En medio de una campaña marcada por la incertidumbre y el desgaste de los espacios tradicionales, Carolina Labayru, actual secretaria de Control municipal y candidata a concejal por Unidos para Cambiar Santa Fe, se posiciona como una figura en ascenso en la recta final hacia las elecciones en Rosario. A fuerza de una impronta de trabajo intensa, una exposición sostenida y el respaldo político de peso que representa el intendente Pablo Javkin y el gobernador Maximiliano Pullaro, Labayru avanza con paso firme hacia una remontada que muchos en el oficialismo ya califican como «épica».
Según las últimas encuestas que circulan en los principales bunkers políticos de la ciudad, el escenario se encamina a un virtual triple empate entre las tres principales fuerzas en disputa: el peronismo, representado por listas de histórica implantación territorial; La Libertad Avanza, que se apoya en el arrastre nacional de Javier Milei; y Unidos, que hasta hace semanas parecía en retroceso, pero que ahora ve en Labayru una chance concreta de retener peso propio en el Concejo Municipal.
El repunte de la candidata oficialista se sostiene tanto en la estructura del gobierno municipal como en su mensaje de «orden, transparencia y trabajo». En una reciente entrevista, Labayru remarcó: “Tengo una lista transparente, no tengo a nadie que ocultar”, en alusión tanto a sus adversarios como a las internas dentro de su propio espacio. La funcionaria también hizo eje en su experiencia de gestión: “Recorro los barrios y los vecinos valoran que estemos, que pongamos la cara”.
Desde el entorno de Javkin aseguran que Labayru representa una continuidad necesaria en el Concejo para consolidar la gestión en marcha. Y no solo cuenta con ese respaldo: en las últimas semanas, el propio gobernador Pullaro se mostró públicamente apoyando su candidatura, reforzando la idea de una lista alineada con los dos principales niveles del Ejecutivo.
Mientras tanto, las encuestas reflejan una batalla voto a voto. Según un relevamiento que circula en los escritorios de campaña, el libertario Juan Pedro Aleart ostenta una leve ventaja, seguido muy de cerca por el candidato peronista, en un marco de “empate técnico” que ahora también empieza a incluir a Labayru, quien en silencio, pero con firmeza, se acerca al pelotón de los que definirán la elección.
Con un electorado fragmentado y un clima social de alta demanda por resultados concretos, la figura de Labayru gana terreno, incluso entre votantes que hasta hace poco desconfiaban del oficialismo. En su última aparición pública, la candidata lanzó un mensaje claro: “Rosario está renaciendo, no la dejemos en manos de los que la desprecian”, en un tiro por elevación tanto a sus rivales como a sectores internos que buscaron erosionar su candidatura.
En definitiva, Carolina Labayru parece decidida a disputar hasta el último voto. Su crecimiento en las encuestas, sumado al respaldo político y a una campaña con fuerte presencia territorial, la colocan hoy como una protagonista central en la disputa por el Concejo Municipal.