquier persona para votar en elecciones federales.
- Obligar a los estados a depurar sus listas de votantes, al eliminar a quienes no sean ciudadanos.
- Proporcionar herramientas a las autoridades estatales para identificar y retirar de los registros a votantes que no cumplan con el requisito de ciudadanía.
Estas medidas buscan cerrar cualquier posible brecha que permita el registro indebido de personas extranjeras en los comicios nacionales.
La nueva ley electoral divide al Congreso de Estados Unidos
La ley SAVE ya había sido aprobada en la Cámara de Representantes en una votación bipartidista, pero su avance fue bloqueado en el Senado por la mayoría demócrata. Ahora, con el control republicano en ambas Cámaras, el panorama podría ser distinto.
El senador Mike Lee, quien presentó una versión paralela del proyecto en la Cámara Alta, enfatizó la importancia de esta iniciativa: “La confianza pública en la integridad de nuestras elecciones es esencial para la legitimidad de nuestras instituciones democráticas”.
Por su parte, el representante Andrew Garbarino, quien colidera la iniciativa en la Cámara de Representantes, argumentó que este tipo de medidas ya se implementaron en algunas ciudades y estados sin mayores inconvenientes. “Es sentido común que solo los ciudadanos estadounidenses decidan nuestras elecciones. Sin embargo, lugares como Nueva York han permitido que no ciudadanos participen en votaciones locales, lo que sienta un precedente preocupante”, señaló.
Apoyos y críticas a la propuesta que impacta en los votantes de EE.UU.
El proyecto de ley recibió el respaldo de diversas organizaciones conservadoras que defienden la necesidad de reforzar la integridad electoral en Estados Unidos:
- Cleta Mitchell, fundadora de la organización Only Citizens Vote Coalition, expresó que “las elecciones en Estados Unidos deben ser legales, justas y libres de fraude”, al tiempo que advirtió que “cada voto ilegal anula la voz de un ciudadano legítimo”.
- Ryan Walker, vicepresidente ejecutivo de Heritage Action, insistió en que “pedir prueba de ciudadanía es una medida de sentido común para proteger el sistema electoral”.
- Jenny Beth Martin, de Tea Party Patriots Action, afirmó que la propuesta es una “solución efectiva” para evitar que personas sin ciudadanía accedan indebidamente al padrón electoral.
Sin embargo, los detractores de la medida, en su mayoría del Partido Demócrata y de organizaciones defensoras del derecho al voto, manifestaron su rechazo. Según Los Angeles Times, opositores consideran que esta ley podría suponer una barrera adicional para ciudadanos estadounidenses que, por diversas razones, no cuentan con documentación inmediata. También argumentan que la legislación actual ya penaliza el registro fraudulento de votantes, lo que hace innecesarias estas nuevas restricciones.
¿Qué sigue para la ley SAVE?
Con el control republicano en el Congreso, la iniciativa podría tener una segunda oportunidad para avanzar y llegar al escritorio del presidente Donald Trump. El medio citado explicó que la clave estará en la posibilidad de que logre superar el debate en el Senado y evitar posibles bloqueos de la oposición.
Por ahora, el proyecto aún genera controversia y promete ser un punto central en la discusión política de los próximos meses en el Congreso de Estados Unidos.