
Hay una voz que ha acompañado a un sector de la población peruana en momentos en los que la vida se tornaba complicada. Personas de distintas edades, sobre todo adolescentes y jóvenes, prendían la radio, quizás con un nudo en la garganta o con una tristeza que los obligaba a encerrarse en una habitación.
Esta tristeza se intensificaba con las canciones románticas de la radio, cuyas historias se parecían a las de muchos de los oyentes. Sin embargo, cuando se escuchaban las primeras melodías de ‘The Wedding Song’ de Kenny G, el alma parecía volver al cuerpo de más de una persona que pasaba por momentos difíciles, como un amor no correspondido, una ruptura sentimental o una infidelidad.
Ellos sabían que, tras aquella melodía, una voz familiar rompería el silencio de la noche, brindándoles consuelo y compañía en sus momentos más oscuros. Blanca Ramírez, al frente del programa radial ‘Entre la arena y la luna’, en Ritmo Romántica, saludaba a su audiencia con la calidez de siempre. Sus palabras, aunque dirigidas a un oyente en particular, parecían estar escritas para muchos, porque el amor, con sus alegrías y heridas, habla un idioma universal, y las mismas historias de desamor se repiten una y otra vez en distintos corazones.
Infobae Perú conversó con Blanca Ramírez sobre su trayectoria en la radio, la influencia de su programa en sus oyentes y aspectos menos conocidos de su vida profesional. Al unirse a la videollamada en Meet, bastó escuchar su inconfundible voz para reconocerla de inmediato como la conductora de ‘Entre la arena y la luna’. Incluso con los ojos cerrados, no habría dudas: era ella.
La vida de Blanca Ramírez antes de llegar a la radio
Desde pequeña, Blanca Ramírez soñó con actuar en telenovelas, obras de teatro y cine, un deseo que sus padres conocían bien. Fueron ellos quienes le advirtieron lo complicado que era conseguir un papel protagónico en una producción y todos los factores que influían en ello. Ante esa realidad, buscó una carrera que la acercara al mundo artístico y encontró en las Ciencias de la Comunicación el camino para hacerlo.
“Cuando vi el plan de estudios de la carrera, me di cuenta de que había cursos de radio y televisión. ‘Este es mi trampolín’, me dije”, expresó, visiblemente emocionada.
Comenzó a estudiar con la ilusión de actuar algún día en una telenovela o película. Mientras tanto, formaba parte del elenco de teatro de su universidad, lo que le permitía actuar esporádicamente. Asistía a las clases con interés, pero su pasión estaba en el arte, un campo que exploraría antes de que acabe su carrera universitaria.
A mitad de su formación académica, un amigo la animó a cursar un taller de locución, un campo que aún no había explorado. “Asistí y me gustó mucho porque era actuar con mi voz. Empecé a hacer doblajes e interpretar. Lo que hacía en ese entonces me apasionaba”, comentó. En la academia donde estudió, habían cursado estudios figuras como Gonzalo Iwasaki.
La también coach motivacional en programación neurolingüística (PNL) entrevistó al reconocido actor Gianfranco Brero, a quien, según contó, considera uno de sus grandes ídolos. En un momento de la conversación, él la halagó con estas palabras: “Tienes una voz muy bonita, ¿no has considerado hacer comerciales?”. Blanca, agradecida, confesó que no conocía a nadie en ese campo. Lo que sucedió después podría considerarse un golpe de suerte: el actor no solo le facilitó cinco contactos, sino que también le indicó que se presentara en su nombre.
“Fui, me presenté y me dijeron que debía llevar un casete con mis comerciales. No había grabado ninguno, pero sí había hecho grabaciones para la radio. Presenté lo que tenía y, poquito a poquito, fui abriéndome camino en el mundo de la publicidad, que es mucho más rentable que trabajar en radio”, relató.
Sus inicios en Ritmo Romántica
Blanca Ramírez fue invitada a participar en un proceso de selección para un programa romántico. Tras diversas pruebas y deliberaciones, Vanessa Terkes fue seleccionada, ya que, según comentó mi interlocutora, su popularidad la favoreció. Sin embargo, pocos meses después, Blanca recibió una oferta para reemplazar a Vanessa en el espacio radial.
“Cuando llegué, no me gustó el programa, ya que solo ponían canciones y hablaban del amor. La verdad, no me agradaba en absoluto. Un día, una chica me llamó llorando para contarme su problema. Le pregunté al operador: ‘¿Crees que podemos poner esa llamada al aire?’. Él respondió que sí. Luego, me dirigí a la oyente: ‘¿Te gustaría que sacara tu llamada al aire?’. ‘Sí, por favor, me siento sola’, me respondió”, relató.
Según Blanca, lo que había hecho fue bien recibido por la audiencia. “Nadie aconsejaba, a nadie le importaban los problemas de las personas. Antes del 2000, existían otros tipos de formatos radiales, y a mí se me ocurrió la idea de aconsejar a la gente”, indicó.
En sus más de 20 años en Ritmo Romántica, Blanca ha escuchado un sinfín de historias de amor y ha realizado acciones que actualmente ya no se realizan. Por ejemplo, leía poemas y canciones pausadamente, aprovechando la cadencia de su voz.
Consejos para sus radioyentes
La conductora radial reveló que su vida ha sido complicada, al igual que la de muchos de sus oyentes. A pesar de sus problemas, ha salido adelante. Ella anhela que sus oyentes superen sus dificultades y tomen buenas decisiones en distintos aspectos de la vida.
Según comentó, la vida le ha enseñado mucho y lo aprendido lo utiliza en cada consejo que da. Su experiencia como catequista ha sido un plus en su vida, ya que le ha brindado virtudes como la empatía, la asertividad y la capacidad de escuchar, cualidad que se está perdiendo en un mundo cada vez más acelerado. En la radio, Blanca escucha atentamente a cada persona y se dirige a cada uno como si fuera una amiga.
Sus palabras han marcado la vida de muchos, y su voz sigue encendiendo emociones en Ritmo Romántica. Pero no todos la escuchan con gratitud. Una vez, un hombre la amenazó en redes sociales, culpándola del fin de su relación. Su novia, tras oír un consejo suyo, decidió alejarse para siempre.