Dispuesta a sentirse mejor, Nazarena Vélez empezó hace exactamente un año a tomarse en serio el gimnasio. Una actividad que con el correr de los meses se le hizo un hábito arraigado y ahora, un año después, la llena de orgullo.
Porque en este año que transcurrió, la angelita de LAM registra notables cambios en su salud en general, entre ellos, motivantes mejoras físicas que van desde mayor fuerza y tono muscular, flexibilidad y curvas más pronunciadas.
Así lo hizo notar Nazarena Vélez en su cuenta de Instagram, donde va compartiendo sus avances en el gym, mes a mes, contenta con la constancia que logró al encontrar al fin un ejercicio físico que le gusta y la entusiasma.
“No se trata de cuántas veces te caigas sino de las veces que te levantes”, expresó Naza en uno de sus últimos posteos para motivar a los 2,4 millones de personas que la siguen a ponerse las calzas o el jogging y empezar a mover el cuerpo.
“Hace un año arranqué a entrenar enfocada en cuidar mi salud. Hoy estoy muy orgullosa por mi constancia y disciplina”, agregó la panelista del ciclo que conduce Ángel de Brito. Finalmente, recomendó a sus followers: “Mové el cuerpo, mamurreta. Te aseguro que te vas a llenar de bienestar y energía de la buena”.
El calvario de Nazarena Vélez con las pastillas para adelgazar
Cabe recordar que en 2020, plena pandemia, Nazarena Vélez se abrió en sus redes y contó el calvario que padeció con las pastillas para adelgazar, una adicción que la tomó por completo desde muy joven, cuando arrancó como modelo en su adolescencia.
“Cuando empecé con las publicidades a los 14 años empezó mis trastornos, yo era muy influenciable, me guiaba mucho de lo que me decían, me habían dicho en los casting de publicidad que estaba un poquito gordita, siempre fui muy alta y en ese momento pesaba 50 kilos. Con ese peso de un día para el otro me decían que tenía que bajar 4 kilos”, comenzó.
Y amplió: “Empecé a hacer idioteces que te arruinan la vida y el organismo como tomar laxantes y diuréticos, nunca más pude ir al baño normalmente como persona normal. También tomé anfetaminas. Yo estuve diez años y siempre fui consciente de que eran malísimas, pero me gustaba el resultado ‘mágico’ que daban”.
Para la artista, fueron sus padres quienes le “salvaron la vida”. “Un día me pasé de pastillas y pensé que era un infarto. Le conté a mi mamá que me había mandado una cagada y sentí que me moría, se quedaron tres meses al lado mío, no es fácil dejar las pastillas”, señaló.
“Encima en el medio, en la televisión, me recontra mataban porque empecé a engordar. Todos los días había un móvil hablando de cómo había engordado yo, conmigo han sido muy crueles, me han contado estrías como en forma de humillación”, recordó Nazarena en aquel momento.