“El universo”, dice Solomon Lane, “no es moral. Somos nosotros los que imponemos la moralidad”. El villano se está burlando de Ethan Hunt, Tom Cruise en “Misión Imposible”. En la ceremonia de clausura del domingo, Cruise despidió a la “libertina” París 2024 y anunció a Los Angeles 2028, Juegos Olímpicos más morales, “Made in USA” y con el FBI, superpolicía global, como fiscal antidoping. Es el FBI que ya echó de los Juegos a la Rusia de Vladimir Putin. Y que ahora apunta contra China. El Comité Olímpico Internacional (COI) advirtió a Estados Unidos que los controles antidoping siguen siendo tarea suya. Pero el FBI no quiere atletas dopados en Los Angeles. Mucho menos si son comunistas. Es el FBI que ya hizo un FIFAGate. El COI lo sabe.
La batalla subterránea por los controles antidoping se libró en plena fiesta de París. Emmanuel Macron, presidente-selfie, aprovechó como nadie el recreo. Una París abierta, segura de su belleza, sin necesidad de megaestadios (y con su basura escondida). Celebramos las hazañas de los Leon Marchad, Simone Biles, Steph Curry. De países y deportes de cuya existencia apenas sabíamos. De atletas que, desde niños, se preparan horas, días, semanas, años. Por una marca. Por ganarle al tiempo. Una décima de segundo podría haber retrasado del primero al séptimo puesto a Noah Lyles, que ganó los cien metros por apenas 0,005 de segundo. Menos que un pestañeo. Cuatro días después, en los 200 metros, su especialidad, Lyles fue tercero y salió en silla de ruedas de la pista. Tenía Covid. Contó luego que sufre ansiedad y depresión. Y asma. Sí, el hombre más veloz del planeta es asmático.
Fancy Bears (venganza rusa) es el grupo que en 2020 hackeó las páginas de la Agencia Mundial Antidoping (AMA, WADA en inglés) y desnudó la notable lista de campeones asmáticos de Occidente. A los asmáticos, los reglamentos les conceden “exenciones terapéuticas” (TUE). Pueden consumir fármacos que, caso contrario, serían considerados doping. Había en aquella lista casi cuatrocientos atletas de Estados Unidos que gozaban de exenciones. Estaban los nadadores estrella de París Katie Ledecky y Caeleb Dressel. Y también el olimpista record Michael Phelps. Citado días atrás por el Congreso de Estados Unidos, Phelps acusa hoy la supuesta complicidad del COI y la AMA para proteger a los nadadores chinos que fueron autorizados a competir en París, pese a que dieron positivos de doping en 2021 (los casos saltaron recién en abril pasado, por una investigación de la cadena alemana ARD y The New York Times).
Zhang Yufei, uno de los 23 positivos de 2021, ganó ese mismo año cuatro medallas en los Juegos de Tokio y sumó ahora seis del total de las doce que logró la natación china en París. Más impacto provocó el oro inédito del relevo 4×100. Le sacó más de medio segundo al rey Estados Unidos. Zhanle Pan, integrante de la posta, conmocionó luego ganando los 100 metros libres con récord mundial y un notable 1,08 segundos de ventaja sobre el australiano Kyle Chambers (Pan nunca dio positivo y superó 21 controles en 45 días). Wang Shun y Yang Junxuan, que sí arrastraban dos positivos previos no sancionados y también fueron medallistas en París, aprobaron a su vez dos controles promedio por semana y once en las dos semanas previas a la prueba. El equipo chino superó más de doscientos controles, hasta cuatro veces más que los realizados a cualquier otro equipo.
El control intenso fue una respuesta del COI, la AMA y World Aquatics (la federación que manda en la natación) a las acusaciones de haber protegido a China. En aquel doping masivo y nunca denunciado de 2021 todos aceptaron la justificación china sobre por qué 23 nadadores dieron positivo de trimetazidina (TMZ), medicamento cardíaco que mejora el rendimiento. “Comieron carne contaminada procedente de Australia y Nueva Zelanda”. Casi sobrenatural. Imposible de creer. USADA (la agencia antidoping de Estados Unidos) denunció un escándalo. El COI contragolpeó en París. Acusó a la USADA de haber permitido que siguieran compitiendo a tres nadadores de Estados Unidos, pese a que habían dado positivo de doping. A cambio, les exigió que se convirtieran en informantes y que delataran a sus colegas. Método del FBI, pero no del COI.
Pese a la disputa, el COI eligió en París a Salt Lake City como sede de los Juegos de Invierno de 2034, pero bajo la condición de que saque al FBI. La pregunta es inevitable: ¿qué pasa si ese requisito no se cumple ya para los Juegos de Verano de Los Angeles 2028? ¿Arriesgarán acaso los dirigentes del COI a sufrir arrestos ya no de nadadores chinos, sino de ellos mismos, como les sucedió a los de la FIFA en el escándalo de FIFAGate? El FBI está habilitado a intervenir gracias a la “Ley Rodchenkov” (médico arrepentido del doping ruso), que fue aprobada por el Congreso en tiempos de Donald Trump. El domingo, en la clausura de París, Cassey Wasserman, director de Los Angeles 2028, dijo que “no tenemos la Torre Eiffel, pero tenemos a Hollywood”. Tom Cruise está algo pasado para otra Misión Imposible. Tal vez, la caza de nadadores dopados, no asmáticos, podría ser encomendada a “Deadpool & Wolverine”, superhéroes flamantes de Disney. Extrañaremos los Juegos que finalizaron el domingo. Pensaremos en Humphrey Bogart. Su despedida triste y amorosa a Ingrid Bergman en “Casablanca”. Cuando le dice: “Siempre nos quedará París”.
NdR: Diego Maradona fue a veces arrogante. Prepotente. Pero no exactamente “canchero”. Sobran testimonios de gestos anónimos suyos conmovedores. De Fiorito a Nápoles. Sin contar el agradecimiento eterno. Por la alegría popular. Por su amor al fútbol. A la camiseta argentina (del deporte que fuere). El martes, el vocero Manuel Adorni omitió citarlo en una lista de “zurdos que aportaron a la grandeza de Argentina”. Y luego fingió no saber que era zurdo. Leo un mensaje publicado en noviembre de 2020 por el tuitero, ya fallecido, @carlosbusqued, que solía anticipar el futuro. El tuit dice: “Maradona muerto está más vivo que vos”.
maradona muerto está mas vivo que vos
— un mundo de dolor (@carlosbusqued) November 28, 2020