NEUQUÉN.— Pese al gran despliegue de brigadistas, personal de logística y aeronaves, el incendio forestal de la provincia sigue activo. En los últimos días creció la superficie afectada por las llamas: el perímetro ya ocupa más de 21.000 hectáreas y el efecto de los vientos movió la zona crítica hacia Aluminé.
Después de más de 15 días de combate, el incendio forestal más grande que se haya registrado en la provincia de Neuquén sigue en estado crítico. Por los esfuerzos de un comando unificado entre el sistema Nacional de Manejo del Fuego y el gobierno de la provincia, hasta el momento no se registran personas, animales ni viviendas afectadas, pero sí se generó un daño irrecuperable en el patrimonio natural de la cordillera neuquina.
Diez días después de los primeros focos, el Gobierno provincial coordinó la evacuación preventiva de 25 personas que viven en la comunidad mapuche Chiquillihuin, un paraje de 500 habitantes a unos 60 kilómetros de Junín de los Andes. Esas nueve familias regresaron a sus viviendas cinco días más tarde, cuando se logró resguardar la zona que había sido afectada por el humo. Hoy, el área crítica se movió más al norte, en el flanco izquierdo del incendio.
“El incendio cambió toda su intensidad y tiene mucho que ver con la estrategia que se implementó para el ataque del fuego, que fue inicialmente controlar la cola del incendio en la región del flanco derecho cuidando a las comunidades, eso dio su resultado, fue muy preciso y en este momento está totalmente distinto el escenario”, explicó el fin de semana la secretaria de Emergencias y Gestión de riesgo de la provincia, Luciana Ortiz Luna.
Según indicó, el objetivo siempre está puesto en resguardar las vidas humanas, por lo que se atacó primero el flanco derecho, más cerca de Junín de los Andes. Mientras los brigadistas enfriaban esa zona, la expansión avanzó más rápido en el flanco izquierdo, por lo que los habitantes de Quillén reclamaron por más recursos para apagar el fuego.
Adrián Barrera, de la Dirección Provincial de Manejo de Fuego, salió a aclarar que los recursos son suficientes, pero las malas condiciones climáticas complicaron el combate de las llamas. Cuando el humo es demasiado espeso o los vientos son muy fuertes, los pilotos no pueden despegar por falta de visibilidad y eso incrementó el número de hectáreas afectadas.
Segundo campamento
En este nuevo escenario, se montó un segundo campamento de operaciones en Aluminé, una localidad ubicada unos 100 kilómetros al norte de Junín de los Andes. Allí trabajan 200 personas y se utilizaron 12 vehículos 4×4 para trasladarse a zonas de difícil acceso.
Con este nuevo centro operativo, el comando unificado entre la provincia y el Parque Nacional Lanín ya suma más de 1000 personas trabajando para detener el fuego. Se sumaron brigadistas de otras provincias como Jujuy, Córdoba y Santa Fe. Por aire, el incendio se combate con 10 helicópteros y tres aviones hidrantes.
De esta manera, ya funcionan dos campamentos operativos para detener el fuego. Mientras sigue vigente el de Mamuil Malal, muy cerca del paso fronterizo con Chile, se creó este nuevo centro en Aluminé para trabajar sobre el flanco izquierdo y la cabeza del incendio.
“En estos sectores también tenemos la meteorología en contra, que no nos permite operar la gran cantidad de horas que quisiéramos o poder disponer de los 13 medios aéreos y otros más que van a llegar”, dijo Ortiz Luna.
Y aclaró: “En este momento no tenemos riesgo de avances sobre las poblaciones, tanto del fuego como del humo y por supuesto no tenemos riesgo tampoco en animales o en viviendas”.
Alejandro Lagos Mármol, un poblador de la zona de Quillén, expresó su preocupación a LA NACION por el avance incontrolable del fuego. Aseguró que las comunidades mapuches de la zona ya se preparaban para un eventual avance de las llamas, y llamó a proteger la zona de bosque intangible, con araucarias, ñires y lengas centenarias que tardarán décadas en recuperarse.
El último parte del Gobierno neuquino informó que la mayor actividad se registra en la zona de la cola, en los sectores 4 y 5. “Todos los recursos que existen están acá para esta lucha desigual contra un fenómeno que es enorme”, concluyó Ortiz Luna.