Las etiquetas medioambientales podrían ser injustas: la OCU pide su revisión

Etiqueta ECO de la Dirección General de Tráfico (DGT)

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha manifestado su descontento con el actual sistema de etiquetado ambiental de la Dirección General de Tráfico (DGT). A pesar de que estas etiquetas tienen como objetivo promover la movilidad sostenible y reducir la contaminación en las ciudades, la OCU considera que el sistema es injusto. Según la organización, las etiquetas, en lugar de basarse en el nivel real de contaminación de los vehículos, se asignan principalmente según el tipo de motor. Esto ha generado lo que la OCU denomina una “licencia para contaminar”, especialmente en el caso de los vehículos híbridos enchufables.

A través de diversos estudios, la OCU ha detectado que algunos vehículos etiquetados como “Cero emisiones” no siempre cumplen con las expectativas de eficiencia y sostenibilidad. Por ejemplo, ciertos híbridos enchufables, que ostentan la etiqueta azul de “Cero emisiones”, pueden presentar en la práctica un consumo de combustible y niveles de contaminación mucho más elevados de lo que indican las cifras homologadas. Estos vehículos, aunque cuenten con un motor eléctrico, en situaciones reales de conducción, pueden depender mucho más de su motor de combustión interna, lo que incrementa su huella ambiental.

Ante esta situación, la OCU lleva tiempo pidiendo una revisión del sistema de etiquetas medioambientales de la DGT. Su principal exigencia es que las etiquetas se otorguen en función de la contaminación real que genera cada vehículo en lugar de basarse únicamente en el tipo de motor. La organización argumenta que esta reforma es una cuestión de justicia y equidad, especialmente porque las etiquetas actuales restringen el acceso a las zonas de bajas emisiones (ZBE), favoreciendo a los propietarios de vehículos más caros que, aunque teóricamente menos contaminantes, no siempre lo son en la práctica.

Además, la OCU ha propuesto una serie de medidas para fomentar una movilidad más sostenible y justa. Entre estas, sugiere la ampliación de ayudas para la compra de vehículos verdaderamente limpios, la promoción del régimen de renting para facilitar el acceso a vehículos menos contaminantes, y el fortalecimiento del transporte público como alternativa ecológica.

Las etiquetas de la DGT

La autoridad de Tráfico introdujo las etiquetas medioambientales como una herramienta para clasificar a los vehículos en función de su eficiencia energética y su impacto ambiental. Este sistema, en teoría, busca identificar cuáles vehículos son más respetuosos con el medio ambiente, promoviendo una discriminación positiva a favor de aquellos que generan menos emisiones contaminantes. A través del etiquetado, se busca incentivar la adopción de tecnologías limpias, reduciendo la contaminación en las ciudades y apoyando a las políticas municipales relacionadas con la movilidad sostenible.

El sistema de etiquetas no solo se utiliza para informar a los consumidores, sino que es también una herramienta en manos de las administraciones locales para regular el tráfico en episodios de alta contaminación. Además, se emplea como mecanismo para aplicar beneficios fiscales y otras ventajas en términos de movilidad, tales como exenciones en peajes o acceso preferente a determinadas zonas urbanas.

El sistema de la DGT divide los vehículos en cuatro categorías principales, según su impacto ambiental, empezando por los más limpios hasta los más contaminantes:

  • Etiqueta 0 emisiones (Azul): Este distintivo es para los vehículos más eficientes desde el punto de vista medioambiental. Incluye los vehículos eléctricos de batería (BEV), los eléctricos de autonomía extendida (REEV), los híbridos enchufables (PHEV) con una autonomía eléctrica de al menos 40 km y los vehículos de pila de combustible.
  • Etiqueta Eco (Verde y Azul): Este grupo incluye vehículos que, aunque no alcanzan la eficiencia de los “Cero emisiones”, aún se consideran más respetuosos con el medio ambiente. Aquí entran los híbridos no enchufables (HEV), los vehículos propulsados por gas natural (GNC y GNL) o gas licuado del petróleo (GLP), y aquellos eléctricos enchufables con autonomía inferior a 40 km.

Etiquetas ambientales de la DGT

  • Etiqueta C (Verde): Dirigida a vehículos de combustión interna que cumplen con las normativas europeas más recientes de emisiones. Se incluyen los turismos de gasolina matriculados a partir de 2006 y los diésel desde septiembre de 2015, así como vehículos pesados y de más de 8 plazas matriculados desde 2014.
  • Etiqueta B (Amarilla): Esta etiqueta identifica a los vehículos de combustión interna que cumplen normativas anteriores, pero no las más recientes. Corresponde a turismos de gasolina matriculados a partir de 2001 y diésel desde 2006, así como vehículos pesados matriculados desde 2006.

Los vehículos que no cumplen con los requisitos de ninguna de estas categorías, considerados como los más contaminantes, no reciben ninguna etiqueta.