Los humanos tienen una importante atracción por los gatos a quienes intentaron adiestrar desde hace más de 3000 años. El vínculo es cercano, al igual que como con los perros. Sin embargo, los felinos suelen tener un estilo de vida independiente y aún conservan actitudes salvajes y de supervivencia que – a veces-, los separan de la vida del hogar. Por sus actitudes y forma de comportarse, se crearon en su entorno diferentes mitos a lo largo de la historia que terminaron por ser mentira. Conocé cuáles son y por qué.
Los gatos suelen aportar compañía a sus dueños en casi todo momento. Sin embargo, necesitan su espacio y oportunidad para desarrollar el sentido de curiosidad que los destaca. Existen de todas las razas y tamaños, pero de igual manera, las falacias sobre ellos se expandieron en la sociedad, por lo que diferentes expertos desmintieron cada una de las creencias acerca de estos felinos.
Los 7 mitos más comunes sobre los gatos que no son reales
Desde el portal especializado en gatos Mirringo, se desmintieron algunas de las creencias más populares que se vinculan a los gatos, desde la transmisión de enfermedades hasta si es necesario ponerles un nombre.
1. Los gatos propician el contagio de toxoplasmosis y ponen en riesgo tu salud y la del resto de la familia: Esta idea surgió en base que sí, los felinos contraen el virus tras cazar y comer animales que estén contaminados. Esto los afecta directamente en el organismo y al momento de depositar sus heces, los quistes de toxoplasma quedan alojados allí. La única forma de transmisión es si su dueño ingiere los desechos de su mascota.
2. Los gatos beben leche: Este es uno de los mitos más comunes que se creó gracias a las diferentes producciones cinematográficas del siglo pasado. Lo cierto es que muchos de ellos son intolerantes a la lactosa, por lo que darles de ingerir dicho líquido podría generarles trastornos gastrointestinales. Si necesitan leche, beberán la de su madre y a temprana edad, luego estarán listos para consumir otro tipo de alimento de carácter sólido.
3. Los gatos son traicioneros: Dicha idea tiene su origen en el comportamiento independiente de los felinos. Sin embargo, no todas las mascotas son ariscas y puede que muchas de ellas necesiten afecto. No obstante, es primordial hacerlos sentir libres y con capacidad de poder vivir por sus propios medios.
4. Los gatos no se entrenan: Existen versiones acerca de que es imposible educarlos desde cachorros. Ellos no reciben órdenes y escasas veces desarrollan trucos, como los perros. Pero esto no quiere decir que no se implementen técnicas para que aprenda y adopte ciertos comportamientos dentro del hogar, como orinar en la caja de las piedras o comer en un lugar determinado.
5. Los gatos ronronean cuando están contentos: Esta respuesta inmediata frente a una acción externa es considerada como un signo positivo. Muchos de los dueños asocian el ronroneo con la alegría y el confort de sus felinos. En parte es cierto, pero no siempre es así y también podría traducirse en un mensaje sobre que se siente indefenso.
6. Los gatos no son peligrosos para el bebé: Muchas personas aseguran que la crianza de sus hijos junto a una mascota favorecerá su desarrollo y siempre estará en compañía. No obstante, los expertos aseguran que cuando un nuevo integrante llega a la familia, lo mejor es supervisar al felino, ya que el niño podría acariciarlo y este terminaría por lastimarlo.
7. No necesitan nombre: Otro mito sostiene que este tipo de mascota no necesita una identificación, en especial por su independencia. Lo cierto es que esto es falso y se demostró que tienen la capacidad de responder a su nombre.