Los bonos argentinos sufren el impacto global y caen más del 4%

La deuda argentina no puede escapar al contexto negativo a nivel internacional. Los títulos inician la semana con descensos de más del 3%.

Los mercados globales están operando con un mayor nivel de volatilidad, con fuertes caídas en Japón y Wall Street.

Mal comienzo de semana

En un contexto volátil, los bonos argentinos operan con caídas.

El Global 2029 baja 2,8%, mientras que el Global 2030 pierde 2,5%.

En el tramo medio, los títulos a 2035 y 2038 caen 4% y 3,6% respectivamente.

Finalmente, en el caso de los bonos más largos, estos retroceden 4% y 3,4% en los títulos a 2041 y 2046.

Arrastre global

El mal comienzo para los bonos argentinos coincide con un escenario negativo a nivel global. 

Las acciones en Wall Street se desploman. El Dow Jones pierde 2%, mientras que el S&P500 retrocede 3% en la previa a la apertura del lunes.

El Nasdaq muestra una merma de 4,7% antes del inicio de las operaciones.

La volatilidad en Wall Street se disparó en la última semana y aun no hay señales de que ello pueda calmarse en lo inmediato.

El índice de volatilidad, VIX, más que se triplicó desde los mínimos de junio, pasando de 12 a 35 puntos actualmente, y colocándose en su mayor valor desde noviembre de 2022.  

De esta manera, el contexto global se torna desafiante para los activos argentinos y para la macro local.

Los analistas de Outlier afirmaron que el deterioro del contexto externo en términos de precios de los commodities y condiciones financieras es una complicación considerable para una economía argentina.

“El Gobierno aún no logró convencer a los agentes económicos locales y externos sobre su capacidad para lograr una salida de los controles de cambios duros en las condiciones pretendidas por la Administración Milei”, dijeron. 

Además, agregaron que la actual gestión que tiene necesidades financieras importantes durante los próximos años en un contexto de reservas netas aun negativas y dónde la adopción del ancla monetaria que implica el crawling del 2% mensual jugó un rol fundamental en la desaceleración inflacionaria, pero a costo de una apreciación real más rápida.