Solo alguien que desprecie la vida de las mujeres, así como la de los gays, lesbianas, trans y no binaries, podría desear que los femicidas caminen libremente por las calles. ¡Sí! Ese mismo individuo que, tras golpear, gritar y violentar sexualmente a tu hija, hermana, prima, sobrina o compañera de trabajo durante años, llega a matarla un día, en ocasiones frente a sus propios hijxs. Ese es el tipo de persona que Milei quiere que circule entre nosotras.
De esto se trata su decisión de eliminar el delito de femicidio del Código Penal. Todos los femicidas condenados tendrían, según su propuesta, el derecho constitucional a que se revisen sus condenas y que se les reduzcan las penas. Los quiere libres entre nosotras, como si nada.
Además, Milei ha decidido casi desmantelar la línea 144, esa que, con mucho esfuerzo y dedicación, atendía las 24 horas del día, los 365 días del año y que recibió más 1.200.000 llamados entre 2019 y 2023. Esa línea significaba que, cuando no sabías qué hacer, cuando estabas sola, escondida en tu casa y aterrorizada, o cuando no tenías idea de cómo ayudar a tu amiga, una profesional no solo te escuchaba, sino que también te guiaba sobre qué podías hacer y a dónde podías ir.
Pero, también, Milei ha optado por eliminar el programa Acompañar, reconocido internacionalmente por ONU Mujeres, que brindaba apoyo económico y psicológico a mujeres en situación de violencia durante seis meses, beneficiando a más de 350.000 personas entre 2020 y 2023. El dinero iba directamente a la cuenta de las víctimas, sin intermediarios, y es muy probable que la existencia de ese programa haya influido en la disminución de los femicidios que se evidenció durante esos años.
¿Cómo?, ¿bajaron los femicidios entre 2019 y 2023? Sí, los redujimos en un 13% durante dos años consecutivos. No fue magia, sino políticas de Estado. En nuestro país, la única dependencia estatal que se encarga de registrar los femicidios es la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Desde 2015, lo hace con gran seriedad.
Acá están los datos de los femicidios, según ese registro:
2016: 258
2017: 251
2018: 255
2019: 252
2020: 251
2021: 231
2022: 226
2023: 250
Ahora bien, ¿puede un video institucional de la Casa Rosada mentir descaradamente y decir que aumentaron los femicidios en la gestión anterior? La respuesta es sí, y aquí están los datos. Durante el gobierno de Macri, con Patricia Bullrich al frente de un programa contra los femicidios en el Ministerio de Seguridad, las cifras no mostraron disminución. Los datos del 2024, que la Corte Suprema difundirá a mediados de este año, todavía no nos permiten saber qué ocurrió este último año, contrariamente a lo que se jacta Milei de haberlo bajado.
Las políticas de Estado requieren presupuesto, y eso es una verdad de Perogrullo. Si deseamos que una abogada apoye a una víctima en su denuncia, si queremos proporcionar asistencia psicológica o apoyo económico para que puedan irse con sus pibes de hogares violentos, si aspiramos a que puedan establecer espacios laborales que les permitan conciliar el cuidado de sus familias con la independencia económica, necesitamos un Estado comprometido y activo. Es esencial contar con financiamiento para sostener estas iniciativas. Nunca había imaginado, hasta ayer, un país donde el presupuesto de un ministerio o de las políticas de género, supere al de Defensa y Seguridad, ya sea junto o por separado, o superara diez veces el del Poder Judicial de la Nación; ese país es el que anhelamos, uno donde nuestras vidas valgan y el Estado las priorice. Esa utopía es posible; gracias, Casa Rosada, por imaginarnos un futuro así. En mis años como ministra, luché por ampliar el presupuesto destinado a las políticas de género, que se ejecutó casi en su totalidad año tras año, y que representaba un ínfimo porcentaje respecto al de seguridad, defensa y al del Poder Judicial. Solo por ejemplificar, para el 2021, el presupuesto ejecutado por el Ministerio de Seguridad fue de $348.864.000, el de Defensa de $336.188.000, el del Poder Judicial de $129.100.000 y el del Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad de $17.682.000 -del cual cerca del 90% era para el programa Acompañar-. Representando el 4,57% del primero, el 5,23% del segundo y el 13,62% del de Poder Judicial. (Fuente https://www.presupuestoabierto.gob.ar).
Es cierto que la cultura machista, que legitima la violencia y naturaliza las opresiones y desigualdades en todos los ámbitos de nuestras vidas, no se transforma de un día para otro ni con la mera existencia de un ministerio. Sin embargo, estamos convencidas de que más Estado, organización y conciencia feminista -que no es exclusiva de mujeres, lesbianas y trans- son fundamentales para cambiar el mundo que nos violenta y asesina.
No se trata solo de la existencia de un ministerio, que, por supuesto, es una conquista del movimiento feminista logrado en las calles, no en una elección, ni por parte de un partido político. Es crucial que el Estado adopte medidas para prevenir las violencias machistas y garantice que no seguiremos siendo asesinadas y violadas. ¿Qué debe hacer el Estado para evitar que las mujeres asuman jornadas laborales triples, para erradicar la discriminación en el empleo a causa de ser mujeres o lesbianas, y para que las personas trans no mueran o sean asesinadas a los 40 años simplemente por su identidad?
De eso se trata. Pero el “Topo”, como le gusta autoproclamarse a Milei, tiene una idea de la que se enorgullece: lo que debe hacer, supuestamente, es encarcelar al que nos mató, en el mejor de los casos. Propone que la solución es meter a la cárcel a quien ya nos ha asesinado, pero no se preocupa por evitar que esas muertes ocurran en primer lugar. A la vez, la pena para esa persona debe ser más baja que la que desde hace 13 años establece el Código Penal. Este individuo, además de ser un estafador, parece conocer poco de historia; después de todo, ¡hace al menos 7000 años que nos matan por ser mujeres!
Por supuesto, es fácil comprender que, en el mundo de Milei, lleno de criptomonedas, Elon Musk y motosierras, es más natural pensar -y declarar- que el Estado es un violador envaselinado en un jardín de infantes; que los homosexuales son pervertidos y abusadores de niños, y que no existe la violencia machista o de género. Es imposible, para él, entender fenómenos complejos pero masivos, como el hecho de que nuestras vidas están precarizadas, aún más por sus políticas de hambre, y que eso alimenta violentas agresiones en nuestra contra. Violencias que surgen en todo momento y en todos los ámbitos.
¿A cuántas mujeres víctimas de violencia ha visto Milei en su vida? ¿Cuántas lesbianas perseguidas y agredidas por vecinos llenos de odio conoce? ¿A cuántas trans que han sido golpeadas por la policía escuchó? ¿A cuántas compañeras que trabajan alimentando al barrio ha atendido?
La autora es abogada de Derechos Humanos y feminista. Fue ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad de Argentina (2019-2022)