El veto de la Ley de Financiamiento Universitario será publicado este jueves por la medianoche en el Boletín Oficial, al filo del plazo constitucional que tiene el Poder Ejecutivo para oponerse a proyecto sancionado por el Congreso. El presidente, Javier Milei, optó por demorarlo hasta el último día para evitar que ese texto avive aún más la marcha universitaria y, al mismo tiempo, dilatar al máximo las negociaciones con legisladores en vistas a la inminente insistencia que se hará en el Cámara de Diputados.
Cientos de miles de personas se movilizaban en todo el país para pedir por mayores fondos para las Universidades Nacionales. La marcha contaba con la convocatoria del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN, que engloba a los rectores de las casas de estudio); al Frente Sindical de Universidades Nacionales (que contempla a los docentes y no docentes) y la Federación Universitaria Argentina (FUA).
En paralelo, el Presidente monitoreaba desde la Quinta de Olivos el fuerte operativo dispuesto -mayormente en el centro porteño- por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. Aunque no publicó nuevos mensajes contra las demandas universitarias, Milei mantenía una intensa actividad en sus redes reposteando tuits y publicaciones con consignas contra la marcha: la más llamativa resultó una caricatura en la que se veía a Cristina Kirchner manejando a un títere de Martín Lousteau, quien hacía lo mismo con un estudiante universitario.
“Detrás de las causas nobles se esconden los mayores kioscos, tongos y curros de la vieja política”, decía otro mensaje compartido por Milei. La politización parecía ser una de las formas para contrarrestar la movilización: en la previa, un alfil de extrema confianza del Presidente imploraba que aparezca dando declaraciones el líder camionero Pablo Moyano para salir con el esquema de tuiteros a denostar la marcha. Finalmente ocurrió.
Aun así, la demanda estudiantil cuenta con un amplio apoyo transversal entre las distintas clases sociales. La consultora Analogías adelantó hoy un estudio nacional -correspondiente al mes de septiembre- que dio un 84,3% de imagen positiva a las universidades públicas, siendo la negativa un 10,9%. La Ley de Financiamiento recientemente sancionada conseguía un 59,3% de adhesiones y un 26% de rechazo.
Se trata de la segunda marcha universitaria que Milei padece en sus diez meses de gestión. La diferencia a aquella movilización del 24 de abril es que el reclamo no es solo el aumento del gasto en universidades, sino que ahora hay una ley sancionada por el Congreso que se pone en debate.
Los estudios de opinión pública que recibió Santiago Caputo después de esa primera manifestación mostraron que la imagen del Presidente se mantuvo casi inalterable, lo que hizo que un sector más halcón de la Casa Rosada se relajara ante futuras manifestaciones. Otro sector, en cambio, mantenía la cautela de cómo podía evolucionar a posteriori.
A diferencia de esos meses, informes que manejan en Presidencia y en otras consultoras indican que la estabilidad de la imagen de Milei y la del Gobierno parecen haberse quebrado. No indican un declive total, pero sí una mayor vulnerabilidad ante diferentes hechos de la coyuntura.
Fue por ese motivo que el Gobierno dispuso la semana pasada una última oferta de 6,8% de aumento para los sindicatos docentes y no-docentes (mejorando el 1% para octubre que les habían ofrecido semanas atrás). Este lunes, Santiago Caputo y Guillermo Francos buscaron dar otro gesto de diálogo con esos gremios al invitar al secretario gremial de la FEDUN, Daniel Ricci, a la reunión con la CGT en la Casa Rosada.
Fuentes oficiales afirman que no habrá mayores mejoras en la paritaria docente. Habrá que esperar al lunes 7 de octubre, cuando se retomará el cuarto intermedio de esas audiencias con el Gobierno.
El foco está en el recinto de la Cámara baja porque la inminente insistencia del proyecto universitario va a convivir con el debate con el Presupuesto 2025. Justamente, los estrategas libertarios esperan que esas negociaciones sirvan para torcer algunas voluntades y que no prospere el veto.
Tal y como lo informó El Cronista, en la Secretaría de Educación consideran que las partidas universitarias para el próximo año deberían ser más altas. En la Casa Rosada no se cierran a la posibilidad de extender los fondos, pero advierten: “[La oposición] va a tener que elegir a qué áreas sacarles fondos si es que quieren más plata”.
En lo que refiere solamente al veto, los operadores Gobierno ya le encomendaron al presidente de Diputados, Martín Menem, la tarea de convencer a los diputados del PRO para tratar de juntar nuevamente a los “87 héroes” que rechazaron la Ley de Movilidad Jubilatoria. El círculo presidencial teme “una traición” de parte de algunos legisladores amarillos. Varios de estos consideran -en privado- que no hay apoyo al Gobierno que amerite el alto costo político de vetar la ley
Milei nunca pensó en hacer un veto parcial a la ley. Considera que tiene que dar un mensaje fuerte hacia afuera de sostener el objetivo de superávit fiscal de cualquier manera. En el Ejecutivo ya comienzan a dejar trascender que si el veto llega a ser volteado en el Congreso no tendrán miramientos en desfinanciar otras áreas sensibles.