Los humedales de Ventanilla: el ‘pulmón’ de Lima que ha perdido gran parte de su extensión debido al avance urbano

Desde tiempos remotos, circula la historia de que piratas y corsarios, en su constante búsqueda de refugio y botín, solían acampar en las costas cercanas al humedal de Ventanilla. Se dice que bautizaron este rincón del mundo como ‘Ventanilla’, debido a los espacios abiertos que descubrían entre las gigantescas rocas, como si fueran ventanas hacia un paraíso oculto.

De este relato, algo de verdad perdura: el paraíso que aún conserva agua y áreas verdes. Este oasis, que se mostró en todo su esplendor, comenzó a cambiar cuando los peruanos, en busca de un hogar, levantaron sus casas de esteras alrededor de los humedales.

A comienzos del nuevo milenio, un asentamiento humano compuesto por esteras y planchas de triplay comenzó a expandirse de manera lenta pero constante. A medida que avanzaba, bordeaba el manchón de ‘arena verde’, amenazando con invadir el refugio natural de cientos de aves migratorias.

Los humedales de Ventanilla: el ‘pulmón’ de Lima. 
(El Peruano)

Este pequeño rincón de verde, tan frágil y vulnerable, corre el riesgo de desaparecer debido a la desidia y la falta de conciencia del ser humano. Con frecuencia, las acciones humanas parecen ignorar la importancia de este lugar, que ofrece descanso y resguardo a miles de aves migratorias en su travesía.

Entre septiembre y octubre, las aves que migran desde Alaska hasta la Tierra del Fuego comienzan a llegar al ‘pulmón’ de Lima. En este santuario, encuentran un espacio para alimentarse y recuperar energías antes de continuar su largo recorrido.

El manchón de ‘arena verde’ es conocido como el Área de Conservación Regional (ACR) Humedales de Ventanilla. Este refugio de vida silvestre forma parte vital del corredor biológico costero para las aves migratorias. Está compuesto por amplios espejos de agua que albergan una rica biodiversidad en flora y fauna. Además, cuenta con formaciones geológicas y paisajes únicos, de gran relevancia para la Región Callao.

Los humedales de Ventanilla: el ‘pulmón’ de Lima.

El ‘pulmón’ de Lima que ha experimentado cambios

Ubicado en la zona baja y centro-occidental de la Cuenca del Río Chillón, en el distrito de Ventanilla, dentro de la Provincia Constitucional del Callao, el Área de Conservación Regional (ACR) Humedales de Ventanilla cubre una superficie de 275.45 hectáreas. Los suelos de esta área tienen una textura arenosa y franca arenosa.

En el pasado, esta área era mucho más extensa. En el año 2000, 336 hectáreas fueron declaradas como zona natural intangible, reconociendo su valor ecológico.

Hace más de 70 años, los humedales de Ventanilla abarcaban un total de 1.500 hectáreas. Sin embargo, en el 2000, se reveló que este vasto oasis se había reducido a solo 600 hectáreas, debido a la expansión urbana que fue avanzando lentamente sobre los mechones de verdor, arrebatándoles terreno.

En un artículo de investigación de Mauricio Villagra Dill’erva, se expusieron las razones por las cuales el extenso oasis fue perdiendo terreno. “Se fueron reduciendo debido al gran crecimiento poblacional que sufrió la zona por la aparición de AA.HH. Hoy en día solo quedan 275.45 ha y esto se debe a un nuevo factor que está afectando esta área natural que es la contaminación ambiental que sufre el distrito”, señaló la investigadora.

Es preciso señalar que, en las últimas décadas, la zona no protegida ha sido aprovechada por agricultores que utilizan las aguas estancadas para regar sus tierras.

Además, es fundamental resaltar las características de los Humedales de Ventanilla, que brindan un entorno adecuado para una gran variedad de especies. Entre las aves nidificantes que habitan este ecosistema se encuentran el pato colorado, el gorrión europeo, el cuculí, la tortolita peruana, el zambullidor pico grueso y el pollo de agua.

Por otro lado, las aves migratorias, como la zarapita trinador, la cigüeñela, el chorlo semipalmado, el halcón peregrino y el payero pata amarilla, encuentran en estos humedales un refugio indispensable durante sus largos viajes.

Este lugar, que actúa como una despensa natural para la fauna alada, también alberga una rica diversidad de plantas, tales como Salicornia fruticosa, Chenopodium macrospermum y Distichis spicata. Además, en sus aguas se encuentran numerosos peces pequeños, que caen fácilmente en las redes improvisadas de los niños del asentamiento cercano.