La trama detrás de la salida de Russo: su alianza con Pettovello, los roces con Lugones y el empoderamiento de Caputo

Salud iba a ser, originalmente, una secretaría de Estado dependiente del Ministerio de Capital Humano. Pero días antes de que Javier Milei asumiera, en la transición de diciembre del Hotel Libertador, la titular del área, Sandra Pettovello, pidió que esa área no integrara su cartera que ya era de por sí, elefantiásica. Aunque históricamente -y a excepción de la pandemia- Salud fue una área de bajo perfil, se trata de una estructura burocrática sensible que engloba lugares clave como la superintendencia que fiscaliza las obras sociales, el PAMI, la Anmat y la relación con los laboratorios para la compra de medicamentos.

En ese momento, Milei y Nicolás Posse -que asumiría como jefe de Gabinete y estaba a cargo del diseño del organigrama nacional- le encargaron a Mario Lugones que armara la estructura del nuevo Ministerio de Salud. Dueño del Sanatorio Güemes y presidente de la Fundación Güemes, este médico cardiólogo siempre estuvo enlazado con la política. Es muy allegado al histórico hombre fuerte del radicalismo, Enrique “Coti” Nosiglia -con quien se asoció en el Güemes- y supo tener negocios en común con Luis Barrionuevo.

Es, además, padre de Rodrigo Lugones, un consultor político que se formó en la escuela de Jaime Durán Barba y que en 2012 fundó su propia consultora, Move Group. Allí trabajaron otros estrategas políticos que hoy orbitan cerca de la gestión nacional. Y dio sus primeros pasos asesor estrella de Javier Milei y hombre fuerte de la cúpula del Gobierno, Santiago Caputo.

Aunque siempre fue señalado como una figura “de consulta”, en la práctica Mario Lugones fue quien armó el Ministerio de Salud y eligió a buena parte de sus funcionarios, incluido el titular del área, Mario Russo. Seleccionó personal para PAMI, para la Superintendencia de Servicios de Salud y para los hospitales nacionales. Fue, además, el principal interlocutor con las obras sociales. Para los actores del rubro sanitario, Lugones siempre fue un “ministro sin firma” y alguien con mayor poder real que el propio Russo. “Que ahora Lugones finalmente asuma como ministro no es más que el principio de revelación”, ironizaba por estas horas un hombre de la política que siguió de cerca toda la trama.

Mario Lugones, Ministro de Salud

Choques con Russo

El problema fue que, con el correr de los meses, Russo comenzó a chocar con las instrucciones que bajaban del tándem Mario Lugones-Santiago Caputo. El ahora eyectado ministro se opuso, por ejemplo, a la compra de medicamentos vía convenios desde la Dirección De Asistencia Directa Por Situaciones Especiales (Dadse) y al cierre de dependencias y organismos dependientes del ministerio.

Un momento clave fue cuando Mario Lugones definió ubicar en la estratégica secretaría de Coordinación Administrativa a Cecilia Loccisano, una abogada con experiencia en lo referido a las compras en el área de salud. Ella es, además, la exesposa del exministro de Trabajo de Mauricio Macri Jorge Triaca. Loccisano desembarcó luego de los traspiés con la compra de vacunas y repelentes para el dengue del pasado verano en uno de los puestos más estratégicos de la cartera de Russo.

Pero el ministro siempre vivió con recelo el desembarco de la funcionaria. Según fuentes del Gobierno, reiteradas veces se quejó en la Casa Rosada alegando que Loccisano era “demasiado avasallante”.

En el interin, Russo se fue acercando cada vez más a Pettovello, que tiene una interna indisimulable con Santiago Caputo. Los bandos quedaron claros. El titular de Salud buscó, a través de la ministra más querida por el Presidente, llegar al propio Milei (que apenas lo conocía) y al jefe de Gabinete, Guillermo Francos. El objetivo era que los Lugones y Caputo no siguieran avanzando con la toma de decisiones en Salud.

El capítulo final de la trama se dio en los últimos días. Nación hizo una compra grande de vacunas contra el dengue. Parte de ese stock, a su vez, sería derivado a las provincias. Dentro del ministerio, Russo pulseó con Loccisano y con el secretario de Acceso a la Salud, Pablo Bertoldi: él quería derivar las dosis a la provincia de Buenos Aires y a la Capital Federal y sus subordinados reclamaban más stock para las provincias del norte con mayor riesgo epidemiológico.

Esta última puja fue la definitiva. Russo quiso desplazar a Loccisano en las últimas horas. Pero cuando el conflicto escaló a la Casa Rosada, Milei saldó la puja en favor de su asesor estrella y del cardiólogo Lugones. Y el ministro fue reemplazado por quien movía los hilos del ministerio en las sombras.

La entronización, en definitiva, empodera otro tanto a Santiago Caputo, que ya tiene influencia en áreas como la SIDE, energía (como Cammesa e YPF), telecomunicaciones, empresas públicas y Justicia, mientras define estrategias políticas y de comunicación oficial. Todo eso, además de integrar el “triángulo de hierro” con los hermanos Milei.