Las curiosidades más sorprendentes sobre la primera película de Frankenstein

Mary Shelley y el

La historia de Frankenstein, escrita por Mary Shelley en 1818, se ha convertido en un referente indiscutible de la literatura gótica y de ciencia ficción. Su relato sobre la creación de una criatura a partir de partes de cadáveres inspiró numerosas adaptaciones, siendo la primera película basada en esta obra un punto de partida para muchas otras representaciones cinematográficas. La película, titulada simplemente Frankenstein, estrenada en 1931 y dirigida por James Whale, se volvió un hito del género de terror.

El “año sin verano” como origen de la historia

La novela original de Mary Shelley tiene un origen peculiar: fue escrita durante el “año sin verano” en 1816. Todo ocurrió debido a la erupción del volcán Tambora en Indonesia, que liberó polvo de azufre a la atmósfera, bloqueando la luz solar y generando cambios climáticos drásticos. Esto afectó a Europa, donde se produjeron lluvias constantes y bajas temperaturas, lo que llevó a un grupo de amigos que se alojaban en Villa Diodati, en Suiza, a pasar más tiempo en interiores. Entre ellos se encontraban Lord Byron, Percy B. Shelley y Mary Godwin (nombre de soltera de Mary Shelley). Byron propuso que cada uno escribiera una historia de terror, y así fue como Mary comenzó a esbozar la trama de Frankenstein, la cual más tarde se convertiría en la base para las diversas versiones cinematográficas, incluyendo la primera película.

Confusión de nombres: Victor Frankenstein, el verdadero creador que fue eclipsado por su propia creación

Frankenstein, el monstruo sin nombre

Una de las confusiones más comunes es llamar “Frankenstein” al monstruo creado por el doctor Victor Frankenstein. En realidad, en la novela original, la criatura no tiene nombre; es simplemente referida como “el monstruo” o “la criatura”. Esta idea se mantiene en la adaptación cinematográfica de 1931, donde el título se refiere al científico, no a su creación. La imagen del monstruo se ha vuelto tan icónica que el nombre del doctor y su creación se han fusionado en la cultura popular. Cabe destacar que la primera película se titula Frankenstein, el hombre que hizo un monstruo, haciendo alusión al creador y no a la criatura.

La ciencia detrás del mito: los experimentos eléctricos que inspiraron la creación de la criatura

La evolución del asistente del Dr. Frankenstein

Muchos creen que el ayudante de Frankenstein se llama Igor, un personaje que fue retratado como un hombre jorobado y extraño en diversas adaptaciones. Sin embargo, ni en la novela original ni en la primera película de 1931 aparece alguien con ese nombre. El ayudante que aparece en esta película se llama Fritz, quien tiene ciertas características que posteriormente se asociaron con Igor en versiones posteriores. La figura de Igor no se incorpora realmente hasta El hijo de Frankenstein (1939), donde aparece un asistente llamado “Ygor”, interpretado por Bela Lugosi, cuya imagen ha quedado grabada en el imaginario colectivo.

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Influencia de la ciencia y la alquimia en la creación del monstruo

Desde su primera publicación, Frankenstein ha sido adaptado y reinterpretado en innumerables ocasiones, desde el cine clásico hasta la televisión y el teatro, cada versión aportando nuevas perspectivas sobre el monstruo y su creador

El personaje de Frankeistein está fuertemente inspirado por los avances científicos y filosóficos de la época. La obra de Shelley refleja una fascinación por los experimentos ligados a la electricidad, como los de Luigi Galvani, quien demostraba la posibilidad de mover músculos muertos con descargas eléctricas. Además, hay referencias a la alquimia y a la búsqueda del elixir de la vida, prácticas que inspiraban a muchos pensadores de la época. En la novela y la película, se muestra cómo la transición de la alquimia a la ciencia moderna influye en la motivación de Frankenstein para “crear vida”. El interés de la obra por explorar los límites del conocimiento científico y sus consecuencias ha dado pie a debates éticos y filosóficos que persisten hasta la actualidad.