Nicolás Lusicic, el cirujano que abrió las puertas al microtrasplante capilar en nuestro país

El origen de una idea innovadora/disruptiva

Nieto de inmigrantes españoles y croatas que se establecieron en Córdoba para dedicarse a la construcción y a la fabricación de mosaicos, el Dr. Nicolás Lusicic nació y se crió en el Barrio San Vicente rodeado de los quehaceres del negocio familiar. Pero tempranamente se interesó por la biología y su carácter dedicado al detalle y lo asistencial lo llevó a estudiar Medicina en la Universidad Nacional de Córdoba.

Al recibirse, y con la idea de formarse como cirujano general, viajó a Buenos Aires, donde primero se graduó como cirujano general y luego como cirujano plástico. Apasionado por la especialidad y con la inquietud de seguir indagando y aprendiendo más, continuó sus estudios en Brasil y Estados Unidos, en donde vislumbró los primeros avances en medicina capilar y decidió que este era su camino.

En esa etapa conoció a la Dra. Alejandra Susacasa, también cirujana plástica, con quien a mediados de los años 90 decidieron abrir su primera clínica en Buenos Aires dedicada exclusivamente al estudio y tratamiento de la calvicie, una idea disruptiva en aquel entonces, ya que en Argentina era un terreno inexplorado.

“Las técnicas que había en ese momento en Argentina eran bastante arcaicas y dejaban a los pacientes con un resultado muy notorio, poco natural. Además, abundaban los mitos sobre tratamientos mágicos y había un mercado de masajes capilares -que hoy sabemos no tienen ninguna efectividad contra la calvicie-. Los hombres que ya habían probado este tipo de tratamientos estaban desanimados con la falta de resultado”, recuerda el Dr. Lusisic.

Dedicación exclusiva al microtrasplante capilar

En ese contexto de recetas mágicas sin base científica y pacientes frustrados con la falta de resultado, Nicolás y Alejandra apostaron a dedicarse exclusivamente a la única técnica científicamente comprobada para la recuperación capilar: el microtrasplante capilar pelo por pelo. Fue así que en 1996 abrieron la primera clínica en Capital Federal.

“Esto llevó a que muchos pacientes se acercaran a la consulta para informarse. Al principio fue difícil vencer la resistencia en un momento en el que no había ni Google, ni redes sociales. Entonces se nos ocurrió realizar encuentros cada 15 días con pacientes que habían tenido un microtrasplante capilar, para que los más escépticos pudieran ver los resultados en persona”, recuerda Lusicic.

“Además, era importante educar a nuestros pacientes; ayudarlos a identificar los primeros signos de caída y afinamiento capilar e instarlos a venir a una consulta, ya que, si no se actúa a tiempo, lo que suele ocurrir es la caída definitiva del pelo”, advierte.

Pioneros en nuestro país en las técnicas más avanzadas para la recuperación capilar, Nicolás y Alejandra son los creadores de la técnica pelo por pelo con cadena de frío utilizada hoy en día en microtrasplante capilar, que fue premiada en 1999 en San Francisco. Además, inventaron un producto cicatrizante que también fue premiado en 2004 en Vancouver, Canadá, y han presentado innumerables trabajos científicos en congresos de todo el mundo.

Otra de las innovaciones que han implementado, es el microtrasplante mediate cirugía robótica, llevada adelante mediante el instrumento quirúrgico más sofisticado en medicina capilar, el sistema robótico ARTAS, capaz de repetir incansablemente y con altísima precisión la extracción de miles de raíces capilares de manera estandarizada.